El gobierno de Estados Unidos sumó una nueva banda criminal a su lista de organizaciones terroristas. El secretario de Estado, Marco Rubio, designó a la banda Barrio 18 como una Organización Terrorista Extranjera (FTO)y Terrorista Global Especialmente Designado (SDGT). Esta medida permite al gobierno ampliar sus acciones de represión contra el grupo, en medio de su campaña para desarticular redes de narcotráfico y desmantelar pandillas que “atentan contra la seguridad nacional de Estados Unidos”.
En un comunicado difundido el martes por el Departamento de Estado, Rubio afirmó que Barrio 18, rival acérrimo de la Mara Salvatrucha (MS13), “es una de las pandillas más grandes de nuestro hemisferio y perpetró ataques contra personal de seguridad, funcionarios públicos y civiles en El Salvador, Guatemala y Honduras”.
Marco Rubio en el Senado. AP.webp
“La medida tomada hoy por el Departamento de Estado demuestra una vez más el compromiso inquebrantable de la Administración Trump con el desmantelamiento de los carteles y las pandillas, y con la garantía de la seguridad del pueblo estadounidense”, advirtió en el comunicado.
El jefe de la diplomacia de Estados Unidos también sostuvo de que la administración tiene como prioridad mantener las calles libres de drogas ilícitas e interrumpir “las fuentes de ingresos que financian la actividad violenta y criminal de las pandillas y los cárteles”.
Moisés Linares, expandillero de Barrio 18, en la prisión de San Francisco Gotera, 161 kilómetros al este de San Salvador. AFP
Moisés Linares, expandillero de Barrio 18, en la prisión de San Francisco Gotera, 161 kilómetros al este de San Salvador.
AFP
Barrio 18
Al igual que la MS-13, la banda criminal Barrio 18 se originó en Los Ángeles, fundada por hispanos. Conocida también como Pandilla 18, Calle 18 o “la 18”, esta organización criminal transnacional se expandió más tarde a otras zonas. Su presencia se hizo particularmente fuerte en El Salvador y el resto de Centroamérica, a donde fue llevada por pandilleros centroamericanos deportados de Estados Unidos, transformándose en una de las bandas más sangrientas y peligrosas de la región.
Según la agencia AFP, la pandilla se dedica a extorsionar a comerciantes y empresarios de transporte de pasajeros en Guatemala y Honduras, entre otras actividades criminales.
En los últimos años, el grupo criminal recibió un duro golpe por parte del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, quien libró una guerra contra las pandillas. La campaña resultó en el encarcelamiento de más del 1% de la población, muchos de ellos con poca evidencia de culpabilidad o acceso al debido proceso. Si bien esta política redujo drásticamente los índices de criminalidad en el país, también generó fuertes acusaciones de violaciones masivas a los derechos humanos por parte del gobierno.
Vista de un integrante de la pandilla Barrio 18. EFE
EFE
El avance de EEUU sobre Latinoamérica
La designación como organizaciones terroristas es un paso sustancial que permite a Estados Unidos operar con más margen de represión fuera del país, de acuerdo a sus propias leyes. Además, tiene efectos legales muy amplios en EEUU, que van desde el congelamiento de fondos hasta el procesamiento penal por apoyo indirecto o directo a esas organizaciones.
Desde el regreso de Trump a la presidencia en enero, Washington designó como terroristas a los seis principales carteles mexicanos: el Cartel de Sinaloa, el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el Cartel del Noreste, el Cartel del Golfo, Carteles Unidos y la Nueva Familia Mexicana. Y lo mismo hizo con la banda transnacional de origen venezolano Tren de Aragua, la pandilla salvadoreña Mara Salvatrucha (MS-13), las ecuatorianas Los Lobos y Los Choneros y el Cartel de los Soles, que según la Administración Trump estaría liderado por el presidente venezolano, Nicolás Maduro.
Washington invocó la designación de “terrorista” para justificar ataques con misiles contra lanchas que presuntamente transportan drogas entre las costas de Venezuela y países vecinos. Estos ataques, cuya constitucionalidad es cuestionada por expertos militares en Estados Unidos, resultaron en la muerte de al menos 14 personas.