Expertos, estadistas y exmandatarios de toda la región se reunieron este jueves en Washington D.C. para el foro “Democracia y Crimen Organizado en Latinoamérica”, convocado por el Interamerican Institute for Democracy, la Florida International University (FIU), la Universidad Austral e Infobae.
La amenaza del crimen organizado sobre la democracia en América Latina fue el eje central del encuentro, donde líderes políticos y analistas discutieron el avance de las mafias y su profundo impacto en la región.
El consenso fue unánime: el crimen organizado, impulsado por el narcoterrorismo y fortalecido por las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua, se ha transformado en la principal amenaza existencial para las democracias latinoamericanas. Los ponentes destacaron la creciente penetración criminal en estructuras subnacionales y aplaudieron la nueva política exterior de la administración de Donald Trump, que identifica esta amenaza como un interés de seguridad nacional que requiere cooperación urgente.
Más letal que Al Qaeda
El congresista Carlos Giménez inauguró el evento advirtiendo que el narcoterrorismo está provocando "muchas más muertes que Al Qaeda y otros grupos terroristas". Celebró que, a su regreso a la presidencia, el gobierno de Donald Trump "está haciendo algo al respecto", reconociendo la magnitud de la amenaza.
Esta nueva dinámica criminal fue analizada por Douglas Farah, quien señaló una transformación en la delincuencia transnacional: Europa superó a Estados Unidos como principal mercado de la cocaína, lo que ha elevado la importancia de los puertos y ha generado nuevos actores criminales.
El peligro de los "caudillos" en Argentina
Durante el panel sobre estudios de caso, los analistas se enfocaron en la penetración criminal a nivel subnacional. Farah presentó sus trabajos Argentina Feudal y Convergencia Criminal Transnacional: Santiago del Estero, en los que expuso los "profundos nexos entre la política argentina y estas estructuras delictivas", destacando que provincias gobernadas por "caudillos" gozan de una "enorme impunidad".
El profesor Carlos Gervasoni reforzó este punto, citando los casos de Formosa y Santiago del Estero, donde los gobernantes peronistas "nunca pierden las elecciones y ganan con mayorías sospechosas". Gervasoni sentenció: "Eso no ocurre en las democracias reales del mundo".
Cuba, Nicaragua y Venezuela como santuarios del crimen organizado
El análisis geopolítico identificó a las dictaduras como el motor de la criminalidad transnacional. Beatrice Rangel, exjefa de gabinete de Venezuela, distinguió que, a diferencia de Colombia o México, en Venezuela existen "autoridades estatales que llevan a cabo operaciones de tráfico de drogas". Según la ex funcionaria, esta fragilidad institucional dió a la dictadura de Chávez y Maduro un "poder para contaminar otras naciones", incluso volviéndose un factor desestabilizador para Estados Unidos a través de la migración forzada.
Por su parte, Luis Almagro, exsecretario general de la OEA, insistió en la urgencia de "erradicar a estas tres dictaduras" (Cuba, Nicaragua y Venezuela), pues son "los santuarios de las drogas y el crimen organizado", encargados de debilitar la respuesta regional.
Héctor Schamis coincidió, señalando que estos regímenes han dejado de ser meros Estados para convertirse en "organizaciones criminales a cargo".
Las encrucijadas de Colombia y Bolivia
La situación de países productores clave presentó panoramas mixtos. Juliana Velázquez Rodríguez, CEO de ProAntioquia, destacó la "transformación notable" de Medellín gracias al sector privado que decidió "tomar partido para apoyar a las instituciones que defienden la democracia". No obstante, advirtió que hoy en día "la democracia en Colombia está en peligro" debido a la creciente tendencia de los delitos transnacionales.
Por otro lado, sobre Bolivia, el profesor Eduardo Gamarra señaló que el país ha estado gobernado por un "régimen narco-competitivo" durante dos décadas, convirtiéndose en un centro del tráfico de cocaína. A pesar de una derrota electoral del MAS, dijo Gamarra, "la infraestructura del narcotráfico sigue plenamente operativa".
La guerra híbrida y el riesgo de la inacción
El doctor Ricardo Israel de Chile explicó cómo el país se convirtió en un factor de la guerra híbrida, con "claros indicios de penetración del crimen transnacional" y el sicariato como parte de su realidad. Recordó el crimen del general venezolano Ronald Ojeda, perpetrado por miembros del Tren de Aragua, lo que evidenció fallas en la protección del país.
La exembajadora de Ecuador Ivonne Baki celebró la postura del presidente Daniel Noboa, pero advirtió que si la región no adopta una estrategia coordinada, será "demasiado tarde para que podamos recuperarnos", ya que el narcotráfico "está organizado y nosotros no".
Un cambio en la estrategia geopolítica de EEUU
El profesor Robert Evan Ellis enumeró otros riesgos como la minería ilegal y la creciente presencia de China, cuyos bancos "se utilizan para el blanqueo de capitales".
Sin embargo, la nota de optimismo llegó de parte de Francisco Santos, exvicepresidente de Colombia, quien resaltó que "hoy Trump entendió que se trata de una amenaza de interés nacional y eso es un cambio gigantesco en la lucha".
Las conclusiones, a cargo de Carlos Sánchez Berzaín, reiteraron que el eje de confrontación en el Siglo XXI es "entre el crimen y la democracia". Berzaín sentenció que "2025 será recordado como el año del cambio geopolítico" en las Américas gracias al cambio en la política exterior de EEUU que, finalmente, identifica al narco como un actor terrorista y una amenaza para su seguridad.