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Argentina, nunca lo entenderías

Los barrabravas en la Argentina, habitués de estadios, sindicatos y manifestaciones que prohíben mantener el statu quo de algunos de sus dirigentes más confundidos.
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28 de julio de 2023 a las 06:42

Somos el único país del mundo que no juega al fútbol con las dos hinchadas.

Imagínate por un minuto que el Real Madrid va al Camp Nou o el Barcelona va al Santiago Bernabeu y sus hinchas no pueden ingresar porque el espectáculo es sólo para los socios del club local, una locura.

Bueno, esto pasa en el fútbol argentino desde hace una década.

La tierra de Alfredo Distefano, Diego Maradona, Lionel Messi, el país que tres veces se consagró campeón mundial, la liga de los últimos campeones no puede organizar un partido de fútbol con locales y visitantes, insólito.
 

Argentina es como el salmón, siempre nada contra la corriente.

Si todos hacen “A” seguro el Argentino va a hacer “B”, está en nuestro ADN, somos diferentes, somos distintos, caóticos, contradictorios, soberbios, excéntricos, y talentosos.

Una combinación explosiva cuando estás en un país tercermundista que se autopercibe del primer mundo.
 

En España, un hincha local puede estar al lado de un visitante comiendo su bocata y tomando su cerveza con tranquilidad. En cambio en Argentina, no solo que no hay visitantes, sino que te quitan hasta las pilas de la radio o cualquier objeto que consideren que vos podés arrojar como proyectil, tampoco podés entrar con comida y no se vende alcohol.
 

Sin embargo en todos los partidos hay bengalas y a los jugadores visitantes se les tira con cualquier cosa. Una botella de gaseosa, una zapatilla,un celular y hasta una dentadura postiza.
 

Esto no es todo, cuando el jugador del equipo contrario tiene que patear un córner es escupido, abucheado y a veces debe ser custodiado por la Policía para que pueda efectuar el tiro de esquina, todo esto sigue pasando aunque se juegue el partido sin la presencia de las hinchadas visitantes.

El fútbol para nosotros es un hecho cultural, artístico y social.

La violencia en el fútbol es un reflejo de quienes somos y como nos comportamos.

Antes de tomar la decisión que se juegue sin público visitante fallecieron muchos hinchas dentro y fuera de la cancha.
 

Esto mismo sucedía en otros países como Inglaterra, pero ellos pudieron y supieron encauzar el conflicto y evitar que los Hooligans, los barra bravas ingleses, destruyeran el espectáculo.

Al ver el excelente resultado logrado en Gran Bretaña la AFA (Asociación del Fútbol Argentino) consultó a quienes pudieron erradicar la violencia en el fútbol en el viejo continente y se los invitó a buscar una solución para estas pampas.
 

Vinieron, investigaron y llegaron a una conclusión durísima.

Lo implementado para solucionar el tema de la violencia en el fútbol inglés no era compatible para la problemática argentina porque había un condicionante que lo hacía diferente, los barras argentinos tenían una relación directa con la política.

Tanto que los Sábados y Domingos alentaban en la cancha a sus equipos y durante la semana eran usados como fuerza de choque por partidos políticos o sindicalistas.

Es común que barras “caracterizados” participen en movilizaciones o trabajen en intendencias o sindicatos.

Ser barra brava da estatus en el barrio, no cualquiera puede pararse del para avalancha a colgar “los trapos”. Pertenecer tiene sus privilegios y además da mucho dinero.

Los barras en Argentina son dueños de muchos negocios del club y si los dirigentes no habilitan ciertas cosas pueden tener inconvenientes personales.

Además es muy difícil echarlos porque son socios y siempre están con la cuota al día. La barra maneja entradas a la cancha, a conciertos, el buffet, el estacionamiento y la venta de drogas, entre otros bussiness.

 También son usados para apretar a jugadores que no están rindiendo o no quieren renovar su vínculo con la institución.

Ser barra brava en Argentina es una salida laboral, Mi padre se crió en la Argentina de “ mi hijo el doctor”y  ese era el aspiracional. Ahora los chicos sueñan con ser jugadores de fútbol o narcos, dos maneras de gambetear la pobreza.

En la Argentina el narcotráfico viene creciendo desde la llegada del kirchnerismo al poder.

