25 de enero 2025 - 9:18hs

El presidente de Paraguay aprovecha los 11 grados bajo de cero de Washington para tomar unos mates. Si se encontrara en Concepción, donde ahora mismo las temperaturas superan los 40, estaría a puro tereré. Santiago Peña conoce de primera mano el frío de la capital estadounidense. Lo vivió, cuando era funcionario del Fondo Monetario Internacional. Y definitivamente no lo extraña. "Este nivel de frío con nieve es divertido para cinco días. Mucho más, no", bromea ante El Observador USA. Entre mates humeantes, sentado en un salón del hotel de Georgetown donde para con su comitiva, Peña dialoga en exclusiva con este medio.

El presidente vino a la asunción de Donald Trump. Peña participó de algunas galas que se multiplicaron en Washington, donde se encontró con el secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio. También, con el argentino Javier Milei y el venezolano Edmundo González Urrutia. En esta extensa charla, el líder paraguayo celebra la vuelda de Trump a la Casa Blanca. "Es una buena noticia para quienes creemos que hay que restituir ese orden mundial", afirma. Y agrega que "el avance de la agenda woke nos hizo creer que nosotros estábamos equivocados".

La gira por EEUU le sirve a Peña para promocionar a su canciller, Rubén Ramírez Lezcano, como candidato a presidir la Organización de los Estados Americanos (OEA). "Después del triunfo de Trump, su candidatura toma todavía más fuerza", asegura el presidente paraguayo.

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¿Qué expectativa tiene respecto a la mirada y el interés que, de la mano de Marco Rubio, el gobierno de Trump tendrá sobre América Latina?

La expectativa es altísima. América Latina nunca tuvo una expectativa tan alta sobre un gobierno en Estados Unidos, porque esta es una relación, somos un matrimonio que no se puede dividir. El hemisferio occidental está unido, pero esa relación fue fría por momentos. Y se enfrió de más en las últimas dos décadas. La llegada de Donald Trump marca realmente un resurgir: las banderas que él levanta son las de la mayoría de los países de América Latina, y definitivamente de Paraguay. Es un fenómeno que no sólo tiene impacto en Estados Unidos o en el hemisferio, es un movimiento mundial. Nunca antes se vivió. O por lo menos no en nuestra generación y con esta magnitud.

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Para Peña, la vuelta de Trump es

Para Peña, la vuelta de Trump es "una buena noticia para quienes creemos que hay que restituir ese orden mundial".

Paña, alineado con la batalla cultural de Trump

¿Se refiere al cambio cultural que promueve el movimiento MAGA?

Sí, se ha decidido a luchar en esta batalla a la que podemos decirle cultural y que va mucho más allá de la economía. Es defender los valores y principios del mundo occidental. El mundo occidental se construyó sobre la libre empresa, las democracias, y se fue deformando. Bajo la idea de aceptar todo, fue perdiendo su esencia. Y hoy estamos de vuelta. El presidente Trump es quien galvaniza mejor eso.

¿Qué diferencias percibe respecto al primer mandato de Trump?

Cuando él llegó en el 2016, había mucha gente con tremendas dudas sobre la capacidad que iba a tener. Pero los números en la gestión de gobierno demostraron que fue bastante hábil. No pudo sostenerse en un segundo mandato, pero su vuelta, un fenómeno que se dio por última vez hace 100 años, muestra su determinación. En este momento de su vida, ya hacia el final de los 70 años, tiene la determinación de decir lo que va a hacer y hacerlo ya mismo. Es una buena noticia para quienes creemos que hay que restituir ese orden mundial, revertir la decadencia de los organismos a nivel multilateral.

"Revertir la decadencia de los organismos multilaterales"

¿Se refiere a la decadencia de las Naciones Unidas?

Me refiero a las Naciones Unidas y también a la OEA. Necesitamos revitalizar estas instituciones y Trump puede ayudar para resolver los problemas a enfrentar. Los problemas de Venezuela, de Nicaragua, Cuba, Haití, el de Rusia y Ucrania. En Medio Oriente, Trump dijo: "Más vale que lleguen a un acuerdo porque a partir del 20 no va a haber ninguna contemplación, van a caer en el infierno". ¡Y vemos que se llega a un acuerdo! Entonces, soy muy optimista. También tengo expectativas muy altas sobre lo que Paraguay puede hacer en esta situación.

