Difusión

¿Quién es Paulo Londra, el niño bueno del trap que toca este sábado en Montevideo?

El cordobés ha elaborado una carrera en contraposición a sus colegas, con letras amigables y sin violencia, y enloquece a jóvenes, adolescentes y niños

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06 de diciembre de 2019 a las 05:02

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La plaza está llena de gente. Es una noche de principios de 2017 y la Plaza de armas de Caballito, Buenos Aires, explota. Es noche de El Quinto Escalón, una de las competencias de Freestyle más convocantes y populares de Argentina. Arriba del escenario hay dos adolescentes enfrentándose. A Mauro Lombardo todavía le falta la tinta rubia, los tatuajes en la cara y la ropa de marca, pero ya tiene su estilo combativo y la mirada de niño malo. Lo que ya tiene es su nombre escénico, Duki.

Su contrincante no responde con ataques. Se rie, aplaude al rival, y no lo insulta. Es una rareza en el género. Acento cordobés, ojos claros, pelo rubio y abundante que contrasta también con la apariencia de sus colegas bonaerenses. Incluso es tan extraño que ni siquiera tiene un alias. Solo se maneja con su nombre: Paulo. Paulo Londra.

Un par de años después esos dos raperos tendrán millones de reproducciones en YouTube y Spotify, serán parte de la banda sonora de la juventud de su país e incluso trascenderán fronteras, y llenarán escenarios gigantes. Pero lo habrán hecho por caminos casi opuestos. Mientras que Duki apuesta a la imagen más trillada del rapero misógino y agresivo y con la vida girando en torno a sexo, drogas y rock and roll, Londra mantuvo esa apariencia y canciones “por la positiva”, en las que habla de amor y de su vida, pero sin insultos. Una versión familiar y más pop del género de moda, el trap.

Difusión

Subgenero del hip hop nacido en Atlanta, el trap fue haciéndose pop en los últimos años, tanto en el hemisferio norte como en Latinoamérica, donde se dio la mano con el reggaetón para crear ese gran paraguas llamado “música urbana”, que domina los gustos sonoros de buena parte de los menores de 30. Argentina se convirtió en un polo fuerte de ese nuevo mundo musical, con los dos referentes ya mencionados, a los que se puede sumar Wos, Khea, Ysy-A y Dakillah. Todos vienen del mundo de las batallas de Freestyle y están dando los primeros pasos agigantados de sus carreras gracias a la popularidad de ese fenómeno en todo el mundo hispanoparlante, lo que les garantiza una base de seguidores y la experiencia escénica.

Uruguay tiene algunos exponentes, como Zanto y Agus Padilla, e incluso se puede sumar la etapa internacional de Rombai, cuando decidió abandonar el negocio decaído de la cumbia pop y agregarle un acento caribeño a sus voces (es que lo “latino” está de moda y es lo que hay que imitar aunque uno venga del Río de la Plata), pero los raperos y freestylers locales siguen volcándose más hacia el rap tradicional, aunque coqueteando con el trap en su versión más pura.

Su revolución

Y el trap argentino tiene algo para todos. Wos agrega mensajes sociales y políticos en sus letras, Duki pone el “modo diablo” y Paulo Londra el costado más pop y más amigable, notorio en canciones como Adán y Eva, Tal Vez, Forever alone y Relax, en la que agradece a familia, amigos y a Dios por cuidarlo. Ese lado religioso es otra rareza y otro punto que lo separa de sus colegas, aunque no es que lo suyo sea música cristiana.

“En Buenos Aires son todos muy agresivos, y está perfecto. Pero yo iba al Quinto Escalón y quería hacer mi revolución: no necesito insultarte para dejarte sin palabras”, declaraba al diario argentino La Nación mientras se producía su ascenso musical.

Un ascenso que hoy lo tiene como uno de los artistas más escuchados de la región (según el balance anual de Spotify fue uno de los artistas más oídos en la plataforma durante 2019 en Uruguay y tuvo dos canciones – más una colaboración con Becky G – en la lista de temas más reproducidos), acumulando millones de escuchas y de seguidores en redes sociales, los parámetros con los que hoy en día la industria mide el éxito de un artista, en esta era sin discos.

Estas estrellas nuevas, además, han construido sus carreras sin necesidad de firmar contratos multimillonarios con discográficas internacionales, y sin tener que salir a hacer giras mediáticas ante cada show o lanzamiento. Las redes sociales son su gran plataforma, y no dan demasiadas entrevistas. No es impedimento para sonar en todas partes y llenar Luna Parks, Hipódromos de Palermo y Antel Arenas.

Londra tiene más particularidades, como que es el autor exclusivo de sus letras, en un género en el que la lista de compositores suele ser más larga que un solo de rock progresivo. A Montevideo llega con su disco Homerun bajo el brazo, que como los discos de antaño hasta que aparecieron unos tales Beatles, es una colección de sencillos con algún agregado, y que se lanza porque permite elevar más la cifra de streams de un artista y ayudarlo a figurar en los rankings.

El cordobés tiene algo de Justin Bieber, en particular de aquella primera encarnación antes de su debacle personal. La que hacía que uno sin darse cuenta se encontrara tarareando “Baby, Baby, Baby, uuuuuh”. No solo el jopo rubio, sino también esa presentación amable y familiar. Y también algo de Ed Sheeran, con quien incluso colaboró en la canción Nothing on you, lo que ilustra el alcance internacional que ha logrado el argentino.

Con el inglés comparte eso de ser referente musical de una generación, y de ser encima un referente más positivo en sus actitudes y valores. Los dos, también, fueron víctimas de bullying en su infancia. A Londra lo atacaban sus compañeros de escuela por rapear. “Yo quería hacerme el rapero, pero no me salía. Entonces me tomaban de punto, me descansaban, me bolaceaban", contó en una entrevista en el podcast del periodista Juan Pablo Varsky. "Una vez me animé a hacer una canción para el día de los maestros. Me subí y rapeé. A la gente le gustó y los mismos que me maltrataban me dijeron: 'Bien ahí, loco'. No me molestaron nunca más. Y me re gustó eso". De nuevo, ganarle al rival sin pegarle. Haciendo lo suyo.

Londra, de 21 años, sigue viviendo con su familia, grabando, y mirando los comentarios de sus canciones, para comprobar que su camino es el adecuado. Como le dijo al diario cordobés La Voz: “Me mato mirando los comentarios y me re gusta cuando la gente dice ‘qué bien Paulo, sin tener que hablar de drogas’ o que los hago bailar sin hablar de algunos temas. Eso me re llega. Porque uno tiene que saber que llega un momento en que la palabra tiene poder y hay que saber usarlo”.

El show
Londra se presenta en el Antel Arena el sábado 7 a las 20 horas. Ante la demanda de localidades se habilitaron nuevos sectores en el campo, y son los únicos boletos disponibles, con precios entre $ 980 y $ 3800, a la venta en Tickantel.
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