"Los emprendimientos de calidad se van para el exterior porque acá tienen que remarla"

En entrevista con El Observador, la directora Ejecutiva de Rabbit, Cecilia Aguirrezabala, mencionó que aún siguen combatiendo con la idiosincracia uruguaya y el mayor desafío es lograr que los emprendimientos de calidad se queden en Uruguay.  

Las incubadoras de hardware aún son algo poco visto en el ecosistema local, ¿qué evaluación hace de este tiempo en operación?

Todavía seguimos siendo distintos a la media. También somos conscientes que existe una competencia sana alrededor de nosotros. 

Concretamente, existe Incubalectro pero apuntanmucho a estudiantes universitarios. Luego sus emprendedores se canalizan en Ingenio, que cada vez más va teniendo una vertical hacia el mundo hardware. Después están otras incubadoras, que no está tan explícito que se dedican al hardware, pero por la vía de los hechos han incubado proyectos que tienen que ver con el desarrollo electrónico. 

En cualquiera de esos casos creemos que seguimos teniendo un diferencial, concretamente en el staff y más concretamente en Martín Gaba en la parte de electrónica. A pesar de que no está graduado, tiene los conocimientos de un senior y tiene mucha experiencia en gestión de proyectos. 

¿Los emprendedores apostaron a este tipo de incubadoras?

Sí. Al principio formulamos la hipótesis que ser parte del grupo The Electric Factory iba a ser un gran diferencial y nos iban a elegir por eso pero lo que nos pasó es que cuando a muchos emprendedores les contamos qué es, no saben. Y cuando les contamos de qué va, nos dicen, “buenísimo, pero no es lo que yo necesito ahora. Necesito que Martín Gaba nos diga cómo tengo que mejorar este prototipo”. 

Otra razón por la que nos eligen es que tenemos una muy buena conversión de proyectos presentados a la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII). Desde que existimos, presentamos 18 proyectos y 16 fueron aprobados pero uno de ellos está en un proceso de revisión. Y el otro fue bien bochado, digamos. (Risas). Este también es un gran, gran valor.  

¿Qué tipo de emprendedores vienen?

Tratamos que sean de hardware pero no siempre el hardware tiene un componente electrónico. Por ejemplo, trabajamos con los módulos de lactancia Tatami. No tiene ningún componente electrónico pero podemos visualizar que pueda llegar a tenerlo. Igual hoy no lo estamos forzando, porque el mercado va por otro lado. Nuestra metodología contempla cómo salir de un proceso casi manual a ser algo masivo. En ese aspecto entendemos que las incubadoras dan muy poco. 

¿Cuál ha sido el mayor desafío hasta ahora?

La incubadora tiene muchos desafíos. Desde el punto de vista financiero, y no estoy hablando de la rentabilidad sino de la sustentabilidad. Solo aspirar a ser sustentable es un desafío muy ambicioso, de hecho, seguimos dando pérdida. Pero dentro de esa incertidumbre, nos sentimos reflejados con el espíritu emprendedor. Es un nivel de incertidumbre muy alto. La ANII es el mayor esponsor que tenemos; gracias a ellos existimos. Sin embargo, no es suficiente y de hecho no deberíamos depender de la ANII, debería ser un plus que nos dé más empuje. Desde el punto de vista comercial, la relación con The Electric Factory no es ninguna. No es que viene una bajada y desde The Electric Factory nos dicen que quieren un emprendimiento de tal o cual tipo. Nosotros tenemos que buscar emprendimientos que solucionen problemas reales y que genere un impacto positivo real. Este es el desafío más duro. 

Solo aspirar a ser sustentable es un desafío muy ambicioso, de hecho, seguimos dando pérdida

Después hay otro, que es blando, y es que tenemos que trabajar mucho la materia prima. Tenemos que trabajar mucho la definición de talento. Qué es y qué no es talento dentro de Uruguay. Y una vez que detectamos talento, tenemos que ver si realmente nos interesa pero hay un desafío desde el ecosistema todo para ver qué es y qué no. Hoy incluso podemos discutir si lo que hoy está visto como un emprendimiento exitoso, cumple con la definición de talento que realmente queremos ver en Uruguay. Eso puede estar puesto en tela de juicio, independientemente de que no vamos a condenar a los que les va bien.  

¿Sigue combatiendo contra la idiosincrasia uruguaya?

Sí. Lamentablemente. 

¿Va atado a esto último del talento?

Va re atado. Es un tema cultural. Trato de no llevarlo a algo generacional y llevarlo a algo más cultural. Acá está bueno aclarar lo que todos tomamos como referencia de lo que debería ser la esencia de un emprendedor. Muchas veces, nos imaginamos a un millennial en Sillicon Valley, que dio el salto de fe que tanto se habla. Ese salto de fe implica dedicarse al emprendimiento full time, y nosotros desde el ecosistema machacamos mucho eso al emprendedor uruguayo. Pero cuando un emprendedor no tiene sus necesidades básicas satisfechas, es imposible que dé el salto de fe. Capaz que el pibe deja el trabajo y después el emprendimiento no le da un plato de arroz por 34 meses. No es copiar y pegar. 

Obvio que hay casos donde el emprendedor dio el salto de fe sin un peso y le fue bárbaro pero el famoso salto de fe está dentro de un contexto donde vos tenés la necesidades básicas satisfechas y este no es el caso de la mayoría de los emprendedores uruguayos. 

¿Hace falta dar el salto en la calidad de los emprendimientos uruguayos?

Bueno, creo que es proporcional la relación entre cantidad y calidad. Siempre hay excepciones, por ejemplo Uruguay en el fútbol es la excepción a la regla porque somos tres millones y ganamos copas. No somos la regla, pero somos la bendita excepción que hace a la regla. Cuanto más emprendedores, más éxito puede haber. En ese sentido, Uruguay está en desventaja porque la pecera es más chica, por lo que encontrar un pez gordo es más difícil.  

La calidad está pero el tema es que la ves pasar.         

Lo otro que pasa es que los emprendimientos de calidad se van para afuera del país porque acá tienen que remarla. Exigir calidad es muy fácil de la boca para afuera, pero dar las condiciones para que la calidad tenga oportunidad no es tan fácil.  No estamos capacitados para ir a la velocidad que la calidad necesita. Es decir, la calidad está pero el tema es que la ves pasar.         

¿Cuáles son los objetivos en el corto y mediano plazo? 

Bueno, esto anterior es todo un tema. Para nosotros sería mucho más fácil ser sustentable, si tuviéramos más casos de éxito. 

A su vez nuestro principal objetivo es mantener la seriedad y el prestigio que hace un año y medio venimos construyendo. Antes decíamos “Rabbit” y nadie sabía lo que era. Ahora eso no pasa. Con esa base, tenemos que lograr que esos emprendedores que se van, nos elijan. Hoy por suerte podemos decir que, por ejemplo, Rafael Atijas de Loog Guitars nos eligió para trabajar en todo el diseño de la electrónica de una nueva guitarra que tiene incluido el parlante. De hecho, le ofrecimos seguir trabajando en cuanto a la escalabilidad del proyecto en China y nos dijo que sí. Ese es un ejemplo de un caso de éxito de un emprendedor que, normalmente, no se apalanca en las incubadoras locales. Nos indica que este es el camino.