Inés Guimaraens

Azucena Arbeleche: rebaja de IRPF “impactará en el bolsillo” de la gente

La ministra de Economía y Finanzas aseguró que la medida tributaria “es consistente” con los lineamientos fiscales de futuro y que era posible por el "manejo responsable" de las cuentas públicas

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18 de febrero de 2023 a las 05:03

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Por Miguel Noguez y Santiago Soravilla

Disciplina y regla fiscal. Esas dos ideas sobrevuelan casi que todo el tiempo en su discurso. La ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, dice que “la buena conducta” de los últimos tres años en el manejo de los recursos públicos es lo que posibilitará “bajar impuestos” como IRPF y IASS.

“Yo lo que me animo a decir es que es algo que va a impactar en el bolsillo de las personas”, responde cuando se le pregunta sobre la magnitud de la rebaja que el presidente Luis Lacalle Pou anunciará el mes próximo.

En una hora de entrevista, la ministra también habló sobre el crecimiento proyectado para 2023, el impacto de la sequía en los números, la incertidumbre internacional, el precio del dólar, la inflación, y la reforma de la seguridad social, entre otros asuntos. Lo que sigue es un resumen del diálogo que Arbeleche mantuvo con El Observador.

En 2022 la economía habría crecido alrededor de 5%. Para 2023 la proyección pasó desde 3% proyectado en la última Rendición de Cuentas a 2% anual. ¿Qué se toma en cuenta para esa nueva estimación?
Estamos en un momento de mucha incertidumbre por la sequía que está atravesando el país. El número de cierre de 2022 todavía no está cerrado y no tenemos tanta información como teníamos otros años a esta altura, por la sequía, y por cómo se mide el impacto en el producto agropecuario. El impacto de las cosechas en el producto agropecuario se determina luego que se realiza la cosecha. Entonces, hay que esperar a que se coseche en 2023 para decir cuánto de eso correspondió a 2022. Esto es un tema metodológico. La mejor estimación que tenemos (para 2023) es un crecimiento de 2%, que se suma al crecimiento que tuvimos en el 2022 de 5% (aproximado). La diferencia que hay en este 2% con lo que teníamos de 3% en la Rendición de Cuentas obedece básicamente a dos factores. Uno es externo: cuando presentamos la Rendición de Cuentas el crecimiento internacional estaba por encima de 3,5% de acuerdo al Fondo Monetario Internacional, y en este momento las estimaciones del Fondo están algo por debajo de 3%. Entonces hay un contexto externo más complejo que está detrás de esa revisión. Y luego está lo de la sequía que todavía no hemos medido el impacto en lo que va del año. Además, hay una incertidumbre grande de cuánto tiempo vamos a tener que esperar para que finalmente recibamos la lluvia con alegría.

En esa incertidumbre que mencionaba del contexto internacional, ¿qué cosas toma en cuenta?
En primer lugar, sigue habiendo un gran nivel de incertidumbre sobre cómo van a responder las economías, tanto las desarrolladas como las emergentes, y en particular la región. A eso se suma la incertidumbre de la tasa de interés internacional, la tasa que maneja el Banco Central de EEUU. Hay que recordar que, producto de las políticas monetarias expansivas de los países desarrollados y la guerra luego de la invasión de Rusia a Ucrania en el año pasado, experimentamos una inflación muy fuerte, al punto que los países desarrollados terminaron con inflaciones similares a las de Uruguay. Fue el caso de EEUU, la inflación ha bajado desde más de 8% a 6%, pero esa inflación dista mucho del objetivo que tiene la Reserva Federal que es de un 2%. Por lo tanto, uno observa con gran expectativa cuando se reúne la Reserva Federal qué medidas va a tomar en ese balance que tiene que hacer, entre el aumento de precios que todavía no está en los niveles que la Reserva tiene como objetivo, y los niveles de actividad que sí parecen estar respondiendo en EEUU.

Inés Guimaraens


Hay analistas e incluso parte del sistema político que afirman que el crecimiento macro no derrama en lo micro, que no llega a los consumidores, a los trabajadores. ¿Cómo ve eso?

