Los países del euro se conjuraron ayer en Bruselas contra la amenaza arancelaria de Donald Trump y prometieron una "respuesta firme y proporcionada" a un desafío que constataron que ya está provocando un claro "impacto negativo sobre la economía mundial". De hecho, la reunión de los ministros de Finanzas y Economía de la zona euro se saldó con la previsión de que la batalla comercial iniciada por el presidente de EEUU provocará un nuevo repunte de los precios en Europa y supondrá un lastre para el crecimiento.
"Lamentamos las medidas arancelarias estadounidenses recientemente anunciadas y estaremos listos para responder de manera firme y proporcionada", advirtió ayer el comisario europeo de Economía y Productividad, Valdis Dombrovskis, en la rueda de prensa posterior al Eurogrupo. Conviene recordar que Trump ha anunciado aranceles recíprocos a escala internacional que prevé aplicar específicamente en la Unión Europea en represalia por el cobro de IVA a los productos estadounidenses. Además, tras desplegar cargas tarifarias sobre acero y aluminio, el presidente estadounidense ha anticipado que aprobará nuevos aranceles sobre coches, chips o productos farmacéuticos.
Semejante batalla comercial, aseveró ayer Dombrovskis, ha disparado la incertidumbre "y ya está teniendo un impacto negativo en la economía global, incluso en los Estados Unidos". Sin embargo, admitió, "también la Unión Europea se ve afectada, ya que la incertidumbre limita la inversión y reduce las perspectivas" de crecimiento y eleva la inflación. "El segundo factor que frena nuestra economía es que los precios de la energía han vuelto a aumentar en los últimos meses", agregó. Aunque el comisario confió en "una recuperación gradual del impulso de crecimiento en el transcurso de este año", admitió que se va a "elevar la inflación general a corto plazo" y que la expectativa es que la UE "crezca a un ritmo ligeramente más lento" al previsto en otoño.
Entonces, Bruselas apuntó a que la UE crecería un 1,5% en 2025 y la eurozona lo haría al 1,3%, mientras que la expectativa es que la inflación se rebajara al 2,4% en el conjunto de Los Veintisiete, y al 2,1% en los países de la moneda común. Esa expectativa de progresiva mejora, después de que países como España hayan sufrido sus mayores escaladas de precios de los últimos cuarenta años, se ve ahora en la picota.
"Los mercados reflejan cada vez más la creciente incertidumbre", señaló por su parte Pierre Gramegna, director general del Mecanismo Europeo De Estabilidad (MEDE), avisando de que las consecuencias inmediatas de la guerra arancelaria serán una "depreciación de la moneda y distorsiones comerciales" que provocarán "un aumento de la inflación en el corto plazo". "En una segunda fase, se espera que las presiones inflacionarias disminuyan debido al menor crecimiento de Europa", agregó, matizando que está por ver si los aranceles se terminan aplicando o durante cuánto tiempo operan para terminar de medir sus efectos. "La zona euro debe prepararse para un entorno internacional cada vez más impredecible", concluyó.
La posición española
"Todos conscientes de que una carrera en términos de incremento de aranceles o medidas proteccionistas no beneficia a nadie. Hay que intentar conseguir acuerdos con socios tradicionales como son los Estados Unidos", aseveró por su parte el ministro de Economía español, Carlos Cuerpo, a su llegada a la reunión con sus homólogos europeos, subrayando la enorme importancia de la relación comercial transatlántica. En este sentido, Cuerpo abogó por la unidad de la UE en su respuesta para reforzar su posición negociadora. Europa, dijo, "tiene los instrumentos necesarios para defenderse si así hiciera falta", y aseguró que también protegerá a los sectores más afectados por los aranceles. Más allá, Cuerpo abogó por conservar vigente la tasa Google española, y el resto de impuestos digitales similares, pese a las presiones den contra de EEUU, alegando que se trata de figuras que buscan "asegurar una redistribución justa de la imposición a nivel internacional".
FUENTE: RIPE - EXPANSIÓN