El metal -histórico refugio de los inversores durante los períodos de inestabilidad económica- alcanza los 3.227 dólares la onza.
Lingotes de oro
El oro alcanzó los 3.227,5 dólares la onza, su nuevo récord histórico.
La subida está impulsada por tensiones comerciales entre EE. UU. y China.
China anunció un aumento de aranceles a productos estadounidenses del 84 % al 125 %.
El oro se ha revalorizado más del 22 % desde el 1 de enero.
El primer trimestre de 2025 fue el mejor inicio de año para el metal desde 1974.
El oro es considerado un activo refugio, lo que significa que los inversores lo buscan en contextos de alta incertidumbre económica o política. En este caso, la escalada en la guerra comercial entre Estados Unidos y China, sumada al temor de una recesión global, ha provocado que muchos actores del mercado trasladen sus inversiones al metal precioso, elevando su cotización.
La principal causa geopolítica que impulsa esta subida es la renovada tensión entre las dos mayores economías del mundo. Estados Unidos anunció la imposición de aranceles generalizados a nivel global, aunque suspendió su aplicación por 90 días. Sin embargo, mantiene aranceles a China, que alcanzan un 145 % en total. En respuesta, China incrementó sus propios aranceles sobre productos estadounidenses, pasando del 84 % al 125 %, y advirtió que dejará de considerar los nuevos aranceles que imponga EE. UU.
El nuevo récord de 3.227,5 dólares supera varias marcas previas. Durante la madrugada alcanzó los 3.220,08 dólares, y el día anterior había tocado los 3.175,83. Antes de eso, el último máximo databa del 3 de abril. Este repunte continuo muestra una clara tendencia alcista en el valor del metal.
Desde el 1 de enero de 2025, el oro ha experimentado un alza de más del 22 %, consolidando su posición como uno de los activos más rentables en lo que va del año. Este incremento se produjo tras un primer trimestre excepcional, que ha sido catalogado como el mejor inicio anual para el oro desde 1974.
Los aranceles generan incertidumbre en el comercio internacional y pueden derivar en una desaceleración económica, lo cual suele hacer que los inversores busquen refugio en activos seguros como el oro. Las tasas impuestas por EE. UU. y las represalias de China intensifican estas preocupaciones, contribuyendo a la presión alcista sobre el precio del metal.
El escenario actual sugiere que el precio del oro podría continuar su trayectoria ascendente si persisten las tensiones comerciales y se intensifica el temor a una recesión global. El comportamiento de las próximas semanas dependerá en gran medida de la evolución del conflicto arancelario entre Estados Unidos y China. Si ambas potencias no alcanzan acuerdos o si se endurecen aún más las medidas proteccionistas, es probable que los inversores sigan refugiándose en el oro, reforzando su tendencia histórica.
Por el contrario, una distensión en las relaciones o señales claras de estabilidad económica global podrían moderar el auge del metal. Mientras tanto, los mercados observan con atención los próximos movimientos de las dos potencias, conscientes de que cualquier anuncio puede alterar el delicado equilibrio actual.
FUENTE: El Observador - EFE