“El que gana, gana”: un dogma blanco que se topa con el enigma Sartori

La Disposición Transitoria (letra "W") de la Constitución de la República prevé que si en las internas partidarias no hay un ganador que logre el 40% de los votos con una ventaja de por lo menos 10% con el segundo, la elección debe resolverse mediante una votación del órgano deliberativo del partido, en este caso, la convención nacional. Esta es integrada por 500 personas que se eligen mediante la correlación con los votos de la elección interna del 30 de junio.

En esa instancia, los convencionales de los sectores perdedores de la interna podrían aliarse y vencer al ganador. Aunque eso nunca ha ocurrido desde que existen las elecciones internas para elegir al candidato, esta instancia en particular, con la irrupción de Sartori, deja la incógnita: si llegara a ganar este nuevo precandidato que no es bien visto por sus competidores ¿qué pasará en la convención? ¿Los perdedores lo votarán igual o se unirán en bloque para apoyar al segundo?

“Si la gente eligiera como candidato a alguien como Sartori para mí sería un cambio importante y todos tendríamos derecho a preguntarnos qué sentido tiene hacer política con un candidato del que no tenemos idea”, respondió el diputado Pablo Iturralde, que respalda la precandidatura de Antía.

“Cuando ocurra me sentaré a pensarlo y me quedará la posibilidad de irme para mi casa. Es un candidato que no tiene que ver con un partido que tiene una dignidad de otro tipo”, agregó.

Para Iturralde el Partido Nacional “debe tener el derecho de preservar un capital construido a lo largo de toda historia” y nadie debe creer que el partido “es una sociedad anónima (S.A.) que está en venta y sus acciones cotizan en la bolsa”.

En cambio, el diputado Jorge Gandini, que apoya la precandidatura de Jorge Larrañaga, cree que no está bien que los perdedores se junten para bloquear al ganador. “El que gana, gana”, repitió más de una vez en conversación con El Observador. Sin embargo, aseguró que aún no han analizado qué ocurriría si fuera Sartori el ganador porque lo consideran improbable.

“Eso es una especulación compleja de que se dé, es un cálculo imposible de prever, pero si se diera, Larrañaga siempre ha contestado ‘el que gana, gana’”, insistió. Pero al volver a poner el nombre de Sartori sobre la mesa, Gandini interrumpió: “No me pongas la hipótesis de Sartori" y aseguró que para ellos es una "hipótesis" que no va a pasar.

“Al que ganó en las urnas no le vamos a sacar el resultado juntándonos después los que perdimos. Valió para cuando íbamos primeros, valió cuando no íbamos primeros y sigue valiendo. Sería una catástrofe que alguien ganara en la interna y luego se juntaran los que perdieran para poner a otro. Eso sería una catástrofe para la unidad partidaria", remarcó.

Sin embargo dejó muy en claro que no estaba "contestando a la hipótesis" de que ese candidato fuera Sartori sino que estaba repitiendo lo que dijeron previo a las elecciones internas de 2009 y 2014.

Álvaro Delgado, senador de la República y dirigente del precandidato favorito en las encuestas, Luis Lacalle Pou, comparte la visión de Gandini. “En el Partido Nacional siempre ha sido tradicional que en la convención se defina el candidato a vice y se defina programa único de gobierno. El candidato se define en las interna, en las urnas”, sentenció. 

Pero, al igual que al resto de los consultados, cuando se les menciona el nombre de Sartori se genera una incomodidad particular. Prefieren no nombrarlo, no quieren hablar de "realidades hipotéticas", consideran que -a pesar del importante crecimiento del empresario en las encuestas- es incierto que llegue a alcanzar el primer puesto en las filas de los de Aparicio Saravia.

La visión de los politólogos

Si bien Lacalle Pou sigue liderando la interna nacionalista, las encuestas comienzan a mostrar que la brecha con Larrañaga se achica y que Sartori se consolida como un competidor que crece.

El politólogo y director de Factum, Eduardo Bottinelli, explicó a El Observador que hasta hace algunos meses, la diferencia de Lacalle Pou con los demás precandidatos nacionalista era tan grande que no parecía haber competencia. Larrañaga no crecía y Verónica Alonso y Enrique Antía no lograban despegarse de porcentajes bajos. Sin embargo, la aparición de Sartori modificó esa realidad.

Por su parte, el director de Opinión Pública de Opción, Rafael Porzecanski, consideró que las últimas encuestas implican una incertidumbre mayor por la disputa del primer y segundo lugar en la interna nacionalista, que dependerá bastante de si el fenómeno Sartori tiene que ver con un “shock de novedad” o si efectivamente está logrando captar a un porcentaje alto del electorado blanco.

De hecho, para Porzecanski la explicación de la pérdida de puntos porcentuales de Lacalle Pou en las mediciones puede tener que ver con el empresario. “La hipótesis es que hay un perfil del electorado que tenía un voto más dudoso por Lacalle Pou o que sin Sartori en el menú lo prefiere (pero ahora se vuelca por el empresario). Es imposible de demostrar cuál es el efecto pero sí como hipótesis más factible suceden dos fenómenos en el tiempo: la emergencia y consolidación de Sartori y una caída de Lacalle Pou”, dijo.