La Dirección General de Tráfico (DGT) y Fundación MAPFRE publicaron un estudio que aborda una cuestión crucial para los conductores mayores de 65 años: ¿cuándo es el momento adecuado para dejar de conducir?. El informe analiza cómo el envejecimiento afecta la seguridad vial y ofrece recomendaciones para tomar esta decisión con responsabilidad y previsión.
Conducción y envejecimiento, un análisis necesario
El estudio, presentado por Jesús Monclús, director de Prevención y Seguridad Vial de Fundación MAPFRE, subraya que no existe una edad límite legal para dejar de conducir en España, pero destaca la importancia de estar atentos a los cambios físicos y cognitivos que pueden comprometer la seguridad al volante. Según Monclús, "dejar de conducir es un proceso por el que todos pasaremos en algún momento de nuestras vidas".
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La edad es un indicador necesario de evaluar a la hora de otorgar licencias de conducir.
El informe revela que, a partir de los 65 años, es común que los conductores comiencen a enfrentar desafíos adicionales. Estos desafíos no siempre resultan en la decisión inmediata de dejar de conducir, pero es fundamental reconocer las señales que indican que es hora de considerar esa posibilidad.
Cuáles son las señales para dejar de conducir
El estudio destaca que la relación entre la edad y el cese de la conducción no es clara en todos los casos, aunque es más frecuente que las mujeres de este grupo etario abandonen antes la conducción que los hombres, independientemente de su estado cognitivo.
Entre las señales clave que sugieren la necesidad de dejar de conducir, se incluyen:
- Deterioro de la visión: Dificultad para ver de noche, deslumbramiento con las luces y problemas para leer las señales de tráfico.
- Reducción de los reflejos: Tiempo de reacción más lento ante situaciones inesperadas.
- Problemas cognitivos: Dificultades de concentración, toma de decisiones erróneas o confusión en rutas conocidas.
- Pérdida de fuerza y movilidad: Dificultades para girar el volante, usar los pedales o realizar maniobras rápidas.
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Retrato de una carretera colmada en hora pico.
Dejar de conducir
Uno de los hallazgos más llamativos del estudio es que, de las personas mayores que dejaron de conducir, casi la mitad lo hicieron de manera involuntaria, con una edad media de 75 años. Para el 41% de ellos, esta decisión fue una experiencia negativa, y un 27% ni siquiera creía que debían dejar de conducir en ese momento.
Las consecuencias de abandonar el volante pueden ser significativas. El 44% de los encuestados señaló una reducción en su nivel de independencia, mientras que el 45% afirmó que dejó de realizar algunas de sus actividades habituales. Estas cifras subrayan la importancia de abordar el tema con sensibilidad y preparar alternativas para mantener la calidad de vida.
El estudio representa un llamado a la reflexión tanto para los conductores mayores como para sus familias. Si bien no existe una edad fija para dejar de conducir, es esencial estar atentos a las señales que indican una posible disminución de las capacidades necesarias para una conducción segura. Tomar la decisión a tiempo, basándose en un análisis honesto de la propia capacidad, puede prevenir accidentes y asegurar que la transición sea lo menos traumática posible.