Los reyes de Noruega, Harald V y Sonia, rindieron homenaje en la isla de Tenerife (Atlántico) al legado del explorador y científico Thor Heyerdahl, quien estudió seis pirámides escalonadas al sur de esa isla, con la convicción de que estaban orientadas al Sol en fechas astronómicas clave.
El legado del explorador noruego en Tenerife se conserva en el parque etnográfico y jardín botánico Pirámides de Güímar, que visitaron los reyes mientras disfrutaban de unas vacaciones privadas en la isla.
Los reyes fueron recibidos por la viuda del explorador, Jacqueline Heyerdahl, y por la directora del parque Pirámides de Güímar, Alicia Barroso,
Embajador más importante
"Quedó patente la admiración que sus majestades sienten por Heyerdahl, una muestra más, en mi opinión, del orgullo de los noruegos por quien fue su embajador más importante", aseguró Barroso.
Detalló que Sonia de Noruega colocó una corona de flores junto al busto de Thor Heyerdahl, en un acto en el que estuvo acompañada por la viuda del explorador.
Antes de despedirse, los reyes firmaron en el libro de honor y se les entregaron varios regalos, como un libro-catálogo del Parque, una reproducción de la embarcación Ra II en miniatura (fabricada por los Aymara en el Lago Titicaca, el lago navegable más alto del mundo, a 3.812 metros en territorio de Perú y Bolivia) y unas piezas de cerámica canaria.
Estructuras en forma de pirámides
El explorador, científico y escritor noruego Thor Heyerdahl (Larvik, 1914) visitó Tenerife en 1990 atraído por las noticias de la existencia de unas estructuras en forma de pirámides escalonadas en el municipio de Güímar.
Su interés por estas estructuras se volvió un compromiso personal y se embarcó, junto con su amigo Fred Olsen, en el reto de proteger y conservar estas estructuras que iban a ser destruidas por un plan urbanístico, y crear lo que hoy es el Parque Etnográfico y Jardín Botánico Pirámides de Güímar.
Jacqueline, quien ya vivía en Tenerife, conoció a Thor Heyerdahl en 1991, cuando este ya estaba trabajando en el proyecto, se casaron tres años después y establecieron su residencia en Güímar.
Ambos dedicaron desde entonces todos sus esfuerzos a este museo y a proteger, conservar y divulgar el tesoro arquitectónico y patrimonial de estas construcciones.
Los libros de Heyerdahl se han traducido a más de 70 idiomas desde que, en 1947, organizase la expedición de la Kon-Tiki, con la que esperaba demostrar que los primeros pobladores de la Polinesia podrían haber llegado desde Sudamérica en balsas de troncos.