Los cultivadores argentinos de marihuana que plantan en sus hogares, muchos de los cuales cuentan con el respaldo legal del registro nacional REPROCANN, suelen ser individuos tranquilos. Los incidentes protagonizados por "cogolleros", es decir, ladrones furtivos de cogollos de cannabis en flor, se presentan como daños colaterales en esta actividad. En la mayoría de los casos, estos episodios culminan en meros lamentos.
El reciente incidente con un cogollero, ocurrido en la localidad bonaerense de Exaltación de la Cruz, ha tomado un giro más grave, resultando en un fatídico disparo por la espalda. La Policía Federal, a través del Departamento de Inteligencia contra el Crimen Organizado, ha detenido a tres individuos en relación con este crimen, bajo la supervisión del fiscal Juan Manel Esperante, entre los cuales se encuentran dos jubilados de 83 y 84 años.
El homicidio tuvo lugar el 28 de noviembre, cuando un cadáver fue descubierto en la colectora sur de la Ruta 8, cerca de Parada Robles, a menos de cien kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, con una herida de bala en el omóplato izquierdo. La víctima fue identificada como Alejandro Miguel Ignazi, un residente local de 30 años. Ignazi y otros dos individuos se dirigieron al terreno de Darío Martín P., alias "El Venezolano", con la intención de robar sus plantas de cannabis.
De acuerdo a lo recopilado por el sitio Infobae, al percatarse de su presencia durante la noche, Darío P. respondió con disparos, resultando en la muerte de Ignazi a pocos metros de la propiedad. Los testigos sobrevivientes relataron los eventos al fiscal Esperante, utilizando el eufemismo "Fuimos tres y volvimos dos".
Darío Martín, registrado en REPROCANN, era un hábil cultivador con habilidades en el cruce de genéticas de plantas. Fue detenido poco después del incidente mediante una operación de allanamiento de urgencia. Se encontraron en su posesión una sala indoor especial con 92 plantines y cuatro kilos de flores almacenados en una heladera, junto con una vaina servida de calibre 22, el mismo calibre que la bala hallada en el cadáver.
No obstante, faltaba el arma homicida. El fiscal Escalante encomendó al área de Crimen Organizado la tarea de localizar el arma, sugiriendo que podría estar oculta en un campo en el área de Diego Gaynor, según información obtenida del teléfono de Darío P. y de las antenas de su línea telefónica. Durante la investigación en ese campo, se detuvo a un hombre de 61 años que operaba un establecimiento agrícola tras una tranquera blanca.
En el lugar se encontró una carabina Winchester calibre .22, además de un invernadero con 50 plantas de marihuana y varios teléfonos celulares que serán sometidos a peritaje. Cabe destacar que los jubilados detenidos también cumplían funciones de cuidadores en el lugar. Todos fueron liberados por Esperante en cuestión de horas tras la notificación de la causa en su contra, sin poseer antecedentes penales.
La carabina será sometida a peritaje para determinar si corresponde al arma homicida, dado que comparte el mismo calibre. No obstante, se presenta una discrepancia con el relato de los testigos sobrevivientes, quienes mencionaron haber visto un arma de fuego de mano.
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