El sindicato de los Teamsters, que representa a conductores de camiones carga y a trabajadores de almacenes, anunció que no apoyará a ningún candidato presidencial para las elecciones del 5 de noviembre por primera vez en 30 años. Así, el gremio optó por no comprometerse con los dos principales aspirantes a la Casa Blanca, la vicepresidenta Kamala Harris y el exmandatario Donald Trump.
"Después de revisar seis meses de encuestas a miembros en todo el país y concluir casi un año de entrevistas en mesas redondas con los principales candidatos a la presidencia, el sindicato obtuvo pocos compromisos sobre los principales temas para los Teamsters, tanto del ex presidente Donald Trump como de la vicepresidenta Kamala Harris, y no encontró ningún apoyo definitivo entre los miembros para el candidato de ninguno de los partidos", indicó la entidad, que representa a 1,3 millones de trabajadores, en un comunicado.
"Durante el último año, el sindicato de camioneros se comprometió a llevar a cabo el proceso de respaldo presidencial más inclusivo, democrático y transparente en la historia de nuestra organización de 121 años de existencia, y hoy estamos cumpliendo esa promesa a nuestros miembros", explicó el presidente de la entidad, Sean M. O'Brien.
En 2020 y en 2016, el sindicato había respaldado a los candidatos demócratas Joe Biden y Hillary Clinton. La prescindencia de 2024 representa en los hechos un desaire hacia Kamala Harris, quien sostiene un discurso de campaña favorable a los gremios. Visto desde el rincón republicano, es un triunfo para Trump. Pero no sólo para el jefe MAGA, sino para el argumento que pinta al trumpismo como la fuerza de los trabajadores.
"Con Trump convertimos a los republicanos en un partido de clase trabajadora", aseguró alguna vez el propagandista y asesor del expresidente republicano Steve Bannon. El trumpismo ganó adhesión entre los trabajadores del Rust Belt, uno de los centros del viejo poder industrial venido a menos.
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El titular del sindicato de los Teamsters, Sean M. O'Brien.
AP
De hecho, el sindicato reveló que en dos encuestas que realizó entre sus miembros la mayoría (alrededor del 60%) se pronunció a favor de Trump, aunque otros líderes sindicales cuestionaron la metodología que se utilizó para las consultas.
En su decisión anunciada este miércoles, los Teamsters agradecieron "a todos los candidatos por reunirse con los miembros cara a cara durante nuestras mesas redondas sin precedentes. Lamentablemente, ninguno de los candidatos principales pudo hacer compromisos serios con nuestro sindicato para garantizar que los intereses de los trabajadores siempre se antepongan a los de las grandes empresas".
Entre los miembros de la junta directiva de los Teamsters, 14 votaron a favor de ninguno de los dos, mientras que tres votaron a favor de Harris. Ninguno votó por Trump.
"Hemos cometido un gran error", dijo esta semana John Palmer, miembro de la junta ejecutiva de los Teamsters y vicepresidente general que ha criticado abiertamente la floreciente relación del sindicato con Trump. "Hemos perdido la oportunidad de tratar de hacer que nuestros miembros entiendan por qué no deberían votar por Trump", lamentó.
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El festejo y la suposición de Donald Trump
Antes de la decisión final de los camioneros, el equipo de campaña de Trump celebró los datos de las encuestas realizadas por el sindicato. "Si bien la Junta Ejecutiva de los Teamsters no ha emitido ningún respaldo formal, los trabajadores de los Teamsters han sido claros y contundentes: ¡quieren que el Presidente Trump regrese a la Casa Blanca!", aseguró la secretaria nacional de prensa de la campaña republicana, Karoline Leavitt.
"Estos hombres y mujeres trabajadores son la columna vertebral de los Estados Unidos y el presidente Trump los defenderá firmemente cuando regrese a la Casa Blanca", sentenció la funcionaria en un mensaje que daba por sentado el apoyo del sindicato.
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Trump con Steve Bannon, el ideólogo de que el republicanismo MAGA se convierta en el partido de los trabajadores.
Lo cierto es que Trump se subió a la pelea por ganarse a los trabajadores sindicales a comienzos del año electoral. Una semana después de que Joe Biden obtuviera el tan deseado apoyo de la United Auto Workers, el republicano se sentó con los líderes y miembros de base de los Teamsters. En ese entonces, prometió aranceles a los productos chinos y la reducción del flujo de inmigrantes ilegales a través de la frontera con México.
Kamala Harris no se quedó atrás en sus esfuerzos. Con la clase media como una de sus principales banderas de campaña, la actual VP también se reunió el lunes con una delegación de los Teamsters. En el encuentro, que fue calificado como "ríspido" por la prensa internacional, Harris defendió la gestión de Biden frente a preguntas y reclamos puntuales de la organización.
El resto de los sindicatos y su preferencia por Harris
A diferencia de los camioneros, varios de los sindicatos ya manifestaron su apoyo a alguno de los dos principales aspirantes y, en este aspecto, la demócrata corre con ventaja. La Federación de Maestros, el United Auto Workers (UAW) y la Federación Estadounidense del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales (AFL-CIO) se inclinaron por la dirigente oficialista.
Los trabajadores de automotrices (UAW) acusaron además ante la Justicia al candidato republicano y al multimillonario Elon Musk de "tentativa de intimidación y amenaza" a raíz de comentarios realizados sobre el despido de empleados que realizan huelgas.
En una charla que tuvieron el mes pasado, Trump elogió a Musk por sus medidas antisindicales. "Quiero decir, veo lo que haces", le dijo. "Dices '¿Quieres irte?' Y se van a la huelga. No voy a mencionar el nombre de la compañía, pero van a la huelga y dices, 'Está bien, están despedidos, están todos despedidos. Así que cada uno de ustedes se va'", apuntó.
El sindicato replicó que "en virtud de la legislación federal, los empleados no pueden ser despedidos por hacer huelga, y amenazar con ello es ilegal según la ley federal sobre relaciones laborales".