Cientos de personas volvieron a salir a la calle por segunda noche consecutiva en el marco de una serie de protestas en la localidad norirlandesa de Ballymena tras la detención de dos migrantes por una presunta agresión sexual, unos disturbios que dejaron un saldo parcial de una treintena de policías heridos.
La Policía, que volvió a intervenir para sofocar los ataques incendiarios durante una segunda noche de violencia en las calles de Ballymena, alertó que muchos de los actos perpetrados estas dos últimas noches están siendo investigados como posibles delitos de odio "motivados por cuestiones raciales".
Las fuerzas de seguridad recurrieron así al uso de cañones de agua y balas de goma ante el lanzamiento de cócteles molotov, piedras y travesaños de andamios situados en las inmediaciones. Además, cinco personas fueron detenidas, según informaciones de la cadena de televisión BBC.
El inicio de las protestas en Irlanda del Norte
Las protestas comenzaron el lunes después de que dos adolescentes fueran detenidos tras ser acusados de agredir sexualmente a una adolescente en el condado de Antrim.
Los disturbios se volvieron más violentos después de que saliera a la luz que ambos acusados habían necesitado un traductor para entender los cargos que se les imputaban.
Asimismo, los incidentes se extendieron a Newtownabbey y Carrickfergus, en el condado de Antrim, y al norte de Belfast, la capital norirlandesa, aunque fueron descriptos como "esporádicos" por la Policía.