Pero también "porque el Palacio de Congresos es una sala fría, es decir que soy yo quien lleva todo allí. Vienen a verme, no a visitar el lugar", añadió al evocar este teatro situado al otro lado del arco del Triunfo, junto al bulevar periférico que separa París de una de sus barriadas más elegantes, la de Neuilly.
Al comentar su espléndida longevidad, el artista, que en 1988 lanzó el movimiento Aznavour para Armenia, cuando el país de sus padres quedó destrozado por un terremoto, subrayó que dentro de la austeridad con la que vive, sabe divertirse muy bien.
"Hace cuarenta años que vivo con mi mujer y sé perfectamente con quién vivo. Ternura y confort van siempre juntos. Así, nunca atravesé el desierto, me he divertido mucho y espero seguir haciéndolo", afirmó.
Este amigo de Edith Piaf, a quien conoció a los 22 años, en 1946, un año después de la Segunda Guerra Mundial, es también un actor reconocido, como volvió a demostrar el año pasado en su papel protagonista de "Papá Goriot", inspirado en la novela de Honoré de Balzac, bajo la dirección de Jean Daniel Verhaleghe.
"No gano mucho dinero, comparado con las giras, pero es como si tomase vacaciones.
(EFE)