Por Katharine Pichardo-Erskine, Presidenta y CEO de Latino Victory
En tan solo un mes, hemos visto medidas que afectan a millones de familias latinas, trabajadores y ciudadanos que creen en los valores democráticos de este país. Decisiones que antes parecían impensables han sido ejecutadas con rapidez, sin contemplaciones ni respeto por la Constitución. Para aquellos que pensaban que este Trump sería diferente, la realidad ha sido contundente: estamos ante una administración dispuesta a desmantelar derechos, debilitar instituciones y gobernar a través del miedo.
Pero aquí está la verdad: los latinos no somos fácil de intimidar. Sabemos que somos el motor económico de esta nación y no vamos a retroceder. Los ataques contra nuestra comunidad no son accidentes ni errores administrativos, sino una estrategia política diseñada para criminalizar a los latinos y debilitar nuestra participación en el país que ayudamos a construir.
En solo un mes, más de 5,500 personas han sido deportadas, muchas de ellas trabajadores esenciales que sostenían nuestras industrias y comunidades. Al mismo tiempo, la administración eliminó fondos federales para ciudades santuario, castigando a comunidades que protegen a los inmigrantes del abuso y la persecución. Como parte de su agenda anti inmigrante, también reinstaló el programa “Permanecer en México”, obligando a solicitantes de asilo a esperar en condiciones peligrosas fuera de Estados Unidos, una política que, en su primera implementación, resultó en más de 1,500 ataques violentos documentados contra migrantes en la frontera.
En Texas, Trump ha dado un paso aún más radical al autorizar la Guardia Nacional a detener inmigrantes, un acto sin precedentes que legaliza la persecución y abre la puerta a graves violaciones de derechos humanos.
Esta no es una política migratoria, es una estrategia de opresión.
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Katharine Pichardo-Erskine
Trump dice ser un presidente "pro-trabajador", pero sus acciones han demostrado lo contrario. El congelamiento en la contratación federal ha eliminado miles de oportunidades de empleo, muchas de ellas ocupadas por latinos en sectores clave, afectando la estabilidad laboral de nuestras comunidades.
A esto se suman los constantes ataques a los sindicatos, que debilitan la capacidad de los trabajadores para negociar salarios justos y mejores condiciones laborales, dejando a millones en una posición de mayor vulnerabilidad frente a empleadores que buscan maximizar ganancias a costa de sus derechos.
Además, la imposición de nuevos aranceles ha elevado el costo de vida, encareciendo productos esenciales y golpeando especialmente a las familias de bajos ingresos, que ahora enfrentan mayores dificultades para cubrir sus necesidades básicas.
¿Quiénes son los más afectados? Los mismos trabajadores latinos que construyen este país, cosechan sus alimentos, cuidan a sus enfermos y educan a sus hijos e hijas.
El Intento de Desmantelar la Democracia
Trump no solo está atacando a los latinos y a los trabajadores, sino que también está debilitando las instituciones que sostienen nuestra democracia. Ha ignorado y atacado públicamente a jueces que fallan en su contra, socavando la independencia judicial y erosionando el principio de separación de poderes.
Trump ha restringido el acceso de periodistas críticos a la Casa Blanca, intentando controlar la narrativa pública y silenciar la verdad, en un claro ataque a la libertad de prensa. Más alarmante aún, ha comenzado a desmantelar el Departamento de Justicia, reemplazando a funcionarios de carrera con aliados políticos leales, dispuestos a obedecer sin cuestionamientos. Estos no son actos aislados; son intentos deliberados de consolidar el poder y debilitar los frenos y contrapesos que garantizan que el gobierno sirva al pueblo y no a los intereses de un solo hombre.
Todo esto sigue un patrón claro: Trump no quiere un gobierno para el pueblo, quiere un gobierno para sí mismo y para sus aliados en la oligarquía.
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Los latinos somos más de 62 millones en Estados Unidos. Representamos casi el 20% de la población y contribuimos casi 3 billones de dólares al PIB del país. Somos una fuerza económica, social y política que no puede ser ignorada. Pero a pesar de nuestro poder, seguimos estando subrepresentados en todos los niveles del gobierno. Y ahí está el verdadero problema.
Cada ataque contra nuestra comunidad ocurre porque quienes toman decisiones no nos representan. Porque no tenemos suficientes legisladores latinos en el Congreso. Porque no tenemos suficientes jueces, gobernadores y líderes electos que entiendan nuestras luchas y defiendan nuestra voz.
En Latino Victory, trabajamos para garantizar que la comunidad latina tenga la representación política que le corresponde, porque cuando nuestra comunidad se empodera, el sistema cambia. Se pueden proteger los derechos laborales y garantizar salarios justos. Se impulsa un sistema migratorio humano y digno, que respete la dignidad de quienes buscan un mejor futuro.
Se fortalece la educación y la atención médica accesible para todos, asegurando que nuestras familias prosperen. Y, sobre todo, se defienden nuestras comunidades del odio y la discriminación que intentan silenciarnos y relegarnos a un segundo plano. El poder está en nuestra participación, en nuestra voz y en nuestro voto. Si queremos un futuro donde nuestras familias sean vistas, escuchadas y respetadas, debemos tomar acción ahora. Organízate, alza la voz y vota en todas las elecciones - a todos niveles de gobierno. Nuestra comunidad no puede esperar, y nuestro país no puede avanzar sin nosotros.
Necesitamos representación real, líderes que conozcan nuestras luchas porque han caminado en nuestros zapatos, que no solo hablen de nuestra comunidad, sino que luchen por ella con acciones concretas. No podemos quedarnos al margen mientras atacan nuestros derechos, nuestros trabajos y nuestra dignidad. Este es el momento de actuar. Debemos denunciar cada uno de estos ataques y negarnos a permitir que la mentira y la desinformación definan nuestro futuro. Debemos organizarnos, fortalecer nuestros movimientos y apoyar a los candidatos que realmente representan nuestros valores y defienden nuestra comunidad. Y, sobre todo, debemos votar en cada elección, porque ahí es donde se decide quién tiene el poder y quién protegerá nuestros derechos. El futuro de nuestra comunidad no está en sus manos, está en las nuestras. Es hora de tomar acción.
Trump quiere que nos sintamos derrotados. Pero él subestima algo fundamental: los latinos nunca nos damos por vencidos.
Si estos 30 días nos han enseñado algo, es que la democracia no se defiende sola, debemos protegerla con nuestra participación, nuestro activismo y nuestro voto. No es el momento de quedarnos callados. Es el momento de tomar acción, resistir y exigir representación!
Porque esta vez, el futuro lo escribimos nosotros.