¿Sus altas expectativas incluyen la posibilidad de que el canciller de Paraguay, Rubén Ramírez Lezcano, sea electo secretario general de la OEA para los próximos 5 años?

Es una posibilidad muy fuerte. Nosotros obviamente creíamos, inclusive antes del triunfo de Trump, que Rubén Ramírez es el mejor candidato. Por sus pergaminos en la región, por la historia, por su conducta y su conocimiento. Habla de manera fluida los cuatro idiomas oficiales de la OEA, es una persona con amplio conocimiento en el campo económico, en el sector público y privado. Paraguay ha hecho mucho mérito. Es un país que se ha mantenido exento en este vaivén ideológico de la región que, muchas veces, sólo ha conseguido dividir países. Hemos planteado una política muy pragmática: preferimos no inclinarnos ni a la derecha ni a la izquierda, ir hacia adelante, para ver a una región unida y cada vez más fuerte.

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El presidente de Paraguay se reunió en Washington con el Secretario de Estado de EEUU Marco Rubio, primer latino en ocupar el cargo

El presidente de Paraguay se reunió en Washington con el Secretario de Estado de EEUU Marco Rubio, primer latino en ocupar el cargo

Paraguay va por la presidencia de la OEA

¿La era Trump puede impulsar la postulación de Ramírez en la OEA?

Por supuesto, después del triunfo de Trump, su candidatura toma todavía más fuerza. Paraguay además es el único país que no tiene relaciones con China, sino con Taiwán. Estados Unidos ve como uno de los mayores riesgos la influencia de China en América Latina. El otro candidato tiene una cercanía abierta con el Partido Popular Chino. Eso refuerza el argumento. Sumado a Marco Rubio, de Cristopher Landau y Mauricio Claver Carone, personas que ocupan un altísimo nivel en el gobierno de EEUU y tienen mucha experiencia en América Latina.

Para ganarle a China ese terreno en disputa que es América Latina, ¿no cree que a Estados Unidos le falta fomentar grandes inversiones en la región y no esperar un alineamiento de los países sólo por estar en su zona de influencia? Perú, por ejemplo, se benefició de la mega obra del Puerto de Chancay desarrollado por una empresa china.

Sí, efectivamente. Esto igual depende de cada país. Ahí es donde yo creo que Paraguay se erige como el principal aliado que tiene Estados Unidos en la región. Por supuesto que todos los países ven con buenos ojos la llegada de nuevas inversiones, pero no todos los países estamos dependiendo de la llegada de esas inversiones para poder sostener nuestra bandera. En el caso de Paraguay, nuestra relación con Taiwán no está sujeta a que Estados Unidos haga inversiones. Es una relación construida sobre principios y valores. Lo mismo, nuestra defensa de la democracia en Venezuela y nuestra posición de apoyo a Israel.

¿Paraguay no necesita de esos auxilios externos?

Paraguay se rige como la economía más estable, con el mejor desempeño y el mayor crecimiento económico en los dos últimos años. Tenemos una inflación baja, con un progreso económico y social que nos acerca a los dos países que tienen el mejor desempeño en la región, Chile y Uruguay. Estados Unidos ve a Paraguay no como un problema. Somos uno de los pocos países con una balanza comercial positiva enorme para Estados Unidos. No representamos un problema migratorio para EEUU. Producimos alimentos, tenemos energía eléctrica limpia y renovable.Tenemos una de las reservas de agua dulce más grandes del mundo. Siempre van a ser bienvenidas las inversiones, pero nuestra relación no está construida sobre la posibilidad de que vengan.

Paraguay, uno de los pocos países que reconoce a Taiwán

¿Por qué Paraguay es uno de los pocos países del mundo que reconoce a Taiwán?

