El operativo involucra a más de 500 agentes y se centra en el uso de drones térmicos y unidades caninas para realizar un rastreaje del área afectada.
La peste porcina africana avanza y amenaza la región catalana.
Los Agentes Rurales de Cataluña pusieron en marcha un amplio operativo para contener el brote de Peste Porcina Africana (PPA) que afecta a jabalíes en la sierra de Collserola, al norte de Barcelona.
El operativo involucra a más de 500 agentes y se centra en el uso de drones térmicos y unidades caninas para realizar un rastreaje del área afectada.
Este enfoque innovador permitió localizar rápidamente cadáveres de jabalíes y realizar una intervención efectiva. Los drones, equipados con cámaras térmicas y ópticas, permiten detectar a los animales muertos o enfermos, incluso entre el denso follaje de la zona boscosa de Collserola.
Aparte de la tecnología aérea, los perros rastreadores desempeñan un papel fundamental en el proceso. Se encargan de buscar restos de fauna muerta que podrían estar infectados por el virus, lo que contribuye a garantizar que ninguna parte del ecosistema quede sin inspeccionar.
“Los drones nos permiten cubrir grandes áreas rápidamente, mientras que los perros son esenciales para encontrar restos ocultos en el terreno”, explica el subinspector encargado del operativo. A día de hoy, ya se han encontrado cerca de 50 cadáveres de jabalíes, de los cuales 9 han dado positivo por PPA.
Las autoridades establecieron un perímetro de seguridad alrededor de la zona afectada y recomiendan a la población evitar acceder a los bosques de Collserola.
A pesar de que la PPA no afecta a los seres humanos, el riesgo de propagación del virus a través de vehículos, ropa o suelas de zapatos sigue siendo alto. En este contexto, se han reforzado las medidas de bioseguridad, solicitando a la ciudadanía que mantenga una estricta higiene para evitar la transmisión accidental.
El brote de PPA ha puesto en alerta a las autoridades, ya que aunque el virus no afecta a las personas, es altamente letalpara los cerdos, tanto domésticos como silvestres. Si el virus se propaga, podría causar una crisis económica en el sector porcícola, al que España debe una parte significativa de sus exportaciones.
Este brote de PPA se detectó en noviembre de 2025 en jabalíes de la zona, marcando el primer caso en España tras más de 30 años sin contagios.
La PPA es una enfermedad que no tiene cura, y aunque el contagio no se transmite a los humanos, su propagación en los animales representa un desafío para los sectores ganaderos y agrícolas, especialmente aquellos involucrados en la producción de carne de cerdo.