El 1 de marzo de 2020 fue cuando Sergio Ramos pisó por última vez el césped del Santiago Bernabéu y ante su gente. Curiosamente, fue en El Clásico ante el Barcelona, cuando el Real Madrid se impuso por 2-0 con goles de Vinicius y Mariano Díaz.
Lo que no sabía el defensor español es que, luego de ese encuentro, no volvería a la que fue su casa por 16 temporadas, ya que tras ese enfrentamiento se decretó la cuarentena por la pandemia del coronavirus y, cuando regresó el fútbol, se puso en marcha la renovación del estadio.
Una mezcla de emociones y sensaciones encontradas sintió Sergio al saltar al campo de juego del Bernabéu el pasado domingo, aunque en esta ocasión defendiendo la camiseta del Sevilla. Sin un gran homenaje, Ramos fue ovacionado por el público del Madrid en dos oportunidades: cuando salió a hacer los movimientos precompetitivos y cuando el parlante del estadio coreó su nombre en la formación titular.
Un Sergio Ramos que intercambió abrazos y saludos en el túnel de vestuarios y sobre el terreno de juego con los que fueron sus compañeros y con quienes conquistó una parte importante de la inmensa historia del Real Madrid. Para este encuentro, el defensor del Sevilla le pidió a Jesus Navas ser el capitán y, consciente de que no era un partido más para él, se la cedió.
Durante el partido, el excapitán del Madrid estuvo especialmente motivado. Tirándose abajo al corte desde el principio, con éxito, bien en la anticipación y muy metido en el encuentro.
Y es que, pese a lo emotivo del regreso, Sergio dejó en claro en la previa que iba a dejar todo para que el Sevilla sume tres puntos, aunque una genialidad de Luka Modric lo arruinó todo: "Después de muchos años, el partido más especial con el objetivo de siempre: ganar", escribió 24 horas antes Ramos en sus redes sociales.
El español tuvo la posibilidad de regresar al Santiago Bernabéu tan solo unos meses después de marcharse, cuando el PSG fue el rival del Real Madrid en los octavos de final de la UEFA Champions League, edición en la que el elenco de Carlo Ancelotti consiguió la 14, pero una lesión se lo impidió y no fue hasta el pasado domingo, el 25 de febrero de 2024, cuando Sergio Ramos volvió a pisar su patio donde tan feliz fue.
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