Contexto
¿Qué revela el último barómetro del CIS sobre la intención de voto?
El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), dirigido por José Félix Tezanos, muestra en su barómetro de mayo que el PSOE sigue liderando la intención de voto, aunque con una leve caída: pasa del 32,6% en abril al 32%. El PP, en cambio, protagoniza una remontada destacada, al pasar del 26,1% al 29,3%, lo que supone una ganancia de tres puntos y una reducción significativa de la brecha con los socialistas.
¿Qué factores temporales rodearon la encuesta?
La recogida de datos coincidió con un momento de fuerte malestar ciudadano, derivado del apagón eléctrico que afectó a diversas zonas del país y del caos ferroviario registrado durante y después del puente de mayo. Ambos eventos generaron interrupciones masivas en los servicios básicos y captaron gran atención mediática, contribuyendo posiblemente a una percepción de gestión deficiente por parte del Gobierno.
¿Cómo se comportan el resto de las fuerzas políticas?
Vox retrocede hasta el 13,7%, perdiendo parte del apoyo que podría haber migrado hacia el PP. Sumar se mantiene estable en un 6,1%, sin variaciones respecto al mes anterior, y Podemos experimenta una leve mejora, situándose en el 4,3%. Estos movimientos menores reflejan una cierta estabilidad en el bloque de la izquierda alternativa, en contraste con las oscilaciones en el centro-derecha.
¿Cuál es la lectura política de la subida del PP?
La mejora del PP se interpreta como una reacción del electorado a la reciente crisis de servicios públicos, que ha puesto en el centro del debate la eficacia de la administración estatal. Aunque el ministro Aagesen descartó un ciberataque en Red Eléctrica y evitó señalar responsabilidades concretas, el daño a la imagen de gestión del Ejecutivo ya estaba hecho. La subida del PP en el CIS puede leerse como una canalización del malestar hacia la principal fuerza de oposición.
¿Qué papel ha tenido Vox en esta reconfiguración de apoyos?
El retroceso de Vox en 1,5 puntos sugiere que parte de su electorado ha migrado hacia posiciones más moderadas, representadas por el PP. Esta tendencia refuerza al partido de Feijóo como principal alternativa electoral y muestra una posible concentración del voto conservador tras episodios de crisis que demandan propuestas de gobierno más viables o moderadas.
Cómo sigue
La evolución de la intención de voto en los próximos barómetros dependerá de la capacidad del Gobierno para controlar los efectos políticos del apagón y del caos ferroviario. Aunque el Ejecutivo ha intentado minimizar responsabilidades y ofrecer explicaciones técnicas, el desgaste en la opinión pública ya se refleja en los datos. La recuperación del PP, si se consolida en junio, podría modificar los equilibrios del bloque de derecha y condicionar las estrategias electorales de cara al segundo semestre del año. Mientras tanto, la oposición capitaliza el descontento y fortalece su discurso sobre la necesidad de alternancia, en un momento donde la percepción de eficacia cobra centralidad en el debate político.