Leonardo Carreño

"Inequidades", "pactos" y una alusión a Salle: las críticas de abogados y un fiscal al nuevo CPP

La novel Asociación de Abogados Penalistas organizó una mesa redonda en la que participó Luis Pacheco, que arremetió contra el nuevo Código del Proceso Penal

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13 de noviembre de 2020 a las 05:01

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A Luis Pacheco le costó aceptar la invitación. El fiscal de Crimen Organizado ha sido crítico desde la primera hora con el nuevo Código del Proceso Penal (CPP) que rige en Uruguay desde noviembre de 2017, por lo que la novel Asociación de Abogados Penalistas pensó en él como uno de los exponentes de la primera mesa redonda organizada por el grupo de juristas conformado semanas atrás.

El objetivo era exponer las principales críticas, debilidades y contradicciones del sistema penal a tres años de su implementación pero Pacheco dudó porque, entre otras razones, ejerce como fiscal en causas del sistema penal anterior, pero fundamentalmente porque representa a una institución –el Ministerio Público– que todos los días enfrenta el trabajo de los penalistas. "Pero después me puse a pensar y veo que el espíritu de ustedes es tener la visión de todos los operadores", dijo cuando fue su turno de hablar, y una veintena de penalistas lo escucharon cuestionar que la Justicia no exija a los fiscales presentar pruebas para pedir prisión preventiva; que más del 95% de las sentencias se obtengan mediante acuerdos y el juicio oral sea una excepción; y que haya casos en donde se han caído investigaciones porque los testigos no querían declarar en presencia de los imputados.

A su lado, como exponentes, estaban Juan Fagúndez y Jorge Pereira Schurmann (moderados por José Luis González, grado 4 de la Facultad de Derecho), y en el resto de las meses del restaurante La Imprenta –donde tuvo lugar la jornada, apoyada por la Fundación de Cultura Universitaria– estuvieron los abogados Víctor Della Valle, Alejandro Balbi, Carlos Balbi, el exjuez Juan Carlos Fernández Lecchini, Ignacio Durán, Andrés Añasco Viera, Raúl Estomba, Pablo Casas, Eduardo Sasson y Fernando Posada, entre varios otros. 

La jornada comenzó sobre las 18 de este martes, y transcurrió en un ambiente distendido. Fagúndez, que fue el último en llegar –y quien iba a abrir la mesa redonda– recibió el reclamo de Alejandro Balbi –vicepresidente de Nacional–, quien lo reprendió por haber ido con una corbata con los colores de Peñarol. Y más tarde, en el momento de mayor fragor de su crítico discurso contra el actual sistema penal, Fagúndez quiso citar al polémico penalista Gustavo Salle, cuestionador del sistema político y de la Fiscalía como institución, y necesitó de la asistencia de Balbi.

"Me estoy poniendo como Salle ya. Decir que no me sale la palabra...", dijo, y su colega, ante las risas, acotó: "cleptocorporatocracia".

La intervención del fiscal y el "absurdo" de los acuerdos

Pacheco cerró la actividad luego de la intervención de Pereira Schurmann, para quien el sistema de Justicia no respeta el principio de igualdad entre las partes, porque según sostuvo muchas veces los abogados son privados de participar en los interrogatorios a testigos.

El fiscal de Crimen Organizado –que hoy se encarga de causas como las de Pluna y Ancap– dijo que lo expuesto por los juristas reflejaba que había "muchas ideas" y un claro "contexto de desencanto con la reforma procesal", además de las "muchas dificultades que están teniendo los abogados". "Creo que hay un campo fértil y estoy a las órdenes", les dijo a los penalistas, quienes lo aplaudieron con fuerza cuando terminó su media hora de exposición.

Pacheco afirmó que el anterior proceso era "muy malo" y que sobre ese punto hay casi un acuerdo por unanimidad, pero que encuentra defectuoso al sistema actual, de origen anglosajón, y que se ha impuesto en varios países de América Latina en los últimos 10 años.