Somos uno de los 12 países que mantiene relaciones con Taiwán, y el más grande de esa lista. Es una relación que se ha construido sobre la creencia de que los países pequeños tienen derecho a ser países desarrollados. Muchas veces la adversidad es la razón de la fortaleza de un país. Taiwán ha apostado a su gente y se ha insertado en el mundo: hoy es una potencia a nivel mundial a pesar de vivir en un barrio bastante difícil. Para nosotros, la historia también ha sido muy cruel, pero es una fuente de estímulo para generar fortaleza. Si nosotros tomamos las mejores decisiones y nos aliamos con los países en base a valores y principios, a veces cuesta, pero a la larga es el mejor camino.

Seguir en el Mercosur, pero con reformas

Se está debatiendo mucho sobre la utilidad y el futuro del Mercosur. ¿Qué posición tiene?

La mirada de Paraguay es que hay un futuro enorme dentro del Mercosur. Pero tenemos críticas en función de qué se pensó para el Mercosur en los 90, qué se pudo conseguir y qué no. Tenemos que ser más ambiciosos. Y hay que decir la realidad: del bloque de cuatro países, hay dos que fueron los que dominaron esta conversación, los dos históricamente con una cultura muy proteccionista. Brasil con un mercado de 220 millones de habitantes, se puede dar lujo de mantener esa política. Pero la Argentina agotó ese modelo del proteccionismo. Y hoy lo estamos viendo sucumbir de una manera tremenda ante las políticas del presidente Milei. ¡Enhorabuena!

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¿La irrupción de Milei conduce a una revisión integral del Mercosur?

Nos va a llevar a reflexionar y ver cómo podemos mejorar. Ahora, tenemos que saber que los países miembros del Mercosur que practiquen políticas de liberalización económica igual van a estar mejor dentro de un bloque económico que fuera. Lo que está ocurriendo en Argentina, y creo que también en Brasil, es que hay mayor conciencia de que tienen que ser más competitivos y abrirse más los mercados, eso va a ayudar a dinamizar el Mercosur. El mundo se está empezando a dividir en bloques. Paraguay y Uruguay siempre van a estar más fuertes negociando dentro de un bloque. Especialmente con el acuerdo con la Unión Europea, que crea el mercado común más grande del mundo con 700 millones de habitantes.

¿Avanzará el acuerdo Mercosur-Unión Europea, pese al veto de Francia, Polonia y otros países europeos?

Fue un paso gigante haber firmado este compromiso en la última cumbre en Montevideo. Este es un proceso largo, principalmente en Europa. Para nosotros es relativamente fácil: somos cuatro países, pero en Europa hay mayor tensión política por los sectores que se sienten afectados. Principalmente, aquellos a los que les resulta muy difícil competir contra la eficiencia y la productividad que tenemos en la producción de alimento.

¿Cómo explica el atractivo que genera Milei en muchos ámbitos del exterior, tras un año de gestión?

Primero, Argentina por sí sola siempre genera una fascinación. Los argentinos dispersos en todas las latitudes siempre juegan de local. Tienen personalidad y mundo. Lo digo con sana envidia, porque cuando viajamos los paraguayos somos más tímidos. No queremos llamar la atención. Eso tiene su lado positivo y negativo. Argentina siempre llama poderosamente la atención. 100 años atrás fue el granero del mundo, el quinto país más rico. Por supuesto, tiene una enorme relevancia.

"El pueblo argentino confía en Milei"

¿Qué le suma Milei a esa atracción que genera Argentina?

Javier le suma que ha generado confianza: la gente confía en él. Es el mayor valor que él ha traído a una actividad que ha perdido muchísima credibilidad. La política está acostumbrada a los acuerdos, consensos, arreglos que muchas veces generan desconfianza en la ciudadanía. Él está implementando medidas, que si no hubiese confianza, serían imposibles. La única razón por la cual él goza de una tremenda popularidad y éxito es porque el pueblo argentino confía en él. Confía en que está haciendo lo correcto.

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Peña y Milei en una gala realizada en Washington:

Peña y Milei en una gala realizada en Washington: "La razón de su tremenda popularidad y éxito es que el pueblo argentino confía en él", dice.

¿Qué piensa de las reformas que Milei aplicó en Argentina?