Hace 20 años que dejamos de ser un “ de paso” a ser un país de consumo, fabricación y exportación.

El narcotráfico es una de las pocas industrias que crecieron en esta Argentina caótica y miserable.

Ya somos un “narcoestado” donde la complicidad de la política, la justicia y la policía es habitual.

Por eso hay ciudades como Rosario (la cuna de Lionel Messi) donde los narcos son los dueños del territorio. Esto mismo está empezando a pasar en el conurbano bonaerense.

No es casual que se use la palabra “puntero” para el que vende droga en el barrio y para el que moviliza políticamente a la gente. Esto tiene que ver con que muchos “punteros políticos”se hacían unos pesos extras vendiendo cocaína o marihuana.

El vínculo del fútbol y la política es muy estrecho.

Sergio Massa, el ministro de economía y candidato a presidente de la Argentina por el partido gobernante, presidió el Club Tigre, localidad de la que también fue Intendente.

Hugo Moyano, suegro de Claudio “Chiqui“ Tapia, el titular de la Asociación del Fútbol Argentino, es el sindicalista más poderoso de los últimos 30 años y líder de los camioneros, además de ex miembro de la CGT.

Moyano fue presidente de Independiente, el club más ganador de Copas Libertadores de América décadas atrás y la gestión del sindicalista fue pésima, dejó al club tan fundido que los socios en la actualidad hacen colectas para pagar deudas y levantar inhibiciones.

Y el actual Presidente Interino del Club Atlético Independiente es Néstor Grindetti, Intendente del Partido de Lanús y candidato a Gobernador de La provincia de Buenos Aires.

Matías Lammens fue Presidente de San Lorenzo y actualmente es Vicepresidente.

Durante su gestión junto al artista y empresario Marcelo Tinelli, el conductor de televisión más famoso de la Argentina, fundieron al club.

Sueldos sin pagar y el festival de cheques voladores se convirtieron en algo cotidiano y los hinchas pidieron que se adelanten las elecciones.

Lo más insólito de todo es que Lammens desde el primer día del gobierno de Alberto Fernández se desempeñó como Ministro de Turismo y Deporte de la Nación.
Yá lleva más de tres años y medio como Ministro, y está claro que en la Argentina se premia a quienes hacen las cosas mal.

 

Muchos Ministros e Intendentes presidieron los clubes del fútbol argentino y hasta un ex presidente de la nación como Mauricio Macri pasó de ser un empresario exitoso a dirigir el Boca Juniors.

Los logros del fútbol lo impulsaron a su carrera política convirtiéndolo en Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y luego en Presidente de la Nación.

El fútbol y la política van de la mano, matchean bien.

Si en el fútbol argentino no tenemos hinchadas visitantes es porque no hay intención política de solucionar el tema.

Igual la violencia continúa en los estadios, dentro y fuera. La pelea ahora es entre los barras del mismo club. La lucha ya no es por “los colores” del que uno es fanático sino por los negocios.

 Viendo que la medida “momentánea“ de jugar sin hinchas visitantes llegó para quedarse y ya cumplió 10 años. Los clubes de este problema hicieron un negocio fabuloso, sólo pueden ingresar los socios.

Los clubes grandes de la Argentina tienen más socios que lugares en el estadio.

En Boca Juniors algunos pagan como “socios adherentes” con la ilusión de que unos 2000 socios por año dejan esa categoría para ser “socios activos” y así poder ir a la cancha.

El socio adherente sería como una especie de purgatorio para llegar al cielo de “La Bombonera”.

Por su lado, los clubes del interior del país cuándo juegan con los grandes del fútbol argentino habilitan una tribuna pequeña y a un precio exorbitante para “ los hinchas imparciales”, una forma de esquivar la prohibición de los hinchas visitantes y no perder esa recaudación tan importante.

Los hinchas imparciales no pueden entrar a la cancha con nada que identifique al club visitante, aunque todos sabemos que son hinchas de ese cuadro.

Todo en la Argentina es una mentira camuflada, un hacerse el boludo permanente.

Vivimos como equilibristas, siempre manejándonos en el gris de lo permitido. Hecha la ley hecha la trampa.

Argentina, no lo entenderías.

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