En medio del tembladeral por la imposición de aranceles de Donald Trump a la mayoría de sus socios comerciales -que luego pausó y redirigió hacia China- el oro se convirtió en la estrella de los activos que demandan los inversores para logar refugio seguro en medio del temporal.
Este miércoles la onza de oro troy registraba un alza de un 2,7%, y alcanzaba un un nuevo máximo histórico en los 3.317 dólares, en un contexto marcado por los nuevos episodios de guerra arancelaria. En lo que va del año acumula una revalorización de más del 25%
El año pasado los conflictos geopolíticos, en especial la guerra en Ucrania, y los recortes de los tipos de interés, generaron una suba del 27% del precio del oro, su mejor resultado desde el año 2010
Los factores detrás de la suba
El último impulso al metal precioso ha sido las derivaciones de la guerra arancelaria de Trump en las compañías tecnológicas: la compañía estadounidense Nvidia, una de las cotizadas más grandes del mundo, ha anticipado esta jornada pérdidas de hasta 5.500 millones de dólares en el primer trimestre tras limitarle Donald Trump la venta de chips en China.
Además, la Administración de Trump ha iniciado una investigación sobre la necesidad de imponer aranceles a la importación de minerales críticos, apuntando así a un nuevo sector clave de la economía mundial que puede verse afectado por la creciente guerra comercial iniciada por el magnate neoyorkino desde que volvió a la Casa Blanca.
Pronóstico al alza
Por otra parte, a principios de esta semana, el banco de inversión estadounidense Goldman Sachs publicó un informe en el que auguraba que el metal precioso cierre este año en los 3.700 dólares y que se alcancen los 4.000 dólares a mediados de 2026.
Esta revisión al alza se ha motivado en la compra de oro por parte de los bancos centrales, que ascenderá en 2025 a unas 80 toneladas mensuales de media, 10 toneladas más de lo previsto. Los analistas de la entidad han apuntado como causa a los datos de febrero, cuando se adquirieron finalmente 106 toneladas y se pronosticaba que la cifra fuera de 70.
Goldman Sachs ya había cuantificado en un 45% las probabilidades de que Estados Unidos entre en recesión durante los próximos doce meses y, en este sentido, el oro podría dispararse para diciembre hasta los 4.500 dólares de materializarse el peor escenario.
Por el contrario, de sorprender el crecimiento de manera positiva y reducirse la incertidumbre sobre las políticas arancelarias de Donald Trump, el oro moderaría su avance a los 3.550 dólares.
FUENTE: Redacción Mariano Grandi