Pancho Perrier

A Lacalle le salió una Cosse

La nueva intendenta de Montevideo se expone a la vez como socia y como competidora del gobierno

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12 de diciembre de 2020 a las 05:03

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Luis Lacalle Pou adquirió gran popularidad y aprobación a partir de marzo, cuando cada noche, en conferencia de prensa, procuró vivificar a una ciudadanía desconcertada o temerosa ante la pandemia de covid-19.

A su modo, en pequeñísima escala y salvando la distancia histórica, el presidente uruguayo trató de cumplir el mismo papel confortante que “Charlas junto a la estufa” (Fireside chats), las conversaciones por radio que Franklin Delano Roosevelt parecía mantener con las familias estadounidenses durante la Gran Depresión.

A la conversación íntima se sumó ahora la nueva intendenta de Montevideo, Carolina Cosse, quien se muestra muy activa con recomendaciones y cierre de una serie de actividades públicas: desde los espectáculos de Carnaval a los museos. “Todo lo que puedas suspender, suspendelo”, recomendó.

No fue casual sino un libreto. En cierta forma, Cosse se plegó a la estrategia del gobierno, como socia; pero, a la vez, como antorcha alternativa.

El miércoles, tras reunirse con el presidente de la República, Cosse recurrió a palabras algo pomposas, con reminiscencias históricas e indulgentes: “Montevideanas, montevideanos, nos tenemos a nosotros mismos y tenemos la herramienta más poderosa que un pueblo puede tener: nuestro legado, nuestra historia de construir soluciones a la uruguaya, nuestra seriedad, nuestra responsabilidad y nuestra preocupación por el otro en los momentos más difíciles”.

Como hiciera Roosevelt –y como muchos otros antes y después de Roosevelt–, Lacalle Pou y Cosse muestran su mejor semblante frente a la pandemia, aunque sus palabras tengan efectos más aparentes que reales, como un placebo.

“Parte de la oposición frenteamplista, al menos en discursos semipúblicos, está apostando a embretar más aun al gobierno”, señaló el abogado Hoenir Sarthou en su columna del semanario Voces esta semana. “Le reclama medidas más severas, y al mismo tiempo está dispuesta a poner el grito en el cielo si se adoptan políticas represivas, como lo hace respecto a las que prevé la LUC”.

“Gobierno y oposición abonan el miedo, pero disputan por su perilla de control”, describió Sarthou, hijo del exsenador izquierdista Helios Sarthou y unos de los escépticos y críticos locales más notorios ante la pandemia de covid-19, las medidas sanitarias mundiales y los intereses económicos en la producción de vacunas.

Lo cierto es que desde principios de octubre los casos de contagio por covid-19 en Uruguay crecen en forma sostenida y parecen a punto de estallar.

El domingo se registró un pico absoluto de 339 casos en un día. En las jornadas siguientes se contabilizaron picos similares, hasta llegar a 390 el jueves.

Hasta hace poco más de un mes tenían que pasar 50 días para que se duplicaran los casos de coronavirus en Uruguay, señaló El Observador este miércoles. Luego pasaron a duplicarse cada 15 días. Ahora, solo hay que esperar ocho días para que eso suceda.

En las últimas jornadas la tasa de positividad (porcentaje de test positivos en el total) se ubica entre 5% y 6%, un umbral crítico no muy alejado del descontrol.

Cosse parece dispuesta a disputar cada espacio disponible al gobierno nacional, caminando a la par, en sintonía y a la vez en competencia. Lejanamente, la situación evoca la convivencia pacífica que entablaron a partir de 1990 el presidente blanco Luis Lacalle de Herrera y el intendente frenteamplista de Montevideo, Tabaré Vázquez; quienes, por otra parte, mantuvieron una buena relación personal en las décadas siguientes.

Tras la derrota del año pasado, la muerte de Vázquez y el retiro forzoso de José Mujica y Danilo Astori, el Frente Amplio, el principal sector político del país parece extraviado. Las querellas de sucesión suelen ser terribles hasta tanto aclare.

Cosse fue una precandidata presidencial derrotada en las internas del 30 de junio de 2019 por Daniel Martínez, quien además se negó a llevarla como compañera de fórmula, y eligió a la ignota Graciela Villar. Más tarde, Cosse desafió de nuevo a Martínez por la Intendencia de Montevideo. Contra todo pronóstico inicial, lo venció el 27 se setiembre (y también a Álvaro Villar, candidato de José Mujica, líder del sector mayoritario de la coalición de izquierda).

El año pasado el Frente Amplio tuvo una derrota electoral pero no moral ni política, dijo Cosse en una entrevista que Búsqueda publicó este jueves. Sin embargo repitió que permanecerá en su cargo los cinco años de mandato, lo que implica que no competirá de nuevo en 2024 por la candidatura presidencial.

Otro “presidenciable” frenteamplista, el intendente de Canelones, Yamandú Orsi, pareció dirigirse a Cosse al decir, también en Búsqueda: “De esta parada brava se sale entre todos pero de verdad, sin perfilismos ni protagonismos innecesarios”.

“Eso fue lo que resolvimos en el Congreso de Intendentes”, agregó Orsi, aludiendo a la decisión de plantearle al gobierno el contacto con los científicos que lo asesoran para “entender por qué se toman algunas decisiones”. Y remató: “Es el momento de la política, por supuesto (que) de la ciencia, de la medicina. Pero quien termina marcando el rumbo es la política en clave de política de Estado, no en clave de campaña electoral, que eso ya se terminó”.

Montevideo y su área metropolitana, que reúnen la mitad de la población del país, tienen alrededor del 80% de los contagios comprobados. Los otros flancos débiles son algunos sitios en la frontera con Brasil, como Chuy y Rivera.

La luz del final parece estar a la vuelta de la esquina. El martes comenzó a vacunarse a las poblaciones del Reino Unido y Rusia, en tanto otros Estados se aprestan a hacer lo mismo. Se supone que la vacunación de los grupos de mayor riesgo se inicia en Uruguay el próximo otoño.

Uruguay ha sufrido hasta ahora 26 muertos por cada millón de habitantes, una cifra extraordinariamente benigna comparada con sus vecinos (900 muertos por millón en Argentina y 850 en Brasil), cuyos gobiernos tuvieron políticas y discursos muy disímiles ante la pandemia y el mismo fracaso.

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