Leonardo Carreño

Vice de Colombia dijo que siente "envidia" por Uruguay y destacó liderazgo regional de Lacalle Pou

La vicepresidenta y canciller colombiana dijo que sentía "envidia" por el ingreso per cápita del Uruguay, discrepó con la decisión de Biden de relajar las sanciones para Venezuela y respondió a las críticas de Boric con un mensaje aleccionador

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23 de mayo de 2022 a las 05:00

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La vicepresidenta y canciller de Colombia, Marta Lucía Ramírez, hizo una visita relámpago a Montevideo el miércoles 18 en la que acumuló actividades sin pausa. En entrevista con El Observador, la integrante del gobierno de Iván Duque manifestó su desaprobación por la decisión de la administración de Joe Biden de relajar las sanciones impuestas a Venezuela y Cuba. Además le respondió al presidente chileno, Gabriel Boric, quien se había referido a la situación de derechos humanos en Colombia; manifestó su admiración por Uruguay y su confianza en el liderazgo regional de Luis Lacalle Pou, y habló de las obligaciones que ocupará a quien gane la contienda electoral en su país este mes.

¿Cómo se ve el Uruguay desde Colombia y, en particular, la presidencia de Luis Lacalle Pou?
Tenemos una gran admiración por Uruguay. Siempre la hemos tenido. Un gran cariño por lo que ha sido esta democracia que, junto con la nuestra, son bicentenarias. Tenemos la más absoluta confianza en el liderazgo de Lacalle que, al igual que su padre, han sido estadistas: han tenido una mirada de largo plazo para el Uruguay y también para contribuir al bienestar y el desarrollo de América Latina. La presencia absolutamente brillante que tuvo el presidente Lacalle en esa cumbre de Celac, en setiembre del año pasado, muestra definitivamente que ese liderazgo de Uruguay ha estado basado en la profundidad del pensamiento y en la defensa de los valores: la libertad, la democracia, del desarrollo económico con propósito. También le confieso que vemos al Uruguay con un poco de envidia. Cuando uno ve ese ingreso per cápita de los uruguayos es absolutamente envidiable (si se lo compara) con el de toda América Latina. 

El presidente habla de la necesidad de abrirse al mundo. ¿Qué posibilidades reales ve de una mayor integración de Uruguay a la Alianza del Pacífico?
El planteamiento del presidente Lacalle es absolutamente claro, coherente y conveniente. Vemos desafortunadamente que la integración de América Latina es cerrada al mundo y a veces también es cerrada entre nosotros. Nos ha desintegrado. En vez de pensar en una integración más flexible, más generosa, hemos hecho una integración cerrada y por eso está en crisis de confianza por parte de los propios estados y de los ciudadanos. Recuerdo el auge y esplendor de la Comunidad Andina, del Mercosur y lamentablemente hoy es apenas un recuerdo que, en algunos casos, produjo una gran frustración en las inversiones que hicieron los empresarios. El interés de Uruguay de estar como observador en la Alianza del Pacífico siempre ha sido aplaudido por Colombia.

¿Por qué Colombia ha mirado más hacia el norte que hacia el sur?
No es que hayamos mirado hacia el norte por descarte del sur. Nosotros tenemos una realidad: Colombia es el país bisagra entre el norte y el sur y  en materia de inversión extranjera siempre hemos tenido mucho más inversión norteamericana que del sur del continente. Hemos tenido mucho más mercado de Estados Unidos en productos que hacen parte de nuestra canasta tradicional -café, banana, flores-, pero pensando en diversificar la economía colombiana sin duda que el sur también es muy importante. Creo que todos deberíamos hacer un mea culpa por no haber estado dispuestos a integrar efectivamente América Latina a través de Aladi. Incluso la posibilidad de integrarnos en el hemisferio. Hubo demasiada prevención y suspicacia cuando hubo la posibilidad de integrarnos en el año 2000 en esa gran zona hemisférica de las Américas. Teníamos la posibilidad de hacer algo ambicioso. Esa falta de visión nos está pasando la cuenta de cobro a todos hoy.

¿Cómo impactó en el gobierno de Iván Duque la noticia sobre el asesinato del fiscal paraguayo Marcelo Pecci?
Ha impactado a todos los colombianos. Lo importante es que el presidente Duque, desde el primer instante, dio la instrucción al director de la Policía y a todo el cuerpo de inteligencia de asumir un gran liderazgo en acompañar esa investigación que adelantan tanto la fiscalía de Colombia y de Paraguay, y sobre la cual yo no me aventuraría a hacer ningún comentario. No conozco los detalles pero sé que se está avanzando de manera muy certera porque la prioridad es encontrar a los autores intelectuales y materiales de un crimen atroz.