Como economista, él sabe que el problema inflacionario es siempre un fenómeno monetario. Resolvés el problema monetario y la inflación cae. Después, en el manejo de un país hay otros elementos que uno tiene que desarrollar: mejorar la salud y la educación. Tener un Estado concentrado en algunas áreas para dejar el resto al sector privado. Para nosotros, esto resuena bien porque lo hicimos: 20 años atrás, disminuimos los impuestos y la economía creció, hubo mayor inversión y se desarrolló el Paraguay. Deuda baja, no se imprimen billetes, y eso le da consistencia a la política económica. Después hay que hacer otras cosas: seguridad jurídica, protección intelectual, crear un capital humano de alto nivel que pueda atraer empresas. Pero Argentina resuelve el problema fiscal y monetario y tiene un potencial tremendo.

Milei se define como anarco-capitalistal. ¿Usted cómo se enmarca ideológicamente?

Me identifico más de centro. Es lo que refleja también el Paraguay como país conservador. No es que ahora nos subimos a la ola de conservadurismos. El Paraguay siempre ha sido un país conservador.

Más tradicionalista...

Tradicionalista, con una cultura muy familiar. Es nuestra historia de las misiones jesuíticas. Por eso nuestra relación con Israel es tan fuerte, hay un alto contenido de fe. Y adhesión a la Iglesia católica. Somos fanáticos del Papa Francisco. Eso lleva a tener un pueblo más conservador. En el apogeo del socialismo del siglo XXI, con Hugo Chávez a la cabeza, el pueblo paraguayo notó que con Fernando Lugo había riesgos para la democracia. Entonces los representantes decidieron removerlo por juicio político. La sociedad quiso quedarse en el centro. Yo me siento identificado con eso. No soy populista, creo que no hay que mirar ni mucho a la derecha, ni a la izquierda, sino para adelante. Las políticas de un anarco-capitalista son diferentes en Argentina que en Paraguay. Nosotros tenemos la deuda pública más baja de América Latina, una inflación muy baja y controlada. No tiene sentido implementar políticas económicas de shock con un paciente que no está en terapia intensiva.

"La estabilidad macro-económica es necesaria pero no es suficiente"

Usted promueve la política de “hambre-cero”, que encierra un lenguaje muy distinto.

Es una política social muy fuerte que para muchos podría ser socialista, pero creo firmemente que la teoría del trickle-down economics, el goteo, tiene sus limitaciones. El crecimiento económico es una condición necesaria: la estabilidad macro-económica es necesaria pero no es suficiente, hay que hacer otras cosas.

Sobre todo, en un continente que se carateriza por su desigualdad...

Totalmente. Y Paraguay la tiene todavía. No se puede aceptar que un país que alimenta a 100 millones de personas en el mundo, tenga 2 millones en situación de pobreza. ¡Es inaceptable! Estamos trabajando en una agenda social muy focalizada; en cómo le ayudamos a salir y el programa hambre cero es clave. Pasar de una cobertura del 5% al 100% va a transformar la vida de esos niños y va a tener beneficios a mediano y largo plazo.

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La crisis en Venezuela y la disputa con el embajador de Biden en Paraguay

Se reunió aquí en Washington con Edmundo González Urrutia. ¿Qué salida le encuentra al laberinto de Venezuela, con un Nicolás Maduro que se quedó en el poder por vía del fraude?

Paraguay vivió la dictadura más larga de Sudamérica: los 35 años de Stroessner. Y hubo un movimiento internacional combinado con un trabajo interno para que se le diera una salida a Stroessner, que se fue exiliado en 1989 a Brasil, donde terminó sus días. Iniciamos un proceso de transición democrática y hoy, 35 años después, Paraguay es una historia de éxito tras una dictadura larga. Hay un camino para Venezuela. Necesitamos una participación más activa de los países desarrollados, de Estados Unidos, de Europa, una acción más coordinada.

¿Cómo se podría ejercer mayor presión: quitando la licencia de Chevrón?

Creo que esa es una medida que podría ayudar. Ahí el temor es que una medida de ese tipo abra las puertas a la influencia de Rusia, China, Irán. Pero creo que deberían implementar medidas más fuertes en términos económicos. Y después hacer un trabajo de cohesión entre todos los países. La OEA debería ser el espacio donde los países que están convencidos de que la democracia, a pesar de sus imperfecciones, es el mejor sistema político, obren para restituir la democracia en Venezuela.

