Las madres comen menos carne por razones económicas y no solo filosóficas.

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Falta de carne: uno de cada seis niños uruguayos nace con faltante de vitamina clave

Estudio de la Universidad de la República advierte por la falta de consumo de carne en las madres embarazadas y los efectos negativos en el desarrollo de los bebés
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07 de agosto de 2023 a las 05:00

En el país que cuenta con más de tres vacas por habitante, y en que la carne es el segundo producto de exportación, uno de cada seis recién nacidos en el hospital Pereira Rossell tiene faltante de vitamina B12 que se obtiene del consumo animal. Y más de la quinta parte de los bebés padecen deficiencia de hierro.

La cátedra de Neonatología de la Universidad de la República lideró una investigación que da cuenta de la faltante de nutrientes claves en los recién nacidos, vinculado a la mala alimentación de sus madres, cuyos “efectos negativos pueden persistir hasta la vida adulta incluso luego de la administración de suplementos”. Así lo dejó en claro el profesor Mario Moraes en la publicación de los primeros resultados del estudio que empezó a gestarse hace más de un lustro.

Antes —léase antes de la última década— los neonatólogos uruguayos seguían centrando sus investigaciones en cómo mejorar la supervivencia de los bebés. Pero ahora en que la ciencia es capaz de rescatar a prematuros de 300 gramos o de pocas semanas de gestación —y teniendo en cuenta que “en Uruguay nacen cada vez menos niños y hay que cuidar al máximo a cada uno de ellos”—, los médicos pusieron el acento en la calidad de vida.

Un niño apático, que se distrae y aburre en clase, o que le cuesta aprender a leer y escribir, o que a veces tiene convulsiones puede que, en el fondo, haya tenido una deficiencia de vitamina B12 cuando era un neonato. De hecho, la cátedra de Neuropediatría ya demostró que algunos bebés uruguayos que superan el año y medio de vida tienen alteraciones en su cerebro por la faltante de esta vitamina que, de manera natural, solo está en carnes y lácteos. Son niños que no se sientan solos, que les cuesta sostener la cabeza y a veces padecen temblores repentinos.

Bebés uruguayos con atrofia frontopariental por falta de vitamina B12.

Un escenario similar ocurre con la carencia de hierro (ferritina), que como señaló la coautora Florencia Ceriani, profesora adjunta de Nutrición, es esencial para transportar el oxígeno en el cuerpo humano y algunos procesos básicos de las células. Otro nutriente que, como la vitamina B12, tiene su principal fuente en la alimentación carnívora.

¿A qué se debe esta carencia? La respuesta yace en la alimentación de la madre durante el embarazo. O, mejor dicho, en las condiciones de vida de esa madre que dará a luz.

Porque solo una de las madres estudiadas era vegetariana por convicción (por filosofía). El resto eran omnívoras, pero cuatro de cada diez no alcanzaba la ingesta mínima de 2,6 microgramos de vitamina B12 por día y los 27 miligramos diarios de ferritina que recomienda la Organización Mundial para la Salud. Es decir: no cuentan con el dinero suficiente o tienen un estilo de vida que les impide alcanzar la nutrición básica para la correcta gestación de sus bebés.

La carencia de la vitamina clave es, al decir del impulsor de esta línea de investigación Daniel Borbonet, “una muestra de inequidad”. El excatedrático de Neonatología dejó en claro que “no se trata de ir contra el vegetarianismo”, sino de asesorar correctamente a las madres, darles los suplementos e información, y, sobre todo, crear una política de Estado que cuide a los recién nacidos.

En ese sentido, la nutricionista Ceriani especificó que “una dieta equilibrada por parte de la mujer embarazada es fundamental también para la salud a largo plazo de la descendencia”.

Borbonet se alegra de que el Instituto Nacional de Carnes (Inac) haya cambiado de autoridades mientras duró la investigación sobre hierro y B12, y, sin embargo, mantuvo el apoyo al estudio de esta carencia nutricional que repercute luego en los resultados educativos, en las habilidades y que se refleja en la pobreza infantil.

El estadístico Juan Pablo Ferreira, docente de la Facultad de Ciencias Económicas y Administración de la Universidad de la República, hizo un análisis del porcentaje de pobreza infantil en los distintos segmentos censales de Montevideo. Es decir: dividió a la capital en unas 1.000 partes en las que cada pedacito contiene unas cuatro manzanas. Y llegó a la conclusión de que los valores de pobreza de Sudán del Sur y Luxemburgo están a diez minutos de distancia si se mira el mapa departamental.

Estudio de Juan Pablo Ferreira.

“Hay zonas en donde más del 60% de los pibes son pobres. Lamentablemente nada nuevo. Obviamente seguimos sin futuro”, había tuiteado el docente.

El trabajo de Neonatología, concluyó el profesor Moraes, viene a demostrar que hay madres que “no acceden” a la correcta nutrición, lo que “sorprende” en un país con el nivel de consumo de carnes y lácteos de Uruguay. La falta de vitamina B12 en uno de cada seis recién nacidos, fruto de los nutrientes que la madre le pasa al feto y luego bebé, “son valores similares a India” donde las vacas no se comen por ser sagradas. Si esas madres no acceden a la carne, “el recién nacido tiene cinco veces más chances de también tener déficit y por consiguiente efectos negativos en su neurodesarrollo”.

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