Acampes, enfrentamientos, detenciones y brotes de antisemitismo. Eso dejaron las protestas contra la guerra en Gaza que sacudieron hace unos meses los campus universitarios en el país. A pocas semanas de que vuelvan las clases, el tema se cuela en la campaña electoral, en la que Donald Trump y los republicanos defienden "deportar a los radicales pro Hamas", mientras Kamala Harris enfrenta las diferencias que existen entre los demócratas sobre el tema.
El mes pasado, en la Convención Nacional Republicana, el partido de Trump adoptó una plataforma en la que prometió "deportar a los radicales pro Hamas y lograr que los campus universitarios vuelvan a ser seguros y patrióticos". El GOP hacía referencia a la posibilidad expulsar del país a manifestantes extranjeros que participaron de las protestas contra la política de Israel en Gaza después del brutal ataque terrorista del 7 de octubre por parte del grupo palestino Hamas.
Los organizadores de las protestas, en las que se pide que Estados Unidos deje de apoyar a Israel y que las universidades corten sus lazos con empresas israelíes, argumentan que la mayoría de los manifestantes son ciudadanos estadounidenses y que la legislación nacional avala su derecho a expresarse a favor de Hamas, la causa palestina o contra Israel, siempre y cuando no cometan ningún delito.
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Cientos de estudiantes acamparon frente a la Universidad de Columbia como parte de su manifestación a favor de Palestina
AFP
Además, organizaciones musulmanas por los derechos civiles en Estados Unidos aseguran que las protestas pro palestinas transcurrieron en general de manera pacífica y sin que haya un apoyo mayoritario a Hamas. Pero a la vez las imágenes de destrucción y desborde en los campus, sumadas a algunas consignas antisemitas, le quitaron fuerza a ese argumento.
¿Sería posible deportar a manifestantes extranjeros?
Funcionarios de migraciones de la administración de Joe Biden dijeron a la cadena NBC que hasta julio no habían rescindido ningún visado de estudiante, o F-1, por actividades de protesta relacionadas con la guerra en Gaza.
"Cuando sea presidente, no permitiremos que nuestras universidades sean tomadas por radicales violentos", dijo Trump en un acto de campaña en mayo en Nueva Jersey. "Si vienes aquí desde otro país e intentas traer el yihadismo o el antiamericanismo o el antisemitismo a nuestros campus, te deportaremos inmediatamente", aseguró el republicano, firme defensor de las políticas del gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
Organizaciones en defensa de los derechos civiles, como la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU), apuntan que el intento de deportar a manifestantes que tengan una visa para residir en el país por delitos vinculados con la libertad de expresión generaría una serie de batallas legales a lo largo del país.
"Sería una política increíblemente novedosa y extrema expulsar a personas del país simplemente por su defensa de ideas políticas en un país que se fundó sobre la defensa política a ultranza", dijo Ben Wizner, abogado de ACLU.
Por su parte, Reed Rubinstein, ex funcionario de la administración Trump y vicepresidente de America First Legal, argumentó que los extranjeros que cuentan con visados o aspiran a recibirlo no pueden apoyar a organizaciones terroristas. Hamas es catalogado como grupo terrorista en Estados Unidos.
La incomodidad de Kamala ante las protestas pro palestinas
Las protestas a favor de la causa palestina alcanzaron la semana pasada la campaña de la demócrata Kamala Harris. En un acto en Michigan, un grupo de manifestantes interrumpió su discurso para lanzar consignas sobre Gaza.
"Como creemos en la democracia, la voz de todos importa, pero ahora estoy hablando yo", les dijo a un grupo de mujeres. Como estas siguieron gritando, la candidata se puso seria y les dijo: "Si quieren que Donald Trump gane, díganlo. Sino, déjenme hablar".
Dos días después, en un acto en Arizona, otro grupo comenzó a corear "Palestina libre" durante su discurso y la candidata fue un poco menos tajante. "Ahora es el momento de conseguir un acuerdo de alto el fuego y la liberación de los rehenes. El presidente y yo estamos trabajando sin descanso todos los días para alcanzar ese acuerdo. Así que respeto sus opiniones, pero estamos aquí para hablar de la carrera presidencial de 2024", señaló.
El apoyo del gobierno de Biden a Israel le ha ganado algunos cuestionamientos entre el electorado demócrata, especialmente entre los jóvenes y el ala más de izquierda del partido.
Kamala Harris respalda públicamente la política de Biden de lograr un alto el fuego en Gaza, pero ha mostrado una postura más afín hacia la causa palestina y dijo entender las motivaciones de los manifestantes. "Están mostrando exactamente cuál debería ser la emoción humana como respuesta a Gaza. Hay cosas que dicen algunos de los manifestantes que yo rechazo absolutamente, así que no pretendo respaldar totalmente sus puntos de vista. Pero entiendo la emoción que hay detrás", señaló en una entrevista en julio pasado con The Nation.
La vuelta a clases y un fallo judicial clave
En unas semanas se espera que, con la vuelta a clases, se reanuden las manifestaciones contra la guerra en Gaza. En ese marco, la Justicia dictaminó este martes que la Universidad de California (UCLA), en Los Ángeles, no puede permitir que los manifestantes impidan el ingreso de estudiantes judíos a las clases u otras partes del campus.
"Ningún estudiante debería tener que temer nunca que le bloqueen la entrada a su campus por ser judío", dijo Yitzchok Frankel, estudiante judío de derecho, que fue uno de los que presentó la demanda. "Agradezco que el tribunal haya ordenado a la UCLA que ponga fin a esta vergonzosa conducta antijudía", señaló en un comunicado.
La Universidad de California fue una de las protagonistas de las protestas que se registraron en la primavera. En mayo, la policía ordenó que los manifestantes levantaran el campamento que mantenían en el campus, donde se registraron choques con otros manifestantes y decenas de detenciones.
Una renuncia en la Universidad de Columbia
Después de haber sido cuestionada por su manejo de las protestas, la rectora de la Universidad de Columbia, en Nueva York, anunció el miércoles que renunciaba al cargo.
En una carta a la comunidad académica, la economista Minouche Shafik, que ocupaba el puesto desde julio de 2023, habló de "un periodo de agitación en el que ha sido difícil superar opiniones divergentes en nuestra comunidad". "Este periodo ha afectado considerablemente a mi familia", apuntó Shafik, quien estimó que la dimisión "permitirá a Columbia afrontar mejor los desafíos que se avecinan".
Shakif fue criticada por autorizar que la policía de Nueva York realizara detenciones en el campus durante las protestas y en abril compareció ante la Comisión de Educación de la Cámara de Representantes para hablar sobre acusaciones de antisemitismo en la universidad.
"He intentado seguir un camino que respete los principios académicos y trate a todos con justicia y compasión. Ha sido angustioso -para la comunidad, para mí como presidenta y a nivel personal- ver como yo, mis colegas y estudiantes se volvían objeto de amenazas y abusos", dijo en su carta.