Un domingo como nunca antes: el operativo para el primer clásico en el Campeón del Siglo

Con extremas medidas de seguridad se disputó el partido de la duodécima fecha del Apertura

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12 de mayo de 2019 a las 15:40

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Paradoja del destino. Domingo de clásico. Domingo día de la madre. Y los hinchas se meten en un espiral de controles. Del beso y la ternura del abrazo a la mamá, a los controles policiales y las voces que los hacen apurar el paso y seguir determinadas normas. “Vamos muchachos, ya saben, como en el Estadio… entrada en mano y cédula. Los que tomaron ya saben que no pueden tomar…”. Apurando el paso, con el nerviosismo a flor de piel, los hinchas de Nacional fueron superando los controles que les permitían acceder al estadio Campeón del Siglo para vivir el clásico del Apertura.

El domingo amaneció temprano. Los citaron a las 11 en el viejo aeropuerto. Allí los esperarían 40 ómnibus para trasladarlos al Estadio. Primero los fueron agrupando afuera. Y los empezaron a hacer pasar en grupos.

En el viejo estacionamiento se desarrollaron los controles. “Gorros y lentes en la mano. Se sacan las camperas. Se van abriendo las camperas por favor”, gritaba un encargado de la seguridad de Nacional a sus hinchas.

En el primero de los controles se les solicitó incluso que dejaran los encendedores tirados a un lado. A su vez, aquellos que tenían banderas debían abrirlas para ser requisadas por la Policía. 

Armando Sartorotti

En eso, un miembro de la policía se percató de un detalle: no estaban realizando los controles de espirometría. De inmediato se comunicó por radio con sus colegas de tránsito pidiendo que le enviara al menos dos espirómetros. Y los hinchas empezaron a desfilar por otro sector más de seguridad.

A los pocos minutos un hincha no pudo superar el análisis, superaba el alcohol en la sangre, y lo mandaron para atrás. Otro que sufrió más de la cuenta fue el que perdió la cédula. Superó los dos primeros controles pero cuando llegó al tercero lo mandaron para atrás. Le sugirieron que concurriera a la seccional policial más cercana a denunciarla y llegar con el comprobante para permitirle el viaje en los ómnibus. De lo contrario no ingresaría al Campeón del Siglo.

Armando Sartorotti

La segunda parte del sistema de seguridad montado en el estacionamiento del viejo aeropuerto consistía en un segundo cacheo policial y luego los hinchas desfilaban por un laberinto de vallas que los llevaba al tercer y último control, que incluyó cámaras de identificación facial. 

Superados estos tres controles, accedieron a la puerta de la vieja terminal donde los esperaron 40 ómnibus de la empresa Cutcsa para trasladarlos al estadio Campeón del Siglo. 

El traslado fue una locura jamás vista por las rutas de la ciudad. Motos y camionetas policiales abriendo paso y una docena de buses bordeando el aeropuerto rumbo al Campeón del Siglo.

El traslado se hizo por la ruta 101 y luego la 102 (la cual fue utilizada únicamente por hinchas de Nacional). La policía destinó 700 oficiales en el área metropolitana y otros 500 distribuidos por varios puntos específicos del país. Los funcionarios policiales comenzaron a desplegarse en toda la zona metropolitana desde las 9 de la mañana.

En pleno traslado por la ruta 101, uno de los ómnibus se detuvo, según pudo constatar Referí, porque una persona no estaba habilitada a ingresar al estadio.

En plena ruta el móvil de Referí fue impedido de seguir la marcha detrás de los ómnibus. La ruta fue cortada a la mitad y los vehículos debieron doblar en U para ingresar por la 8.

Armando Sartorotti

El desvío llevó a Referí por la zona de Los Aromos donde un grupo mayoritario de hinchas de Peñarol había tomado la calle alentando a los jugadores. Bombos, bengalas, cantos. La locura de los hinchas no tuvo límites para expresar su sentimiento. De un lado y del otro. Algunos hasta pasaron 8 horas sin comer. Poco les importó. Superaron todos los controles para decir presentes. El día de la madre lo vivieron entre policías y sirenas. Lo que puede el fanatismo.

Diego Battiste

Después llegó la hora de disfrutar del fútbol, tras el cual 34.000 hinchas (solo 2.000 de Nacional), podrán decir que asistieron a un clásico histórico, como no sucedía desde hacía 90 años en el Campeonato Uruguayo, en el que albos y aurinegros salieron del Estadio Centenario para jugar en la cancha de uno de los clubes.

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