Bullrich ganó ¿puede entrar al balotaje?

La victoria de Patricia Bullrich en el último debate ¿le alcanza para entrar a la segunda vuelta?

Esta es ahora la pregunta del millón. Y todavía no tiene una respuesta clara.

Para lograrlo, ella debería aprovechar al máximo el efecto “sobre pique”. Es decir: el envión por haber cambiando la imagen de una candidata sin reacción, a otra capaz de poner en aprietos a sus dos principales adversarios.

A los dos los atacó, de entrada y fuerte.

A Massa le tiró con Insaurralde.
 

A Milei con Massa.

Y más tarde a Milei con Barrionuevo.
 

Tan fuerte le tiró a Milei con Barrionuevo, que le hizo pisar el palito, provocando una respuesta confusa, en la que, por añadidura, le hizo admitir, al líder de la Libertad Avanza que tendría “chorros en sus listas”.

La ex ministra tenía la pregunta anotada, marcada con colores. La leyó casi textual. Y ni siquiera llegó a usar los 15 segundos reglamentarios. La redondeó en 10.

“TENÉS TODOS LO CHORROS DE MASSA EN LAS LISTAS. LO TENÉS A LUIS BARRIONUEVO QUE TE BANCA LA CAMPAÑA ¿CON QUÉ DINERO? ¿CREES QUE VAS A CAMBIAR ALGO CON TANTOS CHORROS DENTRO DE TU LISTA?”,

Es más. Milei, en vez de negarlo, respondió con un “vos también”, para después volver a atacarla por su pasado en la Juventud Peronista que reivindicaba la violencia de Montoneros.
 

El otro gran efecto del debate es que al ministro de Economía le entraron todos los golpes.

Los de la economía, que está a punto de explotar, con un dólar viajando a mil pesos muy cerca del día de la elección.

Los golpes de la inseguridad, que no pudo contrarrestar exhibiendo su gestión en Tigre, donde su candidata, Malena Galmarini, acaba de perder.

Tampoco a Massa le fue bien en los cruces.

Quizá su peor momento fue cuando quiso poner en evidencia el maltrato de Milei a Miriam Bregman, usando el instructivo del capítulo uno del manual del machirulo, sin tener en cuenta que, por suerte las mujeres se defienden solas, como bien se lo recordó, otra vez, Bulrich, en otra de sus intervenciones más picantes.
 

Los que trabajan en la campaña de Juntos por el Cambio aseguran que, lejos de cualquier especulación, ahora Mauricio Macri está más activo que nunca, aconsejando a su candidata las mejores acciones para pasar a la segunda vuelta y, eventualmente, ganar la elección.

Macri, igual que Bulrich, cree que, a Milei, le falta de apoyo y estructura política. Y que por esa carencia no tendrá ninguna chance de gobernar con éxito.

Macri piensa que Barrionuevo es solo uno, el más visible, pero no el único, entre los tóxicos y corruptos que ahora están entornando al economista.

También sabe Macri que, en efecto, Massa le habría puesto a Milei gente en todas las listas, y que Insaurralde hizo lo mismo en Lomas de Zamora, como lo denunció ayer Bulrich.

Es más: Macri está convencido que Massa puso en marcha la operación gobierno de Coalición Nacional para tratar de pescar a los macristas distraídos y ponerlos del lado de Milei.

Pero el resultado del último debate y el nuevo clima político ¿moverá el amperímetro de la intención de voto?

Es demasiado pronto para ensayar una respuesta taxativa.

Los mileístas convencidos tienen un núcleo duro inamovible. Casi religioso.

Y Massa sigue alrededor del 30 por ciento de los votos, aunque algunas encuestas sostienen que el Bandido gate le habría hecho perder por lo menos dos puntos.

Tanto a él como al gobernador Axel Kicillof.

Como sea, todavía, a esta hora, Patricia Bulrich seguiría tercera.

En todo caso, las últimas dos semanas serán apasionantes.