Cuando los uruguayos van al supermercado para comprar alimentos, artículos de limpieza o de aseo, vuelven a su casa con decenas de bolsas de plástico, grandes enemigas del medio ambiente.
Las bolsas son una amenaza porque contaminan desde la etapa inicial de fabricación hasta su eliminación inadecuada, sumado a su breve vida útil. La entrega gratuita de las mismas en los diferentes supermercados, farmacias o ferias ha producido un uso abusivo de las mismas en Uruguay.
El mercado nacional utiliza 1.174 millones de bolsas por año, informó Fernando Jacobo, representante de la Asociación Uruguaya de Industrias del Plástico en la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Senadores. Esto se traduce en 345 bolsas plásticas anuales por uruguayo.
El plástico, al contrario del papel o de los materiales biodegradables con los que también pueden hacerse bolsas, no se degrada completamente, sino que se reduce a fragmentos de menos de cinco milímetros llamados microplásticos. El tiempo que lleve esta degradación depende del tipo de plástico del que esté compuesto un objeto. Pueden tardar en degradarse cientos de años.
El impacto ambiental generado por su uso indiscriminado se presenta desde la etapa de fabricación, debido al consumo de materias primas y energía, y por la generación de residuos sólidos y emisiones gaseosas, además de contaminar los arroyos y ríos. Por otro lado, debido a su bajo peso, las bolsas de plástico se dispersan fácilmente y generan obstrucción en desagües. Esos son algunos de los argumentos presentados en la exposición de motivos del proyecto de ley que el Poder Ejecutivo presentó en el Parlamento este mes.
"Queda prohibida la entrega o el suministro gratuito de las bolsas plásticas", establece el artículo 6. Esta normativa tiene como objetivo reducir el impacto ambiental derivado de la utilización de este tipo de bolsas, al desestimular su uso a través del aumento de bolsas reutilizables y el cobro obligatorio de las plásticas. De la reutilización quedan exentas las que se usen para transportar pescados, carnes, aves o derivados, cuando estén crudos.
De aprobarse la normativa, a partir del año que viene solo podrán distribuirse bolsas de importadores que hayan obtenido un certificado de cumplimiento de la reglamentación.
Por otro lado, los puntos de venta estarán obligados a realizar campañas de concientización sobre el uso responsable y racional de las bolsas de plástico, contar con un sistema de recolección de residuos y ofrecer a la venta bolsas reutilizables.
La localidad de San Antonio, en el departamento de Canelones, con tan solo 1.500 habitantes fue pionera en la implementación de un plan para disminuir de manera sustancial la utilización de bolsas de plástico. En 2014 comenzó a sustituirlas por bolsas reutilizables. La premisa fue: "una bolsa por familia".
Comenzó como adhesión voluntaria de los comercios y planeaban crear una normativa departamental. Sin embargo, con la aparición de la normativa nacional –que iba en la misma línea- decidieron no hacerlo.
"Vas por la ciudad de Canelones y ves gente con bolsas amarillas, que son las chismosas que se entregaron", contó. Se elaboró la cantidad de bolsas suficientes como para que cada familia tuviera una de manera gratuita, que muchas de ellas se distribuyeron a través de las escuelas.
"No fue que desaparecieron las bolsas, pero se disminuyó notoriamente la cantidad que se entrega. De cada 10 bolsas que se entregaban antes, se pasaron entregar una o dos", expresó.
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá