Una pista para resolver el enigma: la copa del Mundial de 1930 que atesora Liverpool

La carta decía lo siguiente: “Montevideo, 30 de julio de 1930

Señor Presidente de la Asociación Uruguaya de Football

Mi querido presidente: El torneo por la ‘Copa del Mundo’ termina en apoteosis. Mi pensamiento, en esa hora, evocó aquella jornada de 1924, en Colombes, totalmente semejante a la que acabamos de vivir, y donde por primera vez, el equipo de Uruguay fue campeón del mundo. Como hoy, un sol inesperado dominó la fiesta en el momento en que la bandera de la República Oriental fue izada a la cumbre del mástil olímpico en medio de los aplausos de una muchedumbre igualmente alegre y entusiasta. La continuación del éxito ha hecho de la historia de vuestro equipo nacional una verdadera epopeya: ella os autoriza a grabar en vuestros emblemas los tres nombres –Colombes, Ámsterdam y Montevideo– como se llevan sobre la bandera los nombres de las grandes victorias (...) Quiera usted recibir, mi querido presidente, con mis felicitaciones, la certidumbre de mi consideración muy simpática”.

Esta es una cara muy distinta a lo que se había vivido antes de aquel histórico Mundial. Porque Rimet, como casi todos los europeos, no quería que el evento se llevara a cabo en Montevideo. Si bien después terminó obligando a su Federación –la francesa– a concurrir, y sumó a Bélgica, Yugoslavia y Rumania, sus intenciones habían sido siempre respaldar a Italia para que fuera la anfitriona.

Tanto fue así que la organización del mismo –en los hechos– fue de la AUF y no de FIFA, por más que esta, a la luz de los hechos y de que Uruguay cargara con todos los gastos y hubiera construido el Estadio Centenario en tiempo récord, se vio “obligada” a avalarlo.

La copa para el Mundial

En los meses previos al Mundial,  no se esperaba que vinieran dirigentes de la FIFA a Uruguay. Finalmente lo hicieron Jules Rimet y el húngaro Maurice Fischer. Solo dos. El día de su arribo a Montevideo, el 5 de julio a la noche, Rimet le entregó a Jude la copa que con el paso de los años llevaría su nombre.

Era de oro macizo y pesaba cuatro kilos. No tenía nombre.

Sin embargo, según surge de una investigación de historiadores de Liverpool, la copa que iba a entregar la AUF al campeón era otra hasta que llegó esa.

La actual prosecretaria de los negriazules, Magela Larrea, recordó para Referí que cuando se abrió el museo del club, el 15 de octubre de 2018, se accedió a varias medallas y copas y entre ellas, “destacaba una preciosa copa por su estructura, su fisonomía y no iba de la mano del resto de las copas que teníamos por su dimensión, su simbología. Se caracteriza por destacar una veta más internacional, y por un diseño europeo; el material es de plata. Socios, hinchas e historiadores de Liverpool se nos acercaron y nos dijeron si éramos conscientes de lo que era tener esa copa, de cuál era su historia y comenzamos a investigar”.

Debido a esas y otras investigaciones, en Liverpool llegaron a la conclusión de que esa “era una copa diseñada para ser entregada al campeón del mundo en 1930 y que por razones políticas después no se entregó, ya que el campeón no recibió la copa. Posteriormente fue sustituida por la de oro que había traído Jules Rimet, que tampoco se le entregó a los futbolistas”, explicó.

Pero, ¿por qué Liverpool tiene hoy esa copa?

Ese trofeo había quedado en la AUF y al año siguiente, se había explicitado que aquel equipo de  la Liga Amateur que consiguiera tres veces consecutivas el título, se la iba a quedar en propiedad. En 1937, Liverpool era presidido por Daniel Fernández Crespo –quien años más tarde, en 1963, fue presidente del Consejo Nacional de Gobierno–, maestro de profesión. Esa copa quedó en propiedad de Liverpool debido a que logró el cometido.

En las inscripciones de la copa aparecen los escudos de Misiones, campeón en 1932, Colón en 1933, luego tres escudos de Liverpool, en 1934, 1936 y 1937. El de 1935 está libre porque no se jugó el campeonato.

En 1937, Liverpool ascendió a la Primera división y se quedó con la copa que a su vez en su pie indica que fue donada por Enrique Schuster.

En el acta de Liverpool del 21 de enero de 1938 a la que accedió Referí, Fernández Crespo informa que el club se queda con la copa en propiedad y que será en un homenaje que brindará la Divisional Intermedia.

“¿Cómo vincular esta copa a la que se le iba a entregar al campeón del mundo de la FIFA? Existen dos elementos: uno son los testigos e historiadores que concuerdan con eso, y además, si rastreamos los diarios de 1930 en el Campeonato del Mundo, no hubo una copa como debió haber habido, que se le entregara a Uruguay. Lo más importante además es el diseño. Tiene un material que no entregaba la AUF en esa época para torneos locales, tiene un atleta que levanta un avión, un globo terráqueo con un metal muy bien trabajado sobre los pilares que se utilizaban en trofeos internacionales en Europa. Además, tiene el tamaño que debían tener las copas de mucha trascendencia. Mide más de un metro. Esas copas no existían en Montevideo en esas épocas”, añade Larrea.

José Luis Palma, presidente de Liverpool, tiene su misma visión: “Jules Rimet donó una copa de oro que sustituye a esta que es la original que es la que tiene Liverpool hoy. Por eso es que esta copa la atesoramos como un patrimonio de un valor increíble, porque sus orígenes son esos”, contó a Punto Penal.

El exsecretario de prensa del club durante casi 25 años, Edgardo Delbono, comentó a su vez a Referí: “Ese fue un trofeo hecho especialmente para un Campeonato del Mundo por todo el significado que tienen los cuatro pilares que sostienen el globo terráqueo, más el avión”. Y agregó: “Recuerdo que la vi en la mesa de la sala de sesiones de la vieja sede del club”.

A su vez, Héctor Lescano, en su libro “Los negros de La Cuchilla”, también hace referencia a este trofeo: “La Copa de Intermedia queda en propiedad. Como dato realmente interesante e importante, esa copa habría sido la que la AUF había mandado confeccionar para el campeón del mundo de 1930 y que fuera sustituida por el trofeo de oro donado en su ocasión por Jules Rimet”.

Notas a FIFA y a la AUF

Magela Larrea envió dos notas, una a la FIFA y otra a la AUF.

“Mandé una nota al museo de FIFA con la historia y ellos me dijeron que están muy interesados en el tema”, explicó la dirigente negriazul a Referí.

Asimismo le pidió por nota a la AUF “que nos permita acceder a las actas desde 1929 hasta 1938 porque ahí tiene que haber material escrito que narre en forma más específica algo que nos brinde la posibilidad de seguir fundamentando por qué consideramos que esta copa no era un trofeo que iba a tener un club de la Liga Amateur que ni siquiera estaba en Primera, con un diseño espectacular. A Liverpool le importa el valor de haberla logrado, con los jugadores de antaño, con un presidente que la luchó a morir como Daniel Fernández Crespo, que se la ganó en ley. Tiene un valor histórico tremendo”.