¿Cuál fue el trasforndo de la ruptura de su gobierno con el embajador de Estados Unidos Marc Ostfield, a quien usted acusó de haber dañado la relación bilateral?

El gobierno de Horacio Cartes intentó hacer una enmienda a la Constitución, lo que enturbió mucho la imagen de Paraguay. Esto generó una confrontación política dentro del Partido Colorado, donde Mario Abdo Benítez movilizó toda la estructura del Estado y en su relación con Estados Unidos les hizo creer que Horacio Cartes era un riesgo para la democracia. Esto trajo sanciones económicas y políticas que, en lugar de perjudicarlo, potenciaron su imagen. A mí, desde el 15 de agosto de 2023, me toca recomponer esa imagen porque fue como un auto-sabotaje. Invitamos a alguien de 7.000 kilómetros de distancia para dirimir nuestras diferencias, y esa persona no tiene la capacidad de distinguir qué es cierto y qué no.

¿El embajador de Biden contribuyó a ese auto-sabotaje?

El embajador contribuyó mucho a esto. Le explicamos que sus actuaciones no eran recomendables y que podían generar un sentimiento antiamericano en Paraguay, algo que nunca había existido aquí. Lo que hacía en Paraguay sería impensado en Argentina o Brasil. Finalmente, en agosto pedimos su retiro formal, ya que se esperaba un cambio de embajador, pero estamos expectantes de que esto se concrete pronto.

En su discurso está muy presente la nececidad de reforzar la autoestima del pueblo paraguayo. ¿Le da importancia política a ese aspecto?

Sí, creo que mi mayor misión es convencer al pueblo paraguayo de que el país tiene un destino de grandeza. Hablo del resurgir de un gigante, de apelar a nuestra historia y reconocer que, a pesar de una guerra fratricida como la Triple Alianza y una dictadura larguísima, hoy Paraguay puede recuperar su lugar. Esto requiere creer en nuestras fortalezas y trabajar sobre nuestras debilidades junto con aliados que compartan nuestros valores.

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El presidente paraguayo pide aumentar la presión sobre el chavismo y no descarta la posibilidad de quitarle la licencia a Chevrón.

El presidente paraguayo pide aumentar la presión sobre el chavismo y no descarta la posibilidad de quitarle la licencia a Chevrón.

"No veo un ambiente para un tratado de libre comercio con EEUU"

¿Está favor de un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, si bien sería inviable en el marco del Mercosur?

Hoy no veo un ambiente para un tratado de libre comercio con Estados Unidos, más aún con su política de tarifas y el 'America First'. Sin embargo, hay espacio para una agenda comercial bilateral. En 2023 logramos la reapertura del mercado estadounidense para la carne paraguaya, pero estamos dentro de la cuota global dominada por Brasil. Sería espectacular tener una cuota preferencial. Además, Paraguay puede atraer inversión tecnológica americana por nuestra falta de relaciones con China y nuestro enorme excedente energético, lo que nos pone en una posición privilegiada. Elon Musk dice que va a haber un quiebre en la producción de energía eléctrica en los próximos años.

¿Cree que el regreso de Trump a la Casa Blanca se debe más a una reacción contra los excesos woke que al malestar social por la inflación?

Sí, 100%. Creo que es una oportunidad para reequilibrar. Defender principios y valores tradicionales no debería ser en desmedro de quienes piensan diferente. Sin embargo, en el avance de esa agenda woke nos hicieron creer que nosotros estábamos equivocados. Paraguay, por ejemplo, protege constitucionalmente el derecho a la vida desde la concepción y el matrimonio entre hombres y mujeres, pero eso no significa que discriminemos.

¿Existe un peligro de que el péndulo se vaya del otro lado y se cometan excesos en la política anti-woke?

Por supuesto, hay que encontrar el equilibrio. Siempre digo que el centro es el lugar más difícil porque hay que balancear los extremos. Pero creo que Paraguay, por su naturaleza, puede hacerlo bien. ¿Por qué no soñar con que Paraguay sea un faro para la región y el mundo?

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