No comparto en absoluto esa afirmación. Lo que estamos teniendo es creación de empleo. En el 2022 se crearon 40.000 empleos. Tenemos el inicio de una fase de recuperación del salario real, pero tenemos también una evolución del consumo que creció 6%, es algo que no se venía dando en los años anteriores. En la presentación (realizada el miércoles 15 de febrero) mostramos que dentro de esta forma ordenada de conducir la política fiscal destinamos una cantidad muy significativa de recursos a áreas prioritarias. Las transferencias sociales crecieron más de 30% en términos reales si comparamos 2022 con 2019. Mostramos los números de cómo habían crecido las obras viales. Todo eso es actividad, movimiento, que repercute a lo largo y ancho del país. También presentamos el tema de los asentamientos, la cantidad de recursos que se va a destinar para dar una solución a las familias que viven en esa situación con el Plan Avanzar.

En 2022 se volvió a cumplir con la regla fiscal en sus tres pilares (resultado fiscal estructural, tope de gasto y tope de endeudamiento). Es algo que comúnmente se visualiza como un montón de cifras frías y lejanas que pocos entienden. ¿Qué importancia tiene eso?
¿Para qué esta disciplina fiscal? Lo que le tiene que decir al ciudadano es que gracias a ese cuidado fiscal es que se pueden ver beneficios concretos, como los de asignar recursos en áreas prioritarias, beneficios que tuvieron que ver con cómo Uruguay enfrentó el covid, se asignaron todos los recursos que eran necesarios. Ese beneficio también lo vemos hoy, porque es esa disciplina fiscal, esa conducta, la que nos permite hacer frente a la sequía. Y es lo que hoy nos permite bajar impuestos. Entonces es muy fuerte el concepto y es muy fuerte el impacto de estos números que parecen muy fríos en los ciudadanos. La buena administración tiene beneficios directos en la gente, y esa buena administración se enmarca dentro de esta nueva institucionalidad fiscal.

Un objetivo es bajar el déficit a 2,5% del PIB sobre el final del período. ¿Qué tan plausible de cumplir es hoy esa meta?
Anunciamos las metas fiscales y los objetivos de la regla fiscal para 2023. Ahí básicamente las tres metas repiten lo que ya presentamos en la Rendición de Cuentas. Todavía es prematuro en este momento y con el contexto de incertidumbre que mencionaba a nivel de actividad económica adelantar lo que van a ser las metas fiscales para 2024. No acostumbramos en febrero a adelantar las metas para el próximo año en materia fiscal. Sí lo haremos dentro unos meses cuando el 30 de junio presentemos al Parlamento la Rendición de Cuentas de 2022.

Inés Guimaraens


La economía creció arriba de 3,8% el año pasado. A partir de eso se prevé anunciar una rebaja de IRPF y de IASS. ¿De qué magnitud serían esas rebajas?
La magnitud de la rebaja tributaria la va a anunciar el presidente (Luis Lacalle Pou) ante la Asamblea General, y también cuáles van a ser los impuestos que van a ser modificados, o sea, por dónde va a venir el alivio para el bolsillo de las personas. Sí me parece bien importante tener en cuenta que ese número está dentro de esta conducta fiscal que hablábamos al inicio. El crecimiento va a ser más que 3,8%, pero cuando uno toma una decisión de bajar impuestos, no solamente está mirando al crecimiento del 2022 que fue lo que el presidente de la República puso de forma muy simplificada en su análisis, sino que el gobierno está mirando a lo que va a suceder en los próximos años. De hecho, la rebaja tributaria no aplica para el 2022, sino que es para adelante. Esto es sumamente importante, porque a veces cuando se aumentan gastos en los presupuestos esos gastos pueden aumentarse de forma transitoria, pero cuando uno baja impuestos esa baja de impuestos es permanente, permanece a lo largo de los años.

¿Lo que usted dice es que la rebaja de impuestos sería consistente con la caída prevista de la actividad hacia adelante?
Exacto, más que con la actividad económica, esa rebaja es consistente con los lineamientos fiscales hacia adelante, con el resultado estructural que tenemos hacia adelante. Estamos haciendo algo que nos habilita la buena conducta que hemos tenido. Parte de poder seguir dando beneficios a la gente es mantener esa buena conducta en términos fiscales.

