Diego Battiste

¿Quién está en primera base? ¿Cuál está en segunda?

Con Astori debilitado en popularidad, cuesta encontrar el líder que defienda el centro político y sea freno a una izquierdización de la izquierda

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08 de junio de 2019 a las 05:03

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Uno de los segmentos humorísticos más fuertes del cine norteamericano es el que protagonizan Abbott y Costello en la película Naughty Nineties, cuando se enredan en un laberinto sobre los nombres de los jugadores de un equipo de béisbol.

La cómica confusión, con desesperación del que pregunta y serenidad del que responde, se genera por la particularidad de los nombres de los que están en cada base (“Quién” en primera, “Cuál” en segunda, “No Sé Quién” …).

La campaña interna del Frente Amplio me trajo a la memoria aquel espacio de enredos, no por nombres curiosos, sino porque el partido de gobierno ha tenido siempre bien distinguidos a los que ocupan cada “base”, lo que entre otros factores ha sido motivo de su éxito político, pero ahora algunos perfiles aparecen desdibujados. Y eso puede llevar a desorientar a determinados votantes.

¿Quién está en la base de los comunistas?

¿Cuál lleva la bandera del camino al socialismo?

¿Dónde está el candidato de los que pretenden la liberación nacional?

¿Cómo identificar el abanderado de los socialdemócratas?

¿Quién está en la base de socialismo democrático y cuál en la de social cristianismo?

Algunos dirigentes del FA consideran que diferenciarse en discurso de otros compañeros tiene un costo político alto, por el riesgo de aparecer conspirando contra el valor de la unidad.

El Frente es una exitosa construcción política de amalgamar sectores con amplias diferencias ideológicas que logran un común denominador para expresión electoral y para ejercer gobierno, sin necesidad de ocultar esos perfiles diversos. Es más, potenciando la diversidad como forma de atraer públicos distintos y crecer en adhesiones.

A lo largo del tiempo ha mostrado un comportamiento unitario con alto acatamiento a la resolución por mayoría y a la negociación en procura de “un consenso”.

A fines de los 60 se formaron “frentes” de izquierda en varios países latinoamericanos pero ninguno con la “amplitud” del que se hizo en Uruguay, que abarcó a todas las expresiones de izquierda, centro izquierda y también a sectores importantes de los partidos dominantes.

La presencia activa de sectores que no comparten la meta de ir a un sistema socialista no se limitó a ser simbólica, no ha sido una justificación para la expresión “amplio” que se le dio al Frente.  Y aunque los partidos o sectores con mayor estructura política y militancia activa tuvieran definición de sistema socialista, el Frente nunca la tuvo como tal.

Eso fue fundamental para que la izquierda dejara de ser testimonial en el escenario público y pasara a ser gravitante. Porque no solo cautivó al votante de izquierda o centro izquierda que no llega al 30% del electorado, sino también a gran parte del “centro político”. 

Y siempre hubo uno o más líderes de peso que representaran el pensamiento de “centro-izquierda” y de “centro”.

Ese rol lo jugó el demócrata cristiano Juan Pablo Terra y su PDC en primeros tiempos, Hugo Batalla con la 99 después, el propio Líber Seregni como dique de contención a ideas anticapitalistas, y Danilo Astori desde los años noventa.

Con Astori en baja de popularidad, Mario Bergara lanzó su precandidatura presidencial por fuera del FLS y algunos lo apoyan con la idea de un referente de ese espacio socialdemócrata, de centro izquierda, de equilibrio a los sectores comunistas, tupamaros o socialistas ortodoxos.

Nadie había salido a cubrir ese espacio, por respeto a Danilo o por no tenerse fe, y Bergara lo hace pero sin constituirse por ahora en la imagen clara del abanderado de la socialdemocracia interna.

“Me alegro que Ernesto Talvi haya entendido que los debates son saludables para la democracia. Me siento enteramente representado por el compañero Óscar Andrade”, expresó el expresidente del BCU esta semana al conocerse que habrá debate entre el economista liberal y el sindicalista comunista.

Podría ser un tweet simpático para la interna y nada más, pero en tiempos en que el Frente pierde adhesiones por el centro político y le cuesta encontrar un liderazgo o corriente fuerte que contenga a ese electorado, Bergara dice que se siente  “enteramente representado” por el líder comunista.

Podría desearle suerte, podría ayudarlo a preparar el debate, por el interés entendible de que su camarada frentista gane ante un representante de la oposición.

Pero si en un debate sobre economía y políticas sociales, Bergara dice que se siente “enteramente representado” por un comunista, está descuidando el rol de la “base” que el Frente precisa para mejorar su chance electoral.

Bergara cuida la unidad, y descuida la diversidad. Preserva el acercamiento compañero, y deja de dar garantías a un votante de sentimiento de izquierda que no quiere arriesgar con una radicalización del Frente.

Alguien podrá ver una exageración en el comentario sobre un tweet, pero no se trata de ese tweet sino que se trata de la imagen que trasmite el Frente en este tiempo. Las voces fuertes, las que se imponen, las que fijan ideas fuerza, son todas de esas bases de la coalición.

El Frente fue creciendo desde la izquierda pura hasta el centro, no llegó al gobierno por ser de izquierda, sino por correrse al centro y ampliar electorado.

En 1962 se crearon dos frentes (Fidel y UP), en 1971 se fundó el Frente Amplio, en 1994 el Encuentro Progresista y en 2004 la Nueva Mayoría. Ganó la elección cuando llegó a su mayor expresión de amplitud y cuando eso implicó ganar la mayoría del centro político-ideológico.

En el FA conviven más de 30 grupos formales pero la variedad se simplifica en cuatro expresiones, dentro de cruzar un eje político (libertad-igualdad) y otro económico (capitalismo-socialismo): (a) comunistas y aliados; (b) de liberación nacional, con MLN-T y otros; (c) socialistas y (d) socialdemócratas y socialcristianos.

En los últimos tiempos las alianzas se dieron entre los dos primeros por un lado (PCU y MPP), y los otros dos por otro (PS y Frente Líber Seregni), pero en febrero hubo un cambio significativo.

El PS que estaba orientado por una mayoría interna de “socialistas democráticos” pasó a estar conducido por “socialistas marxistas”, lo que mueve el eje del Frente más a la izquierda.

Eso se da justamente cuando el FLS de Astori acusa el desgaste de falta de estructura y ausencia de funcionamiento orgánico, y el ministro de Economía pierde simpatía popular y capacidad de liderazgo.

¿Quién está en “la base” de defensa de ideas de centro izquierda?

¿Cuál es el que levanta esa bandera y además impone un freno al corrimiento a la izquierda para retener votantes disgustados y recuperar algunos que se fueron por sentir que “los tupamaros coparon el Frente”?

Los estudios de opinión pública que tiene la máxima dirigencia frentista muestran cómo el partido de gobierno ha perdido votantes, muchos de los cuales se cambiaron ya de bando (y dicen que votarán al Partido Nacional, por ejemplo) y muchos otros están como “indecisos” o dicen que votarán “en blanco”.

No será fácil para el FA conquistar indecisos por izquierda, ni recuperar exvotantes sin un discurso que represente ideas de “centro” y muestre un sector fuerte que haga contrapeso a los anticapitalistas. Danilo sufre desgaste y Mario se siente “enteramente” representado por el “Boca”: así es dificil. 

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