Los precios del petróleo sufrieron una considerable caída con el WTI (West Texas Intermediate), el punto de referencia en Estados Unidos bajando un 8,24%, es decir US$ 8,63 menos, lo que ubicó el precio del barril en US$ 99,50 por barril, tocando en algunos momentos un mínimo de US$ 97,43 por barril, es decir más del 10% de disminución porcentual.
En cuanto al Brent, la referencia internacional, se ubicó en US$ 102.77 por barril, 9,45 % menos que la última cotización.
La consultora Ritterbusch and Associates atribuye la caída al sentimiento generalizado de que es muy posible el inicio de una recesión que reduzca sustancialmente la demanda.
Los índices registraron pérdidas en junio, después de seis meses de ganancias, ya que los temores a una recesión motivan que Wall Street reconsidere las perspectivas de la demanda.
La consultora informó a sus clientes que “en un escenario recesivo, con creciente desempleo, bancarrotas hogareñas y corporativas, los commodities seguirán una curva descendente con márgenes negativos”.
Los precios se habían elevado por la invasión rusa a Ucrania, despertando preocupación sobre una escasez global, dado el rol de Rusia como un proveedor clave, especialmente a Europa.
En marzo, el crudo WTI había alcanzado los US$ 130,50 por barril y el Brent llegaba a US$ 140,10. Fueron los precios más altos desde 2008.
Pero el petróleo estaba subiendo ya antes de la invasión rusa debido a la estrechez de la oferta y la abundancia de la demanda, relanzada hacia el final de la pandemia.
El alza general de los commodities ha sido el principal contribuyente al crecimiento de la inflación mundial que se ubica en los niveles más altos de los últimos cuarenta años.
Pero los expertos creen que los precios del petróleo se van a mantener elevados porque los inventarios están en un nivel muy bajo, por lo que el proceso de recomponerlos seguramente mantendrá fuerte la demanda.
El informe de Ritterbusch y Asociados agrega que se han hecho pocos progresos para resolver cuestiones estructurales de los mercados del petróleo, lo que significa que aún cuando la demanda se desacelere, los precios se mantendrán altos.
“En recesión, los mercados financieros intentan bajar los precios, pero los mercados físicos dicen algo muy diferente”, expresó Jeffrey Currie, director de investigación de mercados globales de commodities en Goldman Sachs.
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