Avanza el ambicioso plan para reformar el rugby de selecciones

Por ahora es etapa de negociaciones, y no hay formatos definidos. Pero un borrador se empezó a filtrar en medios británicos: un torneo anual entre los 12 mejores del mundo, en noviembre –la ventana de junio sería desactivada-, divididos en tres series de cuatro, con los mejores cuatro clasificando a semifinales, y con un torneo B, con ascensos y descensos. Con eso, WR busca partidos con significado, en lugar de los test matches que hoy significan el 56% del calendario de selecciones. Además, incluiría a los mejores países del Tier 2, o segundo escalón del rugby mundial, que ganarían derecho a jugar partidos de calidad ante países del Tier 1, un objetivo planteado en la cumbre anterior, en San Francisco en 2017, y bandera del N°2 de WR, Agustín Pichot. 

También hay una explicación económica: el actual formato de test matches solo le da ingresos a la selección local, y solo selecciones muy poderosas como Nueva Zelanda negocia un cachet. Salvo Inglaterra, que recaudan 10 millones de libras cada noviembre por ticketing y derechos de tv, para el resto el actual formato no es rentable. En cambio, un torneo con reparto centralizado de utilidades sí tendría más atractivo para muchos de los principales países. 

The Times mencionó siete equipos en el nivel B: Georgia, Rumania, España, Estados Unidos, Rusia, Tonga, Samoa y “tal vez Alemania y China”. La opción de China es insólita, ya que está en el puesto 87° del ranking, y recientemente jugó su primer partido tras dos años. 

Sin embargo, en caso de que se concrete ese formato y de haya un segundo nivel con 12 países, Uruguay si será parte de esa competencia. Como país mundialista, y que se ha integrado con éxito al segundo escalón, no existen dudas en World Rugby de que será una de las selecciones a apostar. Menos aún es coherente con el hecho de que el principal impulsor de los cambios es Pichot, que ha bregado fuertemente por conseguir más competencia para los países de América. Una frase suya en Twitter por estos días, hablando del tema, es sugestiva: “La idea es siempre hacer crecer al juego, nunca retroceder”.

Un torneo con 24 equipos también es coherente con la idea de elevar la cantidad de países mundialistas de 20 a 24, que fue admitido por el CEO de WR, Brett Gosper, incluso como chance para 2023 (“el tema no es si subir o si no, sino cuando”, dijo). Hacer una experiencia en este torneo daría una buena prueba de dónde se está parado. 

Pero, de nuevo, no hay formatos definidos. El siguiente paso será negociar con las ligas de clubes –lo más difícil- y con el sindicato de jugadores –lo más accesible, sobre todo porque ha manifestado la necesidad de jugar menos partidos-.

El uruguayo Sebastián Piñeyrúa, presidente de Sudamérica Rugby, participó de las reuniones de Sidney. Consultado por Referí, insistió de que se trata de charlas preliminares. “Hay en WR una necesidad de reestructurar, organizar y hacer más rentable la competencia , aunque hoy es todo muy preliminar y solo hay conversaciones. Agustín Pichot tiene muy buenas ideas y un proyecto en su cabeza para buscar potenciar el rugby”.  

“Personalmente, haré todo lo posible para que sus ideas lleguen a convertirse en oportunidades para todos. Se necesitan cambios y es bueno que alguien con su empuje y liderazgo los lleve adelante . No es fácil pero todo siempre es posible”, agregó el dirigente uruguayo.