Economía y Empresas > Entrevista / Sebastián Olivera

"Sin reguladores de calidad, la innovación no es posible"

La Cámara Uruguaya de Fintech busca posicionar a Uruguay como puente de entrada de inversores a Latinoamérica
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18 de octubre de 2017 a las 05:00

¿Qué aspectos de la educación financiera considera que están menos trabajados en Uruguay?
No tengo datos objetivos que lo avalen —lo primero que habría que hace es generarlos— pero lo que veo es que hay que trabajar mucho sobre decisiones de consumo. Hay un exceso de endeudamiento para consumo inmediato. Habría que educar sobre patrones de consumo. De hecho, todas las financieras tienen sus programas de educación y son buenos. Faltaría incorporar la educación financiera dentro de la grilla curricular. Está demostrado a nivel internacional que en los casos en que las poblaciones reciben educación financiera a temprana edad, en su vida adulta toman decisiones de mejor calidad financiera.

Por Andrea Sallé

Sebastián Olivera tiene algo de filósofo, de orientador motivacional y de negociador. Es contador, egresado de la Universidad Católica del Uruguay, tiene un posgrado en marketing y está terminando su MBA. Su apodo es "loco" y se lo ganó jugando al básquetbol en las inferiores de Cordón. Nació y creció en el barrio La Comercial y ya desde niño le interesaba cómo la economía influía en la vida cotidiana de las personas.

A los 24 años se topó con el mundo del emprendedurismo al trabajar para el grupo Techint en Uruguay, empresa que dejó en setiembre de 2016 para dedicarse a sus propios proyectos.
"Soy de la idea de menos hablar y más hacer", dice. Creó la consultora Vanellus & Partners Advisory Group y fundó la Cámara Uruguaya de Fintech, organización que preside desde marzo de 2017. Organizó junto con el equipo de Vanellus el primer foro de innovación en finanzas y tecnología de Uruguay, el Montevideo FinTech Forum, que, considera, marcó un hito histórico ya que en él se realizó la primera sesión de directorio de la Alianza Fintech Iberoamérica, de la que es vicepresidente.
Es un convencido de que el éxito de los países pequeños como Uruguay depende de la capacidad de generar conocimiento, de transformarlo y de volcarlo a la sociedad, y de que emprender en fintech puede ser un camino para eso.

Se dice que el sector fintech tiene potencial democratizador, ¿cómo se ve eso reflejado en el usuario?
Las fintech son empresas que incorporan las innovaciones tecnológicas a los servicios financieros, lo que posibilita nuevos y mejores servicios y nuevos modelos de negocio, pero el objetivo final es mejorar la calidad de vida de las personas. Por ejemplo, el peón que está trabajando en el medio del campo no puede dejar de trabajar para trasladarse a una red de cobranza o a un banco a hacer un pago, pero tiene celular, que ofrece soluciones que le habilitan a pagar cuentas o a manejar el dinero despreciando el factor geográfico. La fintech tiene mucho para hacer y aportar también en el terreno de la educación financiera; favorece y garantiza la construcción de ciudadanía económica en poblaciones que hoy, por la realidad de los servicios como están prestados o por temas geográficos, están excluidas.


¿Qué papel juega la ley de inclusión financiera ?
Tenemos que tener un marco normativo para desarrollar la actividad. Somos pro fisco y pro Banco Central. Afortunadamente tenemos una muy buena relación con el Banco Central y con el Ministerio de Economía. Sin reguladores de calidad, la innovación no es posible. En la cámara queremos contribuir para que cuando vengan los GAFA (Google, Amazon, Facebook y Apple) no encuentren que esto es una tierra fértil para que cualquiera haga lo que quiera, sino que hay una cámara, un ecosistema fintech, una sociedad integrada, un know how con normativa que va a reglamentar lo que ellos quieran hacer. La ley no es ni buena ni mala, es una ley. Con los aportes que hicimos intentamos que no se transforme en una ley de bancarización, porque si pasa eso –que no es la idea– no estamos innovando nada. Esta ley intenta fomentar el crédito y las fintech favorecen el acceso al crédito y a los servicios financieros de forma sostenible.

¿Cuáles son los objetivos a corto plazo de la Cámara?
Detectamos que hay unas 40 empresas dedicadas al fintech en Uruguay. La Cámara cuenta con 14 miembros. Mi objetivo es que a fin de mi mandato –en marzo de 2018– tenga 18 o 20. La idea es seguir firmando acuerdos de colaboración y generando convenios nacionales e internacionales para que los socios puedan escalar a través de la red de contactos. Queremos seguir trabajando como hasta ahora con el gobierno en la generación de normativa y conjuntamente con los bancos en acciones concretas. También firmar acuerdos con todas las cámaras, porque nosotros articulamos, no venimos a reinventar nada, si no, a tomar lo que ya hay y ver en dónde podemos agregar valor.

Próximamente viajará a Oceanía en representación de la Cámara.
Vamos a buscar acuerdos de colaboración puntuales en fintech y en otras áreas relacionadas a la tecnología. El objetivo claro es que, tanto Australia como Nueva Zelanda, consideren a Uruguay como el smartest gateway regional, es decir, la vía más inteligente y eficiente de entrar a Latinoamérica. No somos los mejores ni los peores, pero sí podemos ofrecer confianza a precios accesibles. Estamos haciendo un esfuerzo para posicionar a la Cámara Uruguaya de Fintech como referente en el mundo.

¿En qué está Uruguay con respecto al tema criptomonedas?
Hay muchísimas criptomonedas: el bitcoin, el ethereum, el leadcoin, el tema es que sean incorporadas como medio de pago válido. En Uruguay no lo son. La realidad es que Brasil y Argentina tienen mucha operativa bitcoin porque le han encontrado el modo de uso en la economía. Uruguay tiene un problema de escala y de adopción de la gente. El bitcoin a muchos economistas no les gusta porque hablan del problema del activo subyacente, que pasa a ser la confianza. El instrumento es bueno, como contador veo que se ha utilizado más como activo dentro de un portafolio de inversiones, un modelo más especulativo. Hay gente que dice que las criptomonedas ya llegaron para quedarse, otros que van a usarse de aquí a 300 años y otros que son meramente especulativas. En Uruguay tenemos el talento de transaccionar con estos métodos pero por una cuestión de escala no tienen gran desarrollo.

¿Qué cualidades se precisan para ser un emprendedor fintech?
Para emprender en fintech —o en cualquier cosa— hay que tener un gran balance, estabilidad emocional y convencimiento: tener la capacidad de confiar en uno mismo. Hay que formarse todo el tiempo, si querés generar valor en tu vida, la mejor inversión es educarte.

Lo primero que te tiene que importar cuando decidís emprender es que vas a solucionar un problema de forma rentable para vos y para la sociedad. La persona que tenga una idea, que no se frustre al primer fracaso, tiene que tener la capacidad de aprender, de tener resiliencia y de desapegarse: cuando algo no funciona, cortar. El éxito del emprendedor va a depender del empeño que le ponga. Requiere mucho trabajo, mucho aplomo y nunca olvidarse del equipo. Si vos estás convencido y no renunciaste a lo que sos como persona, las cosas suceden.

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