Camilo dos Santos

UTE ganó más de US$ 2.300 millones en seis años

El ente cerró el ejercicio 2018 con un resultado positivo de US$ 352 millones gracias al cambio de la matriz, mientras los consumidores pagan la energía más cara de la región

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02 de abril de 2019 a las 05:02

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La empresa estatal UTE ganó US$ 352 millones en 2018  y así completó seis años consecutivos con números positivos. El resultado estuvo algo por debajo que el obtenido en 2017. Los números muestran que las ganancias fueron por $ 11.404 millones en términos corrientes. En el ejercicio previo, los beneficios habían ascendido a $ 14.436 millones (US$ 504 millones). Al comparar los dos últimos años la ganancia medida en pesos fue 20 % inferior.

Una mirada más amplia en el tiempo permite ver que la empresa eléctrica reportó en los últimos seis años ganancias por unos US$ 2.260 millones. Para encontrar un año con resultado en rojo hay que remontarse a 2012. Ese año la pérdida ascendió a US$ 168 millones y estuvo explicada por los mayores costos de generación debido a la fuerte sequía que afectó al país.

De ahí en más los balances siempre dieron en azul. Hay una buena parte de las ganancias que han ido a parar a Rentas Generales, la caja chica del Estado, que ha utilizado a los entes públicos con fines recaudatorios. Es que además de las transferencias previstas en los compromisos de gestión, el ente ha realizado desde 2016 en adelante aportes extras en virtud del buen desempeño operativo que superan los US$ 500 millones.

UTE se ha beneficiado de menores costos de abastecimiento que han contribuido a mejorar sus números. Hoy Uruguay dispone de energía abundante y los costos de generación son sustancialmente más bajos que en el pasado, en la medida que las energías renovables han ido ganando espacio en la matriz eléctrica y la participación de la generación térmica es mínima.

Sin embargo, eso no se ha visto reflejado en las tarifas que pagan los consumidores. 

Incluso, los uruguayos son los consumidores que pagan más cara la energía en la región, de acuerdo al monitor de indicadores energéticos de SEG Ingeniería. La energía eléctrica industrial costó a la industria local US$ 129 por MWh y la residencial US$ 277, según el dato de febrero.

El ente energético es una de las principales fuentes de financiamiento entre las empresas estatales que tiene el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) para cubrir las necesidades de gasto público y buscar reducir un déficit fiscal que, lejos de encaminarse a las metas proyectadas, sigue empeorando (fue de 4,5% en los 12 meses a febrero).

La promesa de una rebaja progresiva en el precio que pagan los consumidores residenciales por la energía eléctrica se reflota cada tanto por parte de las autoridades de gobierno. Pero rápidamente chocan con la realidad y quedan en la nada. El empeoramiento de las finanzas públicas juega en contra y la prioridad del equipo económico es hacer caja para atacar el déficit fiscal, en lugar de cobrar por los servicios que brinda de forma monopólica un precio acorde a los costos.

En varias oportunidades los ajustes de tarifas han estado por encima de las correcciones propuestas por la empresa. Incluso otras veces cuando UTE planteó que tenía espacio para rebajas no encontró receptividad en el Poder Ejecutivo. En la antesala del año electoral el último ajuste de enero estuvo por debajo de la inflación. En resumen, aunque UTE tiene los números en orden, el que pone las reglas es Economía. Hoy el margen es cero y la prioridad es que el ente continué mejorando su aporte de recursos a la caja del Estado. 

Otras cifras

Los ingresos operativos netos de la compañía se mantuvieron casi incambiados y totalizaron $ 50.696 millones, según el balance anual publicado por la empresa. Las ventas de energía en el mercado local crecieron 7,3% medidos en moneda nacional en la comparación interanual y sumaron US$ 1.565 millones. Así la facturación por este concepto aumentó menos que la inflación que el último año fue de 8%.

Por su parte, la exportación de energía a la región reportó una facturación de US$ 60 millones. En moneda nacional los ingresos por exportación disminuyeron 50% comparados con el año previo que había sido récord de la mano con una fuerte demanda de Brasil.
Del lado de los egresos, crecieron los costos por explotación (compra de energía, suministros y materiales, entre otros) 16%, los gastos por administración y ventas (6%) y otros gastos (4%). 

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