Están lejos de los Walton, dueños de Wall Mart, que lideran el ranking. Y no son dinastías de tantas generaciones. Pero fueron la sorpresa de 2025. Los Luksic (Chile) y los Larrea (México). Y se dedican a lo mismo: el cobre.
Son los Walton, la dinastía estadounidense detrás del imperio Wall-Mart. La familia más rica del mundo, que incluso deja atrás a buena distancia a los clanes del Golfo Pérsico con su extravagante riqueza.
El dinero puede separar a una familia.
Pero éstas son historias de patriarcas que lograron que el clan se mantuviera unido e hicieron buen negocio. Amasaron una riqueza que crea armonía.
Hablamos de imperios de hasta ocho generaciones, como los Al Thani que gobiernan en Qatar y que ocupan el n°4 del ranking de Bloomberg de las dinastías familiares más acaudaladas del mundo.
Aunque hay algunos “suscriptos” que, a lo sumo, avanzan o retroceden algunos casilleros cada año, siempre hay también “recién llegados”.
Y la sorpresa en 2025 fueron los latinoamericanos.
No tienen la fortuna de los Walton, que con u$s 513.400 millones lideran cómodamente la lista (Wall-Mart, EE.UU.), a una distancia de unos u$s 200.000 millones de los Al Nahyanni, de los Emiratos Árabes, en el segundo lugar.
Tampoco la larga y distinguida tradición de los Hermès, con seis generaciones (Hermès, Francia, n°5) o la legendaria historia de los Wertheimer (Chanel, Francia, n°9).
Pero estos dos grupos, uno chileno y el otro mexicano, supieron colarse además entre las poderosas y siempre algo oscuras fortunas de petro-dólares del Golfo (que acaparan el segundo, el tercer y el cuarto puesto y que en 2023 llegaron a destronar a los “Wall-Mart”).
Con intereses diversificados, algo une a los latinoamericanos: el corazón de su negocio es el cobre.
Y es que éste no sólo fue un año burbujeante para el oro. Metales como el cobre se dispararon más del 40% en 2025.
Los chilenos son los Luksic, que con una fortuna de u$s 46.400 millones y dos generaciones involucradas en el negocio, entraron justo en la posición 25.
Todo empezó con Policarpo Luksic Ljubeti, que llegó a Chile de Croacia en 1905 para trabajar en la industria salitrera.
Para los años 1950, Andrónico Luksic Abaroa, hijo del dueño de un negocio de ramos generales, comenzó a comprar concesiones de exploración en el desierto de Atacama.
En 1980 adquirió una empresa que perdía dinero, Antofagasta & Bolivia Railway Co., y eventualmente la convirtió en un gigante del cobre.
El grupo que se fue expandiendo hasta abarcar distintas líneas de negocio, desde el Banco de Chile, Compañía Cervecerías Unidas, Canal 13 y Compañía Sudamericana de Vapores (principal naviera del país), entre otras.
Un dato interesante que aporta Bloomberg: Andrónico Luksic Craig, de la segunda generación, hoy de 71 años, quien ya comenzó una lenta retirada, escaló la cumbre más alta de cada uno de los siete continentes.
Una conquista que probablemente sea el eco del espíritu de lucha y el anhelo de superación que lleva en la sangre croata.
La otra familia, oriunda de México, son los Larrea. Tres generaciones con una riqueza de u$s 58.500 millones que los hizo colarse directamente en el puesto 17.
Quien comenzó el negocio en 1942 fue Jorge Larrea Ortega, aunque incursionó en la construcción primero.
Pero luego se expandió a la minería y pronto se convirtió en “el rey del cobre”, al erigir la mayor minera del país.
Germán Larrea se hizo cargo en 1994 de la compañía familiar, Grupo México, que también tiene divisiones de infraestructura y opera en el sector del transporte ferroviario.
Este año intentó ingresar a la industria financiera con la compra de Banamex pero el Citi rechazó su oferta.
Larrea es el segundo hombre más rico de México, sólo detrás del magnate Carlos Slim.
Su gran pasión es bien conocida: criar caballos pura sangre de carrera. Sus
Las fortunas van y vienen. Pero después de unas generaciones, hay ciertos gustos que están permitidos.