El crecimiento hacia adelante en la década es de 2,1% de promedio anual aproximadamente. ¿Qué tan grande puede ser la magnitud de la rebaja con esos números? La llevamos incluso a un planteo específico: el diputado del Partido Colorado, Gustavo Zubía, viene diciendo hace dos años por lo menos que la rebaja debería ser al menos del 20% de lo que se paga anualmente de IRPF e IASS. ¿Eso es posible o es descabellado?
Un primer punto importante es que las cifras fiscales que presentamos (por el miércoles 15 de febrero) tienen la rebaja tributaria que va a anunciar el presidente de la República. No es que esos números se deterioran con la rebaja tributaria. Y con respecto a cuán grande va a ser el impacto, yo lo que me animo a decir es que es algo que va a impactar en el bolsillo de las personas. Cuando diseñamos este tipo de instrumento, uno tiene que mirar el número macro, o sea, cuánto es en términos fiscales, pero también cuánto es en términos de la persona, qué cambios significa. En ese sentido estamos trabajando, viendo de cuántos recursos disponemos para hacer esa rebaja tributaria permanente, y a su vez que esto tenga un impacto en el bolsillo de las personas.

¿Esa rebaja de impuestos va a incluir IRPF, IASS y algún otro impuesto? ¿Puede haber algo por el lado del IVA?
La población lo va a conocer el 2 de marzo.

Inés Guimaraens


Hay analistas y gremiales empresariales que han marcado la baja del dólar como un problema para la competitividad. Incluso también hay legisladores del oficialismo, como Guido Manini Ríos o Sebastián Da Silva que han criticado la política monetaria del Banco Central (BCU). ¿Cómo ve ese tema?
Acá hay una postura que es la del equipo económico. Nosotros estamos coordinando con gran esfuerzo que todos los actores relevantes vayan al mercado cambiario. Por actores relevantes me refiero básicamente a quienes compran dólares. Uruguay está teniendo una oferta de dólares muy importante, las exportaciones han tenido niveles récord, y el comportamiento que están teniendo trae una cantidad de divisas muy importante. La cantidad de turistas en enero también fue muy significativa. Es decir que por distintas razones hay una oferta de dólares muy importante. Entonces frente a esa oferta de dólares, creemos que es muy importante que los actores que compran dólares, como son las empresas públicas, como es la propia Tesorería del gobierno, pase por el mercado para que pueda sostener esa oferta de dinero.

Hay informes del propio BCU donde se reconoce el atraso cambiario. ¿Cómo se puede corregir eso? Algunos analistas dicen que Uruguay corre el riesgo de quedar desacoplado y de no poder revertirlo, cuando en otros países el dólar sí subió.
Las comparaciones con otros países son complejas porque hay que ver por qué se dio esa evolución, especialmente en lo que es el tipo de cambio nominal, que puede haber tenido una evolución distinta por malos motivos en algunos países. Aquí tenemos una entrada de capitales muy importante, y una confianza en el país y en la institucionalidad. Eso hace que la demanda por nuestra moneda sea importante. El abordaje que hace el equipo económico más allá de la actuación directa en el mercado cambiario es una actuación en términos de mejorar la competitividad que está atrás de ese tipo de cambio real. Eso nos lleva a que no es solamente lo que pase con el dólar, sino lo que tiene que ver con la infraestructura, la inserción internacional,  con la agenda de reformas que tiene el gobierno. Todos estos elementos van a tener una implicancia en términos de productividad y por lo tanto en términos de tipo de cambio real. Esa agenda de reformas es lo que va a permitir crecer más del 2,1% que es el crecimiento potencial. Desde el inicio de la administración se trabaja con el doble foco de luces largas y luces cortas.

Inés Guimaraens


¿Por qué ha costado tanto bajar la inflación?
La inflación ha costado bajarla en el mundo. La inflación comenzó a bajar con la nueva administración y luego empieza a subir cuando tenemos una inflación del resto del mundo hacia nuestro país. Por eso es que en 2022 el gobierno respondió con medidas concretas para que el poder adquisitivo de las personas no se viera tan deteriorado que era lo que estaba pasando en todo el mundo. Me refiero a las rebajas en las tasas de importación de algunos alimentos básicos como harinas y aceites, a  los adelantos en los sueldos de los empleados públicos, a la invitación para que los privados hicieran algo similar (adelantar pago de correctivos por inflación), al adelanto en las jubilaciones, a las transferencias sociales que se focalizaron en los sectores más bajos.

