24 de septiembre 2025 - 19:59hs

La temporada de rosca previa a la definición de autoridades ya comenzó. La Confederación General del Trabajo (CGT) está inmersa en su pulseada interna intensa, a solo seis semanas del congreso convocado para el 5 de noviembre, fecha en que renovarán sus autoridades. Todo está por definirse.

El camino al 5 de noviembre, y sus resultados, definirá buena parte del perfil que adoptará la central obrera en la convivencia con Javier Milei durante el último bienio de su mandato.

Las autoridades de la CGT ya ratificaron la fecha del cónclave en Obras Sanitarias. De allí saldrá la nueva conducción que reemplazará al actual triunvirato que integran Héctor Daer, Octavio Argüello y Carlos Acuña. Sin embargo, cuando todo parecía encaminado a un acuerdo sin mucha fricción, el resultado electoral de la provincia de Buenos Aires y la incertidumbre sobre lo que pueda pasar en las elecciones nacionales de medio término el 26 de octubre pusieron todo en pausa.

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La decisión de profundizar el perfil dialoguista o virar hacia un esquema combativo dependerá en buena parte de lo que diga la sociedad en las urnas dentro de cuatro semanas.

Un secretario general o triunvirato, ésa también es la discusión

La disputa central no solo pasa por los nombres, sino también por la estructura de poder. El esquema del nuevo triunvirato cobra fuerza como resultado de un acuerdo político entre los actuales popes sindicales (el moyanismo, los gordos, los independientes y el sector de Barrionuevo). No obstante, este modelo enfrenta la resistencia del ala más cercana al kirchnerismo que está representada, entre otros, por Abel Furlán, titular de la UOM.

En la misma línea de los metalúrgicos se enrola Omar Maturano, titular de La Fraternidad. "Si es triunvirato no hay unidad y si es unicato hay unidad", sentenció el dirigente y pidió que la conducción defina si la CGT va a tender al diálogo o al conflicto.

De hecho, tal como consignó EL OBSERVADOR, un preacuerdo para mantener el esquema de triunvirato se selló en una reciente reunión de la mesa chica en la sede de la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN). Pero esa tarde hubo ausencias que dejaron en claro su desacuerdo.

Furlán, al frente de la confrontación

El ala combativa se alinea detrás de Abel Furlán, secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM). El metalúrgico articuló con gremios industriales y del transporte una alternativa que aspira a reunir a más de 150 sindicatos para forzar un cambio de rumbo.

Para Furlán, como para el propio Héctor Daer, no hay más lugar para el diálogo porque el Gobierno no quiere escuchar.

Los misiles de los más combativos dentro de la central obrera van dirigidos en particular al delfín de Gerardo Martínez, titular de la UOCRA. En concreto, los dirigentes más cercanos al kirchnerismo van contra Cristian Jerónimo. Fuera de micrófono sostienen sin miramientos que es el hombre de Paolo Rocca en la CGT.

Los nombres para la renovación emergen de las nuevas generaciones de dirigentes sindicales. Uno de ellos es Cristian Jerónimo, del sindicato del vidrio. Por ahora está objetado por el ala combativa. El otro hombre de perfil dialoguista que puede llegar a ocupar un sillón del triunvirato es Jorge Sola, actual secretario de prensa y líder del Sindicato del Seguro.

Por otra parte, en un intento por incorporar la perspectiva de género, Maia Volcovinsky, secretaria adjunta de la Unión de Empleados Judiciales de la Nación, se posiciona como la dirigente con mayor consenso para ocupar un eventual lugar femenino en la conducción.

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