El desafío global por reducir la emisión de gases invernaderos que afectan a la atmósfera sumó la última semana un dato poco alentador: el permafrost en Suiza continúa descongelándose.
Capaz de almacenar cerca de 1,5 billones de toneladas de carbono, según estimaciones cientítificas recopiladas por la BBC, su total derretimiento a nivel global arrojaría el doble del elemento químico que actualmente presenta la capa protectora de la Tierra.
Si bien desde hace 25 años se realizan mediciones contínuas del permafrost en el marco de Permos, la Academia Suiza de Ciencias (SCNAT) informó el martes que las últimas alteraciones registradas podrían haber influido en la destrucción del pueblo de Blatten el mes pasado. La localidad se vio afectada por los desprendimientos de rocas sobre el glaciar Birch, aumentando la carga de peso y provocando su derrumbe en el valle de Lotschental.
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El deslizamiento del glaciar Birch destruyó parte del pueblo de Blatten
"Durante los últimos 10 años (2014-2025), las temperaturas del permafrost han aumentado en general en los 23 sitios de estudio, con cambios que superan los 0,8 grados Celsius a una profundidad de 10 m, lo que ha dado lugar a nuevos récords de temperatura en 2024", señaló la institución con sede en la ciudad de Berna.
"El aumento de las temperaturas del permafrost se vio reforzado en 2024 por las nevadas tempranas a gran altitud en otoño de 2023, y la temprana capa de nieve retuvo el calor en el suelo" - SCNAT.
En Suiza, el permafrost se encuentra bajo aproximadamente el 5 % de la superficie total, generalmente en pedregal y roca por encima de los 2500 m. Los años hidrológicos 2022, 2023 y 2024 se posicionaron entre los cinco años más cálidos registrados desde que comenzaron las mediciones en 1864, con temperaturas del aire entre 1,4 °C y 1,9 °C superiores a la media del período 1991-2020.
¿Qué es el permafrost y por qué representa una amenaza global?
Con un cobertura del 24% de la superficie terrestre del hemisferio norte, según estimaciones del Arctic Institute, el permafrost almacena casi la mitad del carbono orgánico depositado en el suelo del planeta. Mientras permanezca congelado, permanecerá atrapado. Sin embargo, si se descongela, los microbios comenzarán a consumirlo, provocando su descomposición, liberando dióxido de carbono y metano a la atmósfera. Ese último escenario podría generar graves consecuencias no solo para el Ártico, sino para todo el sistema climático de la Tierra.
"El deshielo del permafrost también desestabiliza el suelo que lo cubre, dañando infraestructuras críticas, causando inundaciones sin precedentes y desplazando comunidades enteras", advirtió el Arctic Institute.
Los expertos estudian como la fuga podría dar paso al resurgimiento de bacterias y enfermedades dañinas que permanecieron congeladas en la tierra durante siglos. Un ejemplo de esto se observó en 2016, cuando un brote de ántrax provocado por un cadáver de animal en descomposición hallado en el permafrost provocó la hospitalización de más de 70 personas en el norte de Rusia y la muerte de un niño y más de 2300 renos.
"El deshielo del permafrost contribuye a la liberación de potentes gases de efecto invernadero a la atmósfera y a incendios forestales masivos, que afectan la calidad del aire en lugares a miles de kilómetros de distancia", sintentizó la entidad científica.