Antropometría: el fin del peso ideal y la batalla diaria contra los números de la balanza
La evaluación que permite conocer cómo está compuesto el peso de cada cuerpo gana terreno entre nutricionistas y deportólogos
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20 de marzo de 2019 a las 05:00
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“Sumate al plan de 21 días para bajar 10 kilos”, “La dieta milagrosa que te hará perder 5 kilos en una semana”, “¿Cómo perder peso ya?” y un eterno y agobiante y exigente eco que dice: "bajar de peso, bajar de peso, bajar de peso". Durante toda la vida la mayoría de las mujeres –sí, mujeres, porque el ideal de belleza asociado a la delgadez recae con más rigor sobre ellas– batallan contra las cifras que ven sobre la balanza. A menor cantidad de kilos, mayor autoestima. Aunque el espejo, la manera en que les queda la ropa y, lo más importante, su salud muestren que una persona está en estado óptimo, la balanza siempre tiene el ultimátum que la condicionará.
Por otro lado, uno de los grandes dilemas de quienes arrancan un plan de alimentación saludable y una rutina de ejercicios es que, a medida que comen mejor y entrenan más, el peso en la balanza se estanca o sube. Y ahí, el caos.
Resulta que son varios los profesionales de la salud que aseguran que el peso en la balanza es solo un número (sin menospreciarlo) y que lo que más importa es cómo está compuesto el cuerpo.
“En algunos casos, el peso total es una información útil –por ejemplo, para valorar el crecimiento de los niños o en relación a ciertos indicadores de salud– pero en otros, como valorar el rendimiento deportivo de una persona, es insuficiente”, dijo a El Observador la magíster en Nutrición Patricia Jansons.
Los nutricionistas que, consulta tras consulta, controlan –y felicitan o rezongan– a sus pacientes en base al resultado de la balanza, cada vez son menos. Y la práctica que reduce y generaliza el “peso ideal” a una ecuación de unos pocos indicadores (peso, estatura y edad) queda de cierto modo caduca frente a las nuevas tendencias que corren el interés hacia los valores reales y personalizados. Porque no todos los cuerpos son iguales.
En esa correntada se escucha hablar de la antropometría, un estudio que mide la altura, el peso, los pliegues cutáneos, los perímetros y diámetros de una persona para determinar cuántos kilos de su peso corresponden a la masa muscular, a la adiposa, a la ósea, a los órganos y a la piel. De esta manera se pueden establecer objetivos reales y personalizados –adaptando el entrenamiento y alimentación correspondiente a cada persona–.
Jansons subrayó que la evaluación antropométrica valora el cuerpo a través del análisis de las medidas de sus partes e índices derivados de la relación entre las mismas. Entonces se miden perímetros como el del brazo, el muslo o la cintura; diámetros óseos como el humeral o femoral; los pliegues cutáneos como los tríceps, bíceps, o pantorrillas; el peso y la talla –entre otros– y desde ahí se desarrollan índices que se pueden relacionar con la salud o el rendimiento deportivo de las personas evaluadas.
“La población tiende a seguir parámetros estéticos pero desconoce su composición corporal. Algunas personas buscan innecesariamente una reducción del peso cuando no lo amerita, otros persiguen a toda costa un aumento de la masa muscular, pero desconocen que no pueden seguir aumentándola ya que alcanzaron el umbral fisiológico. El cuerpo tiene límites”, advirtió Miguel Kazarez –Instructor ISAK y magister en Nutrición deportiva– que indicó que conocer la proporción y distribución de los tejidos del cuerpo ayuda a evitar la práctica de estrategias nocivas físicas y mentales.
En ese sentido la nutricionista Any Rodríguez agregó: “Comúnmente se asume que un número en la balanza por encima al que se suele tener es señal de estar 'gordo', pero es un error porque nuestro organismo no se compone únicamente de grasa”.
¿Por qué la balanza no es suficiente? Kazarez explicó que si bien el peso no es un indicador malo, lo importante es conocer más allá de la relación peso-talla y cuantificar los tejidos. “No es lo mismo alguien que pesa 70 kilos y tiene 35 de masa muscular, que alguien con 70 kilos y 20 de masa muscular. Tanto para su salud como para su rendimiento deportivo, estos valores pueden tener implicancias relevantes”, ejemplificó el especialista.
El nutricionista apuntó que es importante conocer la distribución de la grasa corporal porque, por ejemplo, el hecho de que una persona tenga tejido adiposo en exceso en la zona abdominal se asocia con el desarrollo de enfermedades crónicas como diabetes, cáncer y enfermedades cardiovasculares. De todas formas aclaró: “No existe una manera de erradicar la grasa en función de la geografía corporal, eso es un mito. Pero es oportuno poder conocer cómo se distribuye y dónde se encuentra en mayor cantidad”.
Por su parte, Jansons contó que conocer la proporción entre miembros superiores e inferiores –como los hombros y las caderas– de determinados deportistas ayuda a relacionarlo con el gesto que realiza en esa disciplina.
Perseguir un peso idealizado es para muchos una utopía dentro de los parámetros de lo saludable, por eso conocer realmente cómo es cada cuerpo y cómo podría llegar a ser en su estado óptimo es cabal. Porque además, los especialistas que se apoyan sobre la evaluación antropométrica proponen que cada paciente incorpore hábitos (no se trata de dietas) que perduren en el tiempo y se afiancen a un estilo de vida saludable.
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