El papa León XIV recibió este miércoles como regalo un caballo árabe pura sangre de 12 años llamado Proton, que por el momento estará en los establos de Castel Gandolfo, pero su destino será ser subastado para recaudar dinero para los más necesitados, informó la oficina de prensa del Vaticano.
El caballo procede de los establos Michalski de Koobrzeg-Budzistowo, en Polonia, y el papa lo recibió antes de celebrar la audiencia con visible alegría y lo tomó por las bridas para posar para las fotos.
El regalo proviene de un feligrés de la parroquia de San Adalberto en Londres. La intención del donante "es que un regalo tan raro y precioso pueda ser subastado y que los beneficios se destinen a ayudar a los pobres y necesitados", explicó el Vaticano.
Las imágenes publicadas por la Santa Sede muestran al jefe de la Iglesia católica caminando junto al caballo de pelaje claro, sujetándolo por las riendas, visiblemente cómodo, antes de posar a su lado al margen de su audiencia general de los miércoles.
Qué se sabe del caballo pura sangre Proton
Proton nació en la cuadra más antigua de Polonia, fundada hace más de 200 años, y tiene orígenes internacionales.
Su padre, el semental Kahil, nació en la filial estadounidense de una ganadería de Qatar. Su madre, Pradera, procede de Janów Podlaski, pero su padre era el semental Hlayyil, criado por Su Alteza Real la Princesa Alia Al Hussein de Jordania. Proton tiene doce años y es de pelaje gris con manchas oscuras, detalló el Vaticano.
El donante recordó que el estadounidense Robert Francis Prevost solía montar con frecuencia en Perú, donde fue misionero y luego obispo de Chiclayo para visitar diócesis y a los fieles.
De hecho, cuando fue designado papa tras la muerte de Francisco, trascendieron imágenes de León XIV montando a caballo años atrás.
Otros tres ejemplares de pura raza española también se incorporaron al Borgo Laudato Si, el gran proyecto educativo, agrícola y cultural del Vaticano, ubicado en Castel Gandolfo e inaugurado en septiembre por el papa, quien se detuvo para acariciar a los equinos.
