El gobierno de Estados Unidos impuso este miércoles sanciones económicas al juez de la Corte Suprema de Brasil Alexandre de Moraes. Se trata de una decisión de fuerte impacto político en la región, a poco más de un año para las elecciones presidenciales en Brasil.
De perfil altísimo, De Moraes está a cargo del juicio contra el ex presidente Jair Bolsonaro. La decisión de la Casa Blanca contra el juez es por "autorizar detenciones arbitrarias" y "suprimir la libertad de expresión", según el Departamento del Tesoro.
Las sanciones se imponen en base de una ley estadounidense conocida como Global Magnitsky, que castiga a quienes hayan cometido o estén vinculados a violaciones de los derechos humanos o corrupción en el mundo.
"De Moraes es responsable de una campaña opresiva de censura, detenciones arbitrarias que violan los derechos humanos y juicios politizados, incluido el del expresidente Jair Bolsonaro", acusado de intentona golpista, afirma el secretario del Tesoro Scott Bessent, citado en un comunicado.
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El secretario de Estado, Marco Rubio, se sumó a la cruzada. El funcionario de origen cubano argumentó que el juez de la Corte brasileña cometió "graves abusos de los derechos humanos, incluida la detención arbitraria que implica denegaciones flagrantes de las garantías de un juicio justo y la violación de la libertad de expresión".
Según detalló el Departamento de Estado de EEUU, De Moraes concretó una "iniciativa selectiva y políticamente motivada, diseñada para silenciar a los críticos políticos mediante la emisión de órdenes secretas que obligaban a las plataformas en línea, incluidas las empresas estadounidenses de redes sociales, a bloquear las cuentas de personas que publicaran discursos protegidos".
La persecución política denunciada por la administración de Donald Trump tiene un apellido de peso: Bolsonaro. No es la primera vez que el jefe MAGA juega fuerte en defensa de su aliado. Semanas atrás, el presidente de EEUU anunció aranceles del 50% a Brasil, a menos que país abra su mercado y pare la "caza de brujas" contra Jair Bolsonaro.
El encargado de apurar las gestiones contra el juez en EEUU porta el mismo apellido que el del ex presidente de Brasil. Se trata de Eduardo Bolsonaro. Con Jair inhabilitado para ser candidato por el Tribunal Superior Electoral de Brasil, su hijo Eduardo podría ser la esperanza conservadora para desbancar a Luiz Inácio Lula da Silva de la presidencia. Una forma de mantener el apellido Bolsonaro en la boleta, pero con una figura menos desgastada que la de su padre. Eduardo se le confirmó a El Observador USA.
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En marzo pasado, el hijo de Jair tomó licencia de su banca de diputado y se mudó de Brasil a EEUU. Se radicó en el estado de Texas. Eduardo se considera un perseguido político en su país. Instalado en EEUU, donde concreta reuniones con congresistas y funcionarios de la Casa Blanca, Bolsonaro viajó fines de junio a Miami por unos días. Lo hizo invitado por la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC, en inglés), el principal foro de la derecha en Estados Unidos.
"La administración de Joe Biden fue realmente injerencista en Brasil, con la plata de la USAID, de Atlantic Council, la CIA a cargo de William Burns y el asesor de Seguridad Nacional Jake Sullivan", dijo Bolsonaro ante este medio.
Su agenda en Estados Unidos tenía un objetivo claro. ¿Cuál? El que acaba de cumplir: que la Casa Blanca sancione a un archienemigo de los Bolsonaro: el juez Alexandre de Moraes, influyente integrante del Tribunal Supremo de Brasil desde hace casi una década.
De Moraes además acumula duros cruces con Elon Musk y declaró estar en una cruzada contra lo que el propio juez define como "el populismo digital extremista". La actual posición del Departamento de Estado de EEUU sobre la persecución del juez a la libertad de expresión hace referencia a la disputa entre De Moraes y Musk.
"Alexander de Morales se volvió muy fuerte en este tiempo y hasta hoy ejerce su poder en favor de la censura, en favor de la persecución contra la derecha", aseguró Bolsonaro en Miami. "Pedimos que Estados Unidos utilice mecanismos legales contra este juez que fue demasiado lejos en violaciones de derechos humanos", reclamó hace cuatro semanas ante El Observador USA. En Brasil, De Moraes amenazó con retenerle su pasaporte.
Eduardo Bolsonaro
Eduardo Bolsonaro en diálogo con El Observador USA, desde el evento de CPAC en Miami.
Lucha contra De Moraes y ¿candidato a presidente?
En la batalla de De Moraes por eliminar la desinformación y las teorías de la conspiración de las redes, el juez quedó bajo la lupa del gobierno de Trump. La empresa Trump Media lo denunció en febrero y Marco Rubio confirmó entonces que estudiaba la posibilidad de aplicarle sanciones. Este miércoles 30 de julio lo hizo.
"Mi amigo Eduardo Bolsonaro, ¡gracias! Saluda a tu padre. Tu familia es maravillosa", le dijo afectuosamente Trump al diputado el 22 de febrero pasado. Lo afirmó desde el escenario de otro evento de CPAC, aquella vez realizado en Washington.
En diálogo con este medio, Eduardo Bolsonaro detalló su praxis en EEUU: "Estoy viviendo aquí después de que un juez loco de la Suprema Corte de Brasil, Alexander de Moraes, amenazó con confiscar mi pasaporte sin razón alguna, solo porque estaba en reuniones en la Casa Blanca y en el Congreso de los Estados Unidos. Es parte de mi actividad parlamentaria, lo cual es normal y natural. Después de esa amenaza y de que abrieran una investigación en mi contra, decidí que no regresaría a Brasil porque ya no es seguro", explicó.
El diputado brasileño agregó: "Así que, desde aquí, estoy haciendo encuentros con autoridades de Estados Unidos para intentar sancionar a Alexander de Moraes. Creo que sanciones económicas contra él funcionarían bien en este momento y sería una oportunidad para frenar su actividad dictatorial en Brasil. Mi objetivo es permitir que las instituciones brasileñas, como el Congreso Nacional, vuelvan a ser democráticas y no un títere de Moraes en la Suprema Corte".