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El mayor problema de Verónica Alonso: la falta de estructura partidaria

Para analistas debe buscar apoyo de dirigentes para presentarse ante la opinión pública
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29 de julio de 2018 a las 05:00

A pesar de que su anuncio todavía no cumplió dos semanas, Verónica Alonso “está en carrera desde hace bastante tiempo”, según expresó a El Observador el director de la consultora Factum, Óscar Bottinelli. Para el analista político, la opinión pública ya la consideraba como una candidata en carrera desde que empezó a jugar con la idea de presentarse sola en las elecciones internas de junio de 2019. “Cuando alguien dice ´soy oficialmente candidato´, no es correcto. Ella hace un año que está en carrera”, advirtió.

El 18 de julio, en medio de una reunión entre precandidatos y la presidenta del Directorio del Partido Nacional, Beatriz Argimón, en la que los nacionalistas quisieron transmitir un mensaje de unidad, la senadora Verónica Alonso anunció a sus compañeros que había formalizado su precandidatura para competir en las elecciones internas de 2019. Pese a que Alonso coqueteaba con la idea de ser precandidata desde hace al menos un año, con su anuncio –materializado en la aprobación del Directorio nacionalista y el trámite en la Corte Electoral para poder competir– la senadora se posiciona como una opción electoral al mismo nivel que los líderes Jorge Larrañaga y Luis Lacalle Pou, aunque corre de atrás en algunos aspectos, especialmente en la falta de una estructura con dirigentes que la acompañen en ese recorrido, según analistas consultados por El Observador.

Alonso reconoce que su espacio está en "proceso en construcción" y entiende que no tiene mucho sentido comparase con las estructuras montadas por otros sectores del partido años atrás. Sin embargo, la senadora afirma que su forma de hacer política escapa a la tradicional. En diálogo con El Observador Alonso dijo que no reniega de la clásica mediación dirigencial pero que apuesta a un contacto "directo" con la ciudadanía. "Es una forma distinta de hacer las cosas", dijo.

Quizás por eso sea que Alonso anunció su precandidatura con el grupo "Esperanza Nacional" sin una figura política a su lado. Consultada por quienes eran los tres dirigentes más importantes que la acompañaban en este camino, la legisladora solo nombró a Álvaro Dastugue.

"No tiene apoyos importantes de agrupaciones del interior y en Montevideo es ella. Había una expectativa de tenerla a ella asociada al grupo de intendentes (llamado Mejor País) y ahí se armaba un paquete interesante, que había que ver si daba mucho o no. Pero eso no se dio y claramente ella está caminando por un lado y los intendentes blancos por otro", dijo el analista político y director de la encuestadora Factum, Óscar Bottinelli.

Según el analista, los precandidatos deben buscar construir dos aspectos. Por un lado, la imagen en la opinión pública y por el otro, una estructura sólida. Ambos deben combinarse, explicó, porque solo con la imagen y la receptividad de posibles votantes no alcanza.

En la misma línea, el sociólogo y consultor en comunicación política Federico Irazábal no dudó en responder que su principal obstáculo es que "carece de una estructura". "Por ahora es solo ella", enfatizó. Para Irazábal, a eso se le suma que Alonso parecería no tener un peso importante en el interior del país. "Tiene un perfil absolutamente montevideano. El desafío es si la conocen y cómo la conocen en el interior", dijo. Sin embargo, Alonso dijo que su grupo tiene alcance en todo el país, aunque con peso diferente según se mire el área metropolitana o el interior.


La precandidata explicó que los pilares que le permitieron competir en la elección de 2009 y de 2014 están en Montevideo y Canelones, donde cuesta con una "diversidad de listas" y una estructura territorial de 50 "referentes" que sacan su "listita".

La situación es diferente en el interior del país que empezó a recorrer apenas hace un año y medio. "Ahí tratamos de llegar a la gente y no depender tanto de los dirigentes. Tenemos una patita en cada uno de los 17 departamentos restantes", dijo. Esa "patita" son ediles del partido, presidentes de Junta o alcaldes. Pero en ningún caso tiene la figura de un intendente. El 11 de agosto está previsto que "Esperanza Nacional" tenga su primera reunión de dirigentes en Durazno.

Nada más que dos

En esa carrera de obstáculos contra la que debe pelear, Bottinelli también advirtió que existe una polarización en la interna blanca, entre Larrañaga y Lacalle Pou, que "hace difícil una competencia entre tres" sumado al anuncio del precandidato por el grupo de intendentes escindidos de Alianza Nacional, previsto para el domingo 26 de agosto. A esa tesis también se adhirió Rafael Porzecansky, sociólogo director de Opinión Pública y Estudios Sociales de Opción Consultores.

"La línea de base es una interna polarizada entre dos candidatos. Uno con ventaja y otro con desventaja, pero en una interna abierta", señaló.

El sociólogo indicó que si bien la cuestión de la estructura es algo que en general tiende a fortalecer a los precandidatos, no es lo único y en ocasiones puede llegar a jugarle en contra. "Si estás rodeado por un buen equipo, te suma. Pero si el equipo no es bien visto, puede no hacerlo", dijo.


En ese sentido, distinguió a los candidatos que buscan apoyarse en la experiencia de los que prefieren lo nuevo. Un ejemplo reciente es el del economista Ernesto Talvi, quien se prepara para lanzar su precandidatura evitando los viejos nombres de su partido en su agrupación. Por decisión o necesidad, Alonso va por ese sendero.


Dentro y fuera del partido

La última encuesta sobre simpatía hacia los precandidatos y líderes políticos realizada por la consultora Opción, concluyó que Alonso le simpatiza a 29% de los uruguayos y le cae antipática a dos de cada 10, lo que la coloca como una de las líderes que más creció en niveles de agrado en los último meses. Entre los votantes del Partido Nacional, la simpatía por la única precandidata mujer es bastante superior: a 44% les simpatiza y al 13% les cae antipática.

Sin embargo, si bien no existe una encuesta dentro de los dirigentes blancos, si se hiciera es posible que esos porcentajes fueran bastante diferentes. Aunque no se dice a viva voz, dentro del Partido Nacional molestaron algunas decisiones tomadas por Alonso en las que eligió jugar sola, según interpretan sus correligionarios.


Un ejemplo son las reuniones que tuvo con el presidente Tabaré Vázquez, la última para explicarle una propuesta sobre seguridad que incluía mayor participación de la Guardia Republicana. Incluso, según dijeron a El Observador fuentes nacionalistas hay quienes dentro del partido la han llegado a comparar con el colorado Fernando Amado, que decidió separarse de los sectores de su partido y abrirse a uno nuevo.

Tampoco cayó del todo bien su anuncio público como precandidata el mismo día que los blancos intentaban dar una imagen de unidad. En el caso de Larrañaga, por ejemplo, el anuncio fue tomado con sorpresa. Al líder de Alianza le pareció inoportuno que el anuncio de Alonso ante los medios fuera ese mismo día, informó este jueves el semanario Búsqueda y confirmó El Observador.
Pese a esos mojones que deberá sortear en la carrera preelectoral, Alonso optó por pararse firme como precandidata con miras a integrar una fórmula presidencial.


Precandidatos antes del anuncio

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