Estados Unidos transita días importantes en materia ambiental: líderes mundiales y ejecutivos de empresas se reúnen en masa en Nueva York por la Semana del Clima y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) palpita la COP29 con la mirada en el resultado de los comicios que enfrentarán a Donald Trump y Kamala Harris. La incertidumbre, en la víspera de un nuevo acuerdo mundial de financiamiento para países subdesarrollados, se centra en la postura que adoptará el Ejecutivo norteamericano a partir de 2025.
El posible regreso de Trump a la Casa Blanca revuelve las dudas entre las organizaciones y los dirigentes ambientalistas. Una victoria del Partido Republicano el próximo 5 de noviembre implicaría un retroceso en torno a las acciones que hoy en día combaten el cambio climático y tienen como objetivo principal la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero.
La elección presidencial en clave climática
La Climate Week NYC, la Semana del Clima en Nueva York, comenzó este domingo 22 de septiembre y se extenderá hacia el 29 de septiembre. Se trata de uno de los eventos anuales más importantes del año en materia ambiental. Reúne a líderes, expertos y activistas para abordar los desafíos de las distintas problemáticas relacionadas con el cuidado del medio ambiente y funciona, además, como un espacio para la discusión de soluciones innovadoras.
En paralelo, la Asamblea General de las Naciones Unidas se reúne, también en Nueva York, en la previa de la COP29, la conferencia de la ONU sobre el cambio climático que se desarrollará tan sólo seis días después de los comicios presidenciales norteamericanos. Allí, dirigentes de todo el mundo discutirán los términos de un nuevo plan de financiamiento para la ayuda climática a países en desarrollo, luego del último acuerdo alcanzado en 2008 que planeaba una inversión de 115 mil millones de dólares y que deberá renovarse a partir de 2025.
La COP29 será una instancia decisiva para determinar el rol de las potencias del mundo, principales productoras de emisión de gases, en el plan de ayuda económica a nivel global, donde se deberá establecer cuánto dinero aportará cada uno de los países en pos de la pelea contra el cambio climático.
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Donald Trump y Kamala Harris se dieron la mano al inicio del debate del 10 de septiembre
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Los ambientalistas y el miedo ante una victoria de Donald Trump
Una eventual victoria electoral de Donald Trump es la principal preocupación de la dirigencia ambientalista mundial. Las acciones del republicano durante su último mandato al frente de la Casa Blanca y las promesas futuras vertidas a empresarios del petróleo acerca de nuevas desregulaciones en materia ambiental podrían obstaculizar el plan de la Agenda 2030 y aumentar la explotación de combustibles fósiles. Mientras tanto, los países miembros de la ONU reservan sus opiniones hasta saber quién se sentará en el sillón presidencial.
Según un análisis del New York Times, se pueden detectar más de 100 normas o políticas ambientales eliminadas entre 2016 y 2020 durante el mandato de Trump. Muchas de ellas implicaban acciones sobre el aire limpio, el agua, la vida silvestre y los productos químicos tóxicos.
Entre las medidas más destacadas contra el cambio climático, se remarca la eliminación de las protecciones de más de la mitad de los humedales del país, la modificación de los requisitos ambientales sobre los proyectos de explotación de petróleo y gas, la flexibilización de las normas de contaminación del aire, la eliminación de una norma creada específicamente para limitar las emisiones tóxicas y la suspensión de otra ley que impedía la colocación de residuos mineros en arroyos.
Pero la crítica más insistente por parte de los demócratas apunta a la cancelación del Acuerdo de París. En el inicio de su presidencia, el empresario se retiró del tratado internacional firmado por 200 países que se comprometieron a reducir las emisiones de gas de efecto invernadero y mantener la temperatura media global en menos de dos grados.
El propio New York Times indica en su investigación que este tipo de acciones llevadas a cabo por la gestión Trump provocarán un aumento de 1.800 millones de toneladas en las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) durante los próximos 10 años.
Proyecto 2025: las promesas de Donald Trump contra el cambio climático
En julio de este año, el expresidente brindó su discurso en el marco de la Convención Nacional Republicana que lo erigió como aspirante oficial del partido y, además de evadir cualquier discusión relacionada al cambio climático, se refirió al plan progresista conocido como el "Green New Deal" como el "Green New Scam" ("Nueva Estafa Verde"), reforzando la línea negacionista del movimiento.
Periodistas, analistas y dirigentes ligados al Partido Demócrata vinculan a Trump con el "Proyecto 2025", un documento elaborado por el centro conservador de políticas públicas The Heritage Foundation. En el texto, se explaya una postura más radical en torno al negacionismo de la problemática.
Si bien el candidato republicano intentó desligarse del proyecto en reiteradas ocasiones, el Partido Demócrata da por hecho que la iniciativa fue redactada por personalidades ligadas a la fuerza opositora y que, por ende, representa los objetivos de Trump en caso de hacerse con la presidencia.
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La perspectiva de Kamala Harris y su rol en la lucha contra el cambio climático
Las organizaciones activistas también miran de reojo la postura que podría tomar la candidata y vicepresidenta Kamala Harris. A priori, la dirigente nacida en California tomaría el legado del actual mandatario Joe Biden, quien mostró su orgullo por las medidas climáticas implementadas durante su gestión.
Harris participó como representante de Estados Unidos en la conferencia de la ONU celebrada en Dubái el año pasado y en su exposición afirmó que el mundo "debe hacer más" para lidiar con las problemáticas del clima.
Como fiscal general de California entre 2011 y 2017, la actual VP investigó a la empresa ExxonMobil por engañar al público sobre el cambio climático y procesó a una empresa de oleoductos, Plains All-American Pipeline, por tirar grandes cantidades de petróleo en la costa de ese estado en 2015.
Harris se mostró además a favor de la Ley de Reducción de la Inflación de 2022 (IRA, por sus siglas en inglés), el proyecto más impactante de la gestión Biden en materia ambiental. La medida, aprobada en 2022, prevé un presupuesto total de 416 mil millones de dólares por el cual se busca reducir al año 2030 las emisiones de gases de efecto invernadero hasta en 41% con respecto a los niveles del año 2005.
Pero a la vez la producción petrolera de EEUU alcanza máximo histórico durante la administración de Biden y Harris, lo que choca con esfuerzos por frenar contaminación.