Al borde del burnout: 25% de los subsidios por enfermedad de BPS por covid-19 fueron para personal médico

En aquel momento todavía no se atribuía "agotamiento", "cansancio" o "burnout" al personal de la salud por la pandemia en Uruguay. Pero, poco más de un año después del recordado 13 de marzo de 2020 y con contagios, muertes e ingresos a CTI descontrolados, la presión se empezó a sentir. "Estamos en un punto delicado. Más allá de que se destacan los esfuerzos de la Administración por ampliar las capacidades, eso no quita que el personal esté saturado, cansado, al borde del burnout en muchos casos y con la posibilidad latente de tener que ir a la cuarentena", dijo el coordinador del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH), Rafael Radi, en entrevista con Telemundo el martes 30 de marzo.

Durante febrero hubo 5.283 personas que trabajan en el área de la salud que recibieron un subsidio por enfermedad del Banco de Previsión Social (BPS) por patologías asociadas al covid-19. Ese mes se otorgó el subsidio a 20.456 personas de todos los rubros en total, por lo tanto, el 25,8% fue para personal de la salud, según los datos aportados a El Observador por el director representante de los trabajadores en el BPS, Ramón Ruíz.

Las bajas responden tanto a una situación de cuarentena por tener contacto con un infectado como a personal que se contagió y cursó la enfermedad durante ese mes. 

Las certificaciones del personal de la salud tuvieron un incremento sostenido desde diciembre. Entre setiembre y noviembre, por ejemplo, los subsidios por enfermedad de ese rubro no superaron los 3.000. De hecho, en octubre fueron 1.857 funcionarios que estuvieron certificados. Pero, en diciembre hubo 5.409, en enero 6.652 y en febrero 5.283 subsidios por enfermedad. El incremento se condice con el momento de la pandemia en cada mes, debido a que hubo más personal en cuarentena e infectada en los meses en los que Uruguay inició la primera ola a partir de diciembre.

Más que aplaudir, cuidarse

Para la presidenta de la Sociedad Uruguaya de Psicología Médica y Medicina Psicosocial, Cecilia Durán, los aplausos de la población a los médicos tienen una "doble cara" para personal de la salud. Por un lado, porque es un reconocimiento que "satisface, más que nada a quienes están en la primera línea", pero a su vez "carga y sobre exige al personal ante cualquier falla o situación que se descontrole".

Por su parte, el psiquiatra e internista Juan Dapueto, coordinador de Bienestar Profesional (BienPro) del Colegio Médico, cree que los aplausos fueron gratificantes al comienzo de la pandemia, pero ahora duda de que tengan ese efecto. "El personal de la salud quiere que la gente se cuide, estaría muy satisfecho con eso, no se precisan aplausos. Nadie del personal de la salud se cree héroe", consideró.

En este sentido, un estudio realizado por el Observatorio Socioeconómico y Comportamental (OSEC) y la Usina de Percepción Ciudadana, del que participó el área social del GACH, concluyó que "la cancelación de reuniones pequeñas es rechazada por la amplia mayoría de la ciudadanía" porque el 65% de los hombres y el 53% de las mujeres dijeron estar "muy en desacuerdo" con esa medida de prevención. A su vez, un 55% de las mujeres y un 37% de los hombres estuvieron de acuerdo con la medida de "quedarse en casa". 

Durán, quien además integra el Comité de Emergencia del Sindicato Médico del Uruguay (SMU), explicó que aún no hay suficiente evidencia para afirmar que el personal de la salud está atravesando un burnout, pero que en los hechos "está al borde".

El síndrome, explicó la psicóloga, implica que la persona sienta que su trabajo no tiene sentido, que adopte "actitudes disfuncionales en el equipo", que tenga problemas con la alimentación o con el alcohol. "Es un fenómeno individual, pero se está viendo que hay mucho estrés grupal", dijo.

Por su parte, Dapueto explicó que el burnout tiene tres dimensiones: una relacionada con la satisfacción con la tarea, otra con el endurecimiento de los vínculos y otra con el estado emocional. "Se considera burnout cuando hay dos de esas dimensiones afectadas", dijo.

Fatiga por compasión 

En este período de aumento de ingresos a CTI los médicos intensivistas "han generado conductas para sostener emocionalmente al paciente" lo que generó una "fatiga por compasión, que es un estado mental persistente y negativo" en el que la persona siente que "no tiene más fuerzas" y en casos más graves aparece una despersonalización, explicó Durán y agregó: "Es muy parecido al burnout" y comienza a aparecer en estos médicos debido al incremento de pacientes en CTI. 

El psiquiatra Dapueto coincidió con esta visión sobre los intensivistas y explicó que el 40% del personal de esa especialidad, como los internistas tienen un riesgo muy alto de padecer burnout, incluso antes de la pandemia, aunque "probablemente se acentuó" el porcentaje debido a la situación sanitaria.

Las cuarentenas "inciden muchísimo" en el cansancio del personal de la salud, según dijo Dapueto, quien recordó que en 2005, durante la pandemia del Sars, se evidenció que los aislamientos de diez días en China afectaban al personal. "Imaginemos ahora, con personal hisopado tres o cuatro veces y cuarentenas de siete días cada vez", señaló.