¿Ustedes realizan algún tipo de autocrítica respecto a lo que ha sido el manejo inflacionario y la política monetaria?
Como equipo económico entendemos que la política monetaria está haciendo todo el esfuerzo para contener la inflación. Y de hecho lo ha logrado. La inflación el año pasado cerró en 8,4%, y un mes antes los analistas estaban esperando una inflación bastante superior para el cierre del 2022. Al trabajo de la política monetaria se le suma el trabajo que se hace desde el Gobierno Central para tener precios que sean más competitivos. Venimos trabajando en eso hace mucho tiempo.

A eso se le suma el trabajo que el Poder Ejecutivo ha hecho con las empresas públicas solicitándoles una mayor eficiencia financiera, de manera tal que cuando en enero Antel y UTE anunciaron sus aumentos de tarifas fueron de una magnitud que no va a tener impacto negativo en la inflación. Lo que hay detrás de eso es un trabajo conjunto de que sean más eficientes operativamente, pero también en lo financiero.

El Parlamento tiene a estudio la reforma de la Seguridad Social que ya tiene aprobación del Senado. Dentro del oficialismo, Cabildo Abierto ha hecho comentarios de carácter crítico. ¿Cómo ve usted esas críticas? Por ejemplo, el diputado, Álvaro Perrone, dice que votarla así como salió del Senado sería entregarle las elecciones al Frente Amplio.
Primero, destaco la importancia que tiene la reforma de Seguridad Social para el gobierno. No solamente hay que hacerla, es urgente. La tasa de natalidad ha disminuido,  la expectativa de vida ha aumentado y eso lleva a tener que reformar el sistema para que este gasto (en jubilaciones) que aumenta lo estabilicemos. No es solamente la sostenibilidad financiera. Estamos frente a una reforma en donde a una población que vive más se le pide que trabaje más años, pero en ninguno de los deciles de ingresos vemos una caída en las jubilaciones. Esta reforma no afecta a ningún jubilado actual. Nadie que constituya causal jubilatoria en los próximos 10 años va a ser afectado por la reforma. El único efecto sobre los jubilados hoy es que el que ya está jubilado va a poder trabajar, es un efecto positivo. Y hay un elemento que es el complemento solidario. Es un complemento que se da a las jubilaciones y que es focalizado en quienes tienen menores ingresos. Ese complemento es menor en la medida que aumentan los ingresos previsionales.

Frente a la postura de Cabildo Abierto, es parte del funcionamiento en democracia la expresión de cada legislador. Acá lo que tenemos que tener presente es que todos los partidos de la coalición firmaron en el “Compromiso por el país” una agenda de gobierno en común, firmaron llevar adelante esta reforma. El diagnóstico estaba bien claro aún antes de asumir el gobierno de coalición. Y agrego que el proyecto fue firmado por el Poder Ejecutivo que también tiene ministros que son de Cabildo Abierto. Ha habido mucho diálogo. Y de parte del Frente Amplio no se aportó ninguna idea para una reforma que el propio Frente había dicho que era  necesario hacer.

"Uruguay está con un spread crediticio históricamente bajo"

¿Espera una mejora de la calificación por parte de Fitch Ratings?
En lugar de contestar si espero una mejora, lo que comento es que en este momento Uruguay no solamente tiene grado inversor, tiene la calificación crediticia más alta de su historia. Y todavía más importante es que en este momento Uruguay está con un spread crediticio, es decir la tasa de interés que paga por endeudarse, históricamente bajo, y es el más bajo de la región. Eso no es casualidad. Eso responde a la buena institucionalidad del país, pero responde entre otros factores al manejo responsable que se ha hecho de las cuentas públicas.
La credibilidad fiscal uruguaya estaba sumamente deteriorada porque el gobierno anterior decía una meta, no la cumplía y aumentaba impuestos. Aquí tenemos un gobierno que durante tres años consecutivos puso metas fiscales y las cumplió. Ahora en lugar de aumentar impuestos está bajando impuestos. En definitiva la nota de las calificadoras, o lo que nos muestran los precios en el mercado de bonos o la enorme inversión que está teniendo Uruguay, es la gran confianza que hay en el país.

 

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