Tanto en prensa paraguaya como colombiana surgieron versiones de que habría un narcotraficante uruguayo vinculado a la autoría intelectual del crimen. ¿Es así?
No tengo ningún comentario para hacer. La Fiscalía será quien determine e informará cuando tenga certezas.

Estamos a pocos días de las elecciones en su país en un clima de crispación político y social. Hubo amenazas al candidato opositor Gustavo Petro. ¿Cómo ha vivido este proceso desde el gobierno?
La crispación social es una característica de los tiempos que vivimos, la vemos en los países más desarrollados del mundo. Hay una gran polarización desafortunadamente en esta campaña porque ha sido lamentable también el uso de la tecnología y de las redes sociales. Las amenazas las han sufrido varios candidatos. Es bien importante destacar que Colombia en el pasado tuvo varios casos de violencia durante las elecciones. Tuvimos una elección al Congreso hace un mes y medio y por fortuna es la primera vez en mucho tiempo que no hubo ningún incidente, ningún muerto que lamentar, ningún hecho de violencia, aunque sí muchas amenazas. Yo estoy convencida que con todos los dispositivos que el presidente dispuso para reforzar la seguridad de todos los candidatos no tenemos que tener temor a ninguna cosa que lamentar.

¿Qué cree que podría cambiar en los posicionamientos de Colombia a nivel regional e internacional en el hipotético caso que gane Petro?
Lo más importante es saber que Colombia ha sido la democracia más estable de América Latina. Afortunadamente nunca tuvimos golpes militares, que fue la característica de América Latina en los 70 y los 80. Cuando uno tiene un lugar bien ganado como una democracia reconocida, con una institucionalidad sólida, con una economía estable sabemos que cualquiera que sea el que gane tiene la obligación legal, constitucional y moral de seguir mejorando en democracia, en estabilidad económica y del bienestar de los ciudadanos a partir de instituciones. La humanidad no necesita más adanes que lleguen a comenzar de cero, sino gente responsable que con una visión de estadista dé continuidad a las cosas buenas que encuentra y mejore aportando su valor agregado. 

¿Cree que Petro va a respetar esa línea?
Creemos que cualquiera que llegue a la Presidencia está obligado. 

¿Y en materia de afinidades políticas qué puede cambiar? Parecería haber un nuevo cambio de signo político en la región. 
En la región hay una ciudadanía que quiere más y mejores resultados. Quiere progreso, gestión, transparencia. Ese es el desafío y la obligación que tenemos todos los servidores públicos. Tenemos la vocación de servir a todos por igual y de hacer un servicio con integridad: sin beneficiar a grupos cerrados de amigos. Hay veces que la gente confunde en el ejercicio de la política lo que se le ofrece al ciudadano: algunos ofrecen regalar y otros ofrecemos trabajar. Creo que los ciudadanos elegirán siempre trabajar. 

¿Cómo tomó las críticas del presidente Boric sobre la situación de los derechos humanos en Colombia?
Nos parece que un jefe de estado tiene que ser supremamente prudente y cuidadoso en sus palabras para calificar o descalificar a otra nación.  Colombia es un país democrático, con instituciones y que desafortunadamente ha sufrido muchísimo por la violencia del narcotráfico. Entendemos claramente que la obligación de cualquier estado  siempre es proteger su democracia, garantizar la integridad del territorio y proteger a todos sus ciudadanos. Y cuando haya cualquier desvío de cualquier funcionario del estado es importante tener instituciones que funcionen. Creemos que Colombia, en ese sentido, puede ufanarse de decir que tenemos una Justicia autónoma, independiente y eficaz. No hay nadie en Colombia que pueda sentirse por encima de las instituciones ni resguardado por ningún tipo de impunidad. En nuestro país no pasa eso. Para Colombia ha sido muy doloroso cuando tuvimos que enfrentar protestas con gente infiltrada y pagada para que hicieran vandalismo. Lo vivimos el año pasado. Nos duele mucho ver ese tipo de protestas y nos solidarizamos con Chile cuando vemos que están pasando una situación difícil también.

¿Cuál es su visión sobre la relajación de las sanciones que EEUU había impuesto a Venezuela y Cuba?
En materia de democracia y de defensa de los principios como la libertad, se deberían rebajar sanciones después que se haya restablecido la democracia. Porque cuando uno se anticipa puede haber una señal un poco ambigua. Esta presión que se ha mantenido sobre Venezuela para que haya una transición a la democracia está surtiendo efecto. Esperamos que en el muy corto plazo se defina una fecha para una elección presidencial transparente, democrática, libre y, sobre todo, con veeduría internacional. Nos sentimos muy contentos de poder hablar con la autoridad moral de decir que así es en Colombia. 

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