También afirmó que le parecía de "difícil solución" que se pueda "diligenciar la prueba" en las audiencia de formalización, de forma que los fiscales puedan mostrar los elementos materiales que incriminan a las personas antes de enviarlas a prisión preventiva, pero que en ese sentido aprobaba el cambio que introdujo la Ley de Urgente Consideración promulgada en julio, y que habilitó a los jueces a preguntarles a los fiscales qué pruebas tiene contra el imputado para solicitar la cárcel.

Leonardo Carreño

"La segunda objeción grande que tengo es que más del 90% de las penas sean pactadas. Pero el modelo es así. El juicio es excepcional", dijo a continuación. Y entonces criticó que se defendiera –como lo ha hecho el fiscal de Corte– la eficacia de la herramienta, que es la que permite que la fiscalía sostenga los números en ascenso de las imputaciones. "Me resisto a evaluarlo desde el punto de vista de su funcionalidad", aseveró, para cuestionar luego que los fiscales estén obligados a recurrir a los acuerdos por elementales limitaciones de recursos.

"También hay una contradicción porque he escuchado que muchos dicen que el abreviado es una muy buena forma de evitar la impunidad porque conseguimos una condena, pero contra alguien respecto al cual no sabemos si vamos a tener las pruebas en un juicio oral", dijo el fiscal, también en alusión otro de los argumentos de Jorge Díaz para defender el sistema.

"¿Y no se advierte que eso encierra un absurdo y una contradicción flagrante?", se preguntó, ya sobre el final. "Yo, fiscal, estoy persiguiendo y acordando una condena contra alguien que si fuera a juicio podría resultar absuelto. Porque ese sería el razonamiento: yo no sé si voy a tener las pruebas, si me van a ir los testigos", insistió.

El fiscal Pacheco cerró su ponencia con otra opinión personal. "Yo prefiero fracasar en busca de la certeza, de la verdad material, y no conformare con esta verdad consensuada a medias, pero el modelo lo privilegia así", sentenció.

"En el peor momento"

Al inicio, luego de unas breves palabras de González en las que celebró la creación de la Asociación con el objetivo de dar contención a los reclamos de los abogados ante las "inequidades del sistema", Fagúndez tomó el micrófono y sin preámbulos anunció: "Estamos en el peor momento de la aplicación del código".

El jurista sostuvo que "el Ministerio Público se apoderó del sistema penal", que los fiscales "son los dueños del proceso penal" y que así lo "hacen sentir en las reuniones de investigación" que tienen con los defensores. Sobre todo, añadió, eso es algo que también se manifiesta durante la negociación de los acuerdos para arribar a los procesos abreviados. "Tratan de quitarnos del medio", denunció.

Fagúndez está convencido que hoy no queda nada del proyecto de ley que en 2016 anunciaba que se instauraría en el país un sistema "garantista y más transparente", y que en parte se debió al "filtro de otro personaje, que es ahora el fiscal de Corte, Jorge Díaz", de quien dijo ser amigo y que esperaba que "después de esto" lo siguiera siendo.

Luego rechazó algunos de los principales puntos que ha expuesto Díaz en el último tiempo para sostener las virtudes del CPP, como la tendencia al alza desde hace meses de la cantidad de imputados y los enviados a prisión, así como el aumento de los presos con condena firme y una disminución de los reclusos en prisión como medida cautelar. "La realidad es que el 97% de los que están presos ahora saben el tiempo (de la pena), pero a veces no entienden mucho por qué" están presos, afirmó.

Tampoco aceptó que se defendiera el nuevo proceso con el punto de que tiene "absoluta transparencia". "Hoy se identifican investigaciones secretas, no reservadas, que las fiscalías hacen sin citar al indagado, o que directamente lo citan y lo llevan a formalizar", cuestionó.

"¿Que iba a haber participación de la defensa desde un comienzo? Bueno, con esto que acabo de decir... Como que se comienza al final de la etapa", sintetizó.

Fue cerca del cierre de su alocución que el abogado se acordó de Salle cuando se preguntó luego de citar el aumento de las imputaciones y de los presos (cifra que este mes superó los 13.000): "¿Qué hay detrás de todo esto? El control de la libertad por parte de las empresas privadas, a través de las cárceles privadas o las tobilleras. Está todo en un mismo paquete".

"Yo personalmente no quiero esto. Y lo digo públicamente", aseveró.

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