El desarrollo de la inteligencia artificial (IA) avanza y las preguntas cambian rápido. Hoy, en 2025, ya no importa pensar, por ejemplo, qué pasará cuando esta tecnología generativa se inmiscuya en algunas de las actividades humanas por antonomasia, básicamente porque es algo que ya está pasando. Importa más saber cómo se para uno, por ejemplo, ante una banda donde ninguno de sus integrantes existe y cuya música es pura y exclusivamente una creación de los algoritmos. Esa, justamente, es la pregunta que dispara la última polémica del mundo de la música: la aparición de la banda The Velvet Sundown.
El grupo no tiene una historia detrás. Tampoco personas reales que canten o toquen los instrumentos. Si se entra a su perfil de Spotify se encontrará con los rostros de cuatro hombres caucásicos, pelilargos, de entre 30 y 40 años, con quien jamás podría cruzarse en el mundo real, pero ahí están.
Hay también dos álbumes recientemente publicados —Dust and silence y Floating on Echoes, ambos con la misma portada y editados en 2025—, y si se le da play a algunos de sus temas, que se presentan bajo nombres como Drift beyond the Flames, As the silences falls, Smoke and silence y Where war remains, aparecerá una suerte de folk rock de ritmos suaves, voces armoniosas, guitarras nada estridentes y ritmos que evocan a imitaciones de bandas como Wilco, Fleet Foxes o solistas como Kurt Vile.
Este combo le ha permitido a The Velvet Sundown conseguir en poquísimo tiempo la impresionante cifra de 1,4 millones de oyentes mensuales en la principal plataforma de música por streaming. Pero su aparición en el mundo ha generado también una intensa discusión en torno a sus orígenes, métodos de creación e intenciones monetarias.
La polémica empezó con un aparente portavoz de la banda llamado Andrew Frelon, que le dijo a la revista Rolling Stone, que publicó un informe sobre The Velvet Sundown hace algunas semanas, que todas las canciones se compusieron con una herramienta generativa denominada Suno, que es de uso gratuito y funciona como un traductor de lenguaje escrito a melodías. Pero después pasó algo raro: el mismo Frelon dijo que en realidad no tenía ningún vínculo con la banda y se desligó de esos comentarios.
En seguida, la página de la banda en Spotify se desvinculó del supuesto portavoz, y automáticamente la plataforma Deezer, principal contrincante de Spotify en la lucha por el mercado de la música en streaming, aseguró que sus herramientas de detección indicaron que las canciones de The Velvet Sundown estaban hechas con herramientas de IA en un "100%".
Posteriormente, la banda volvió a actualizar la información de su biografía en Spotify y lo confirmó: toda su existencia es algorítmica.
Embed - The Wind Don’t Know
"The Velvet Sundown es un proyecto musical sintético guiado por la dirección creativa humana, y compuesto, interpretado y visualizado con el apoyo de inteligencia artificial. Esto no es un truco: es un espejo. Una provocación artística en curso diseñada para desafiar los límites de la autoría, la identidad y el futuro mismo de la música en la era de la IA", explica el comunicado de la banda, que también fue publicado en su cuenta de Instagram.
"Todos los personajes, historias, músicas, voces y letras son creaciones originales generadas con la asistencia de herramientas de inteligencia artificial empleadas como instrumentos creativos. Cualquier parecido con lugares, hechos o personas reales -vivas o muertas- es pura coincidencia y no intencional. No es del todo humano. No es del todo máquina. The Velvet Sundown habita en algún lugar intermedio."
Habite o no la banda esa zona difusa, Spotify, de hecho, no prohíbe la música nueva generada por herramientas de IA, aunque supuestamente sí limita en caso de que se utilicen para imitar a artistas que sí existen. Los números, además, avalan la tendencia: en torno al 30% de las canciones más escuchadas de esa plataforma están hechas con IA.
Por el momento, desde Spotify no se han hecho comentarios sobre la presencia de la banda y las discusiones que disparó.
La reacción del mundo de la música
Al margen de su evidente éxito entre los escuchas de Spotify, las reacciones ante la aparición de la banda no han sido muy positivas, ya sea por la discusión filosófica o ética que hay detrás, o por el valor per se de su música. De hecho, las voces son coincidentes y no temen afirmar que The Velvet Sundown es un "esperpento" y que amenaza la creación artística y el valor de lo humano. El titular de una nota del diario ABC, por ejemplo, aventura lo que podría significar de cara a los años que vienen: En el futuro, toda la música estará hecha con IA y nos dará igual.
Entre los músicos que elevaron la voz en contra del uso de la IA en la música están Elton John y Dua Lipa, que pidieron al gobierno británico que incluyera a la IA en las regulaciones del copyright, aunque sin demasiado éxito.
Para Ed Newton Rex, fundador de Fairly Trained, una organización que defiende los derechos de los creadores, "esto es exactamente lo que los artistas temían, y es el robo disfrazado de competencia".
"Las empresas de inteligencia artificial roban el trabajo de los artistas para desarrollar sus productos y luego inundan el mercado con imitaciones, lo que significa que menos dinero va a los músicos humanos", agregó.
Para Gina Neff, profesora del Minderoo Centre for Technology and Democracy en la Universidad de Cambridge, el problema está en distinguir qué es real y qué no, y que quien está al final de la cadena sea engañado de forma explícita. “Puede que no importe si esta banda es o no de IA, pero sí importa que cada vez nos cuesta más distinguir qué es real”, le dijo a la BBC.
The Velvet Sundown no es la primera banda creada con IA que apareció en el mercado. En España hubo un antecedente con el grupo Las Nenas, que apareció a fines de 2024 y se tardó semanas en identificar como tal. Ni Viviana, ni Claudia, ni Naiara eran cantantes reales, y una vez que se hizo pública la situación, la distribuidora de sus canciones decidió bajarlas de todas las plataformas y ahora solo pueden escucharse en Bandcamp.
De todas formas, volviendo a "la nueva Velvet", el experto, crítico y divulgador Frankie Pizá explicó en la mencionada nota de ABC que hay que tomar los números de la banda entre comillas.
"Las métricas y números de Spotify no son precisamente fiables; es posible que bots hayan hinchado esas cifras de Velvet Sundown y hayan hecho 'el drama más grande'. No es la primera vez que pasa ni será la última; ya hay artistas como Timbaland que están apostando por contenido musical sin historia, sintético, que no se quejará si le baja el rendimiento o si no cobra nada por los streams. Música sin músicos, industria sin quejas, contenido infinito. Es el gran sueño húmedo de las majors y las plataformas tecnoligárquicas", aseguró.