Por Merlina Machado
Con cada Navidad se despierta la ilusión de millones de niños que creen y fantasean con la existencia de Papá Noel. Además del hecho de compartir un momento rodeado de los seres queridos, los más pequeños de la familia ansían ver a un hombre mayor barbudo y vestido de rojo que deja muchos paquetes en el árbol.
Sin embargo, ¿está bien sostener y hacer creer una historia inexistente?
La psicóloga especializada en familias Isabel Galeano dijo a Padres Hoy que no necesariamente se miente con el cuento de Papá Noel, sino que se recrea una leyenda. "Por ejemplo, como adultos disfrutamos de una obra de teatro, de una película, y no interpretamos que estamos ante una mentira", agrega.
En general, recién a partir de los cinco años los niños empiezan a cuestionar sobre la veracidad de los personajes. Una vez que esto suceda, los padres deben ver la manera de hablar sobre tema. Incluso, Galeano indica que describir verdades es parte del crecimiento de cada persona.
Cuando el niño hace la famosa pregunta: "¡¿Papá Noel son los padres?!", es necesario responderle con naturalidad y entrar en detalle de cómo surgió la leyenda de dicho personaje. La psicóloga sostiene que es bueno transmitir que las fiestas se celebran de distintas maneras, y una de ellas es recreando historias.
Otra de las realidades posibles es que un niño más grande, ya sea un hermano, primo, o amigo, le comente al más pequeño que Papá Noel no existe. O, que el infante encuentre al adulto colocando un regalo en el árbol. En cualquiera de estos casos, se puede "preguntarle al niño qué cree él y hacerle ver que las personas eligen creer en cosas diferentes", indica la especialista.
También es importante que el adulto tenga una postura al respecto para poder transmitirle al niño si éste le pregunta.
"Por más datos que el niño tenga de la realidad, él hará su propia interpretación si se lo permitimos, de acuerdo a su etapa, así que como siempre primero es mejor escucharlo", agrega.Muchos pequeños escriben sus cartas de regalos para Navidad. No obstante, los padres no siempre cuentan con los recursos económicos suficientes para cumplir con todos los pedidos.
Para ello, es necesario acompañar a los niños en la previa de las fiestas, con el objetivo de "facilitar la confrontación posterior con esa realidad".
Asimismo, se puede proponer compartir momentos en familia para hacer actividades y manualidades
"No perdamos de vista que en medio de cualquier realidad económica, los juguetes nunca sustituyen el cariño, el respeto, la contención y los cuidados que realmente necesitan nuestros hijos para vivir bien".
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