Contrario a lo que sucede en los tiempos actuales con las noticias, que pierden vigencia a poco de haber sido difundidas, así sean de pequeña o gran relevancia, la desaparición de un
avión comercial con 239 personas a bordo sigue generando informaciones relativas al suceso, el cual, de no aclararse, pinta para mantener permanente actualidad.
El pasado 8 de marzo se cumplieron cuatro años de la desaparición del Boeing 777 de
Malaysia Airlines y el asunto, por razones explicables, está lejos de desaparecer del radar de noticias que cada tanto regresan a las portadas, pues el interés que generan no cesa.
Lo lógico, incluso en días como los actuales caracterizados por la falta de lógica en la realidad, es que el misterio fuera tragado a corto plazo por el paso del tiempo, perdiendo interés o bien dándose por aceptada la situación de que el avión cayó en alguna parte del océano Índico y que sus restos fueron arrastrados por las corrientes marinas hacia regiones impenetrables por su profundidad, donde resulta imposible hacer siquiera el intento por recuperarlos, en caso de que la nave no se haya desintegrado. Sin embargo, en los últimos días surgieron nuevas teorías, de las llamadas "conspirativas", que consideran que algo imprevisto y catastrófico sucedió a los pocos minutos de que el avión despegara y cambiara de rumbo.
Según una de las teorías conspirativas que ha venido circulando desde el sábado pasado, el avión cayó en el océano Índico y presentaría numerosos agujeros en su estructura, algo que fue inmediatamente desmentido por las autoridades australianas.
La segunda de las teorías conspirativas popular en días recientes resultó estar basada en un engaño elaborado en internet, según el cual el avión habría sido secuestrado por extraterrestres. Si bien estas dos farsas solo demuestran que la imaginación humana tiene una extraña capacidad de inventiva a la hora de intentar conocer las causas de un enigma blindado, queda claro, nuevamente, que de la desaparición del avión de Malaysia Airlines se seguirá hablando y hablando en tiempos por venir, al menos mientras los restos del aparato no sean localizados y se establezcan las posibles razones que llevaron a su desaparición.