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Atender a hijos de yihadistas que regresan, el desafío de Francia

La mayor preocupación es contenerlos para que se adapten a la sociedad
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12 de febrero de 2018 a las 05:00
Cómo ocuparse de los hijos de yihadistas franceses que regresan de Siria? En el norte de la región de París, donde se asiste a la mayoría de ellos, varios profesionales explican los desafíos de esta tarea inédita.

Francia está especialmente afectada por este fenómeno, pues desde 2014 partieron unas 1.700 personas con rumbo a las zonas yihadistas de Irak y Siria. Alrededor de 450 habrían muerto, pero otras decidieron volver.

La escena se volvió común en el aeropuerto de Charles de Gaulle, al noreste de París. Allí aterriza un avión con familias de yihadistas que regresan de Irak o Siria desde Turquía y, ya en la pista, varios policías esperan a los padres, que son detenidos y a menudo encarcelados. A los niños se los lleva a una familia de acogida o a una residencia.

Según el Ministerio de Justicia, 66 menores regresaron a Francia, la mayoría muy pequeños, a menudo con menos de cinco años.

Pocos días después de su regreso se evalúa su salud física y psicológica. Además del "choque vinculado con la separación", muchos "perdieron a uno de sus padres", cuenta a AFP un psiquiatra responsable de uno de los servicios encargados de darles seguimiento a estos niños.

Ni hablar de "la huida con su madre, en contextos dramáticos, las bombas". Algunos de los más pequeños han pasado "la mitad de su vida en detención" y muchos "han visto imágenes violentas", añade.

Miedo

Algunos de ellos sufren estrés postraumático, otros tienen problemas de afecto, síndromes depresivos o retrasos en el desarrollo.

Según el Ministerio de Justicia, 66 menores regresaron a Francia, la mayoría muy pequeños, a menudo con menos de cinco años.
Aunque se trata de trastornos a menudo "muy cercanos" a los que los profesionales suelen encontrar en los niños expuestos a hechos de violencia graves, esta situación es inédita para los trabajadores sociales.

A este perfil tan particular se añade una cierta "presión" debido a la importancia de la situación. "Con estos niños se tiene el sentimiento de que uno no puede fallar", resume la responsable. "Todo eso puede dar miedo".

Frente a este nuevo problema, su gestión se estructura poco a poco. Así, se lanzaron trabajos de investigación y se proporcionaron formaciones para asistentes familiares, educadores y psicólogos por toda Francia.

El objetivo es constituir una red de profesionales que puedan seguir a estos niños a largo plazo, incluso una vez que hayan regresado a su núcleo familiar o con otros allegados. De los 46 menores a los que se da seguimiento desde la fiscalía de Bobigny, de la que depende el aeropuerto de Charles de Gaulle, 10 fueron entregados a familiares que permanecieron en Francia.

¿"Bombas de relojería"?


El fiscal de París, François Molins, insistió recientemente en la necesidad de una atención "específica" y "a largo plazo" de estos menores para evitar que algunos se conviertan en "bombas de relojería". Su seguimiento "será uno de los mayores retos de los próximos años", insiste.

Los profesionales comparten esta opinión. "Cuando crezcan habrá preguntas que les preocuparán. Será necesario que alguien los ayude a responderlas", explica el psiquiatra.

Especialmente en la adolescencia, una edad "en la que uno se pregunta '¿Qué tipo de adulto quiero ser?'" o se plantean las "cuestiones de lealtad", el "sentimiento de deber ser leal con ciertas personas, especialmente los padres".

El fiscal de París, François Molins, insistió recientemente en la necesidad de una atención "específica" y "a largo plazo" de estos menores para evitar que algunos se conviertan en "bombas de relojería". Su seguimiento "será uno de los mayores retos de los próximos años", insiste.
"Si en ese momento tienen un apoyo educativo y psicológico, se puede esperar que las cosas evolucionen positivamente", añade el médico.

De momento, y aunque aún es pronto para sacar conclusiones, se observan resultados alentadores. Los menores "que retornan" siguen "el mismo camino que un niño de su edad". "De forma más o menos duradera y más o menos accidentada", pero "van desapareciendo los primeros síntomas" de esos primeros traumas, señala la responsable de ASE.

"Regresan al juego, se dan con los demás, son escolarizados". Como ocurre con todos los niños "nada está escrito" para estos hijos de yihadistas, añade el psiquiatra. (AFP)

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