Economía y Empresas > URUGUAY APUESTA POR INVERSORES

Cada vez más ángeles

Nuevas iniciativas, promovidas por la ANII y por la escuela de negocios del IEEM potenciarán y formalizarán la actividad de inversores en etapas tempranas en Uruguay
Tiempo de lectura: -'
31 de enero de 2014 a las 17:02

Los ángeles son aquellas personas que invierten una parte ociosa de su patrimonio en emprendimientos en etapas tempranas. Una persona adinerada gracias a la fortuna familiar o un ejecutivo que forjó su capital trabajando en una gran empresa, son algunas de las variantes más vistas detrás de esta figura. Este tipo de inversores han ido cediendo lugar con el tiempo a una nueva camada de ángeles que se forjaron en el ecosistema emprendedor, que hicieron dinero y probablemente sufrieron más de un tropezón en su camino de crecimiento.

Este nuevo perfil de inversor, que conoce los riesgos de emprender y que tiene mucho más que dinero para aportar a un proyecto, está empezando a hacerse visible también en la región.

Según estimaron algunos expertos del ecosistema emprendedor uruguayo consultados por Café & Negocios Emprendedores, en 2014 habrá mayor cantidad de inversores ángeles gracias a la aparición de algunos clubes o redes que ya se están formando en Uruguay y que comenzarán a funcionar en el correr de este año. La gerenta de Operaciones de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), Sara Goldberg, está de acuerdo con la tendencia en materia de inversión e informó que su oficina ha apoyado con financiamiento a tres grupos inversores uruguayos.

Estas nuevas oportunidades de inyección de capital representarán un alivio para muchos emprendedores que siguen reclamando el acceso a financiamiento como uno de los principales problemas para su desarrollo.

Todos los emprendimientos tienen una curva de financiación que arranca con los ahorros personales o préstamos de familiares y amigos (en la jerga emprendedora conocidos como las tres F: Friends, Family and Fools -Amigos, Familia y Locos).

En esta etapa primaria en Uruguay es la ANII quien juega un rol muy importante con su ventanilla para proyectos innovadores, que reciben por parte de la agencia un capital no reembolsable de hasta US$ 25 mil, para pasar del papel a prototipo.

Según indicó la profesora de la escuela de negocios (IEEM) de la Universidad de Montevideo Isabelle Chaquiriand, ese monto en Uruguay permite por lo menos hacer un estudio de mercado bien hecho, prototipar un proyecto tecnológico o realizar la primera validación de mercado de un producto. Las franjas de financiación terminan en Estados Unidos con lo que se conoce como el IPO o salida a bolsa. “Acá en Montevideo se está viendo una reforma en la Bolsa de Valores para que exista esa posibilidad” de salida al mercado bursátil, informó Chaquiriand.

En las etapas anteriores al IPO actúan los private equity, aquellos fondos de inversión dedicados a comprar empresas, y una etapa antes se encuentran los venture capital o family offices que no miran proyectos de menos de US$ 500.000.

Cómo se financian los proyectos para pasar de la etapa de prototipo a la etapa de madurez para llegar a un venture capital, aún sigue siendo en Uruguay una pregunta frecuente entre los emprendedores.

A los emprendimientos que requieren un capital que va de US$ 50 mil a US$ 500 mil, usualmente un banco no les presta dinero por la ausencia de antecedentes y garantías que los emprendedores por definición tienen. “Es una etapa en la que tenés que conseguir financiamiento y es muy difícil encontrarlo. Esta etapa típicamente se financia con inversores privados o ángeles”, afirmó Chaquiriand.

Apuestas para crecer
En el correr de 2014 se pondrán en funcionamiento distintas iniciativas que buscan potenciar la actividad. La primera vendrá de parte del IEEM. Se trata de la conformación de una red de inversión ángel integrada por Antiguos Alumnos e inversores referenciados por éstos que comenzará a operar este mes y que tiene como fin fomentar e incentivar la inversión en proyectos que ya tienen cierto andamiaje, explicó su coordinador, Alejandro Laborde.

Esta red realizará convocatorias a inversores y proyectos que serán previamente estudiados, filtrados y aceptados por la red. La primera se realizará la última semana de abril. “También tendremos otras actividades a lo largo del año, como jornadas abiertas para emprendedores, capacitación para los inversores, speakers invitados, entre otras”, informó Laborde.

Pero además, la ANII otorgó a fines de 2013 financiamiento a tres fondos de inversión que apoyarán a emprendimientos en edad temprana. Estos fondos son: Tokai Ventures de los empresarios Pablo Garfinkel (Life Cinemas) y Gabriel Rozman (Tata Consultancy Services), el Fondo Ideas del inversor Mayid Sader y el Angel Club, que se pondrá en funcionamiento en los próximos meses y cuyos responsables son los emprendedores Santiago Pehar (Crovat/Batanga Media), Martín Alcalá Rubí (Tryolabs) y Martín Larre (Kidbox y woOw).

Estas tres propuestas fueron financiadas con US$ 33 mil para cada una por un año y podrán aspirar a una renovación si en ese período lograron invertir en distintos emprendimientos un total de al menos US$ 300 mil.

El objetivo de esas inyecciones de capital, señaló Goldberg, es ayudar a los inversores a bajar los costos operativos, que en Latinoamérica suelen ser altos. “No se trata de dinero para la inversión, esos capitales los ponen los privados”, dijo. Agregó que los fondos apoyados no tienen necesariamente que invertir en empresas financiadas por ANII, pero sí en emprendimientos con componentes de innovación y dinámicos.

Lo que motiva a la ANII y al IEEM a apoyar este sector trasciende la buena rentabilidad que los inversores pueden lograr de la colocación de su dinero: todos los actores están interesados, además, en ayudar a los emprendimientos bien hechos, con buenos productos y buenos planes de negocios, que llegan a un determinado estadio en el que no consiguen financiación y entonces mueren o no pasan a la siguiente etapa de crecimiento para generar puestos de trabajo, el crecimiento de la economía y el impacto social que las instituciones buscan impulsar, señaló Chaquiriand. A esto Goldberg agregó que “se sabe que existe inversión privada pero no está necesariamente formalizada y se quiere ayudar a que haya más y a apalancar la que ya existe”.

Desarrollo incipiente
La formalización de la actividad de los inversores ángeles en Uruguay es totalmente incipiente o bastante reducida, coinciden distintos capitalistas.

Según Chaquiriand,hubo pocas iniciativas en el pasado y no hay experiencia acumulada.
El inversor Francisco Ravecca (Aguada Park) aseguró sin embargo, que pese a la “desorganización” de esta actividad, en Uruguay hay mucha más inversión ángel de la que se cree. “Lo que sucede es que al uruguayo no le gusta hablar y prefiere hacer todo por debajo del radar”, dijo.

Este inversor participa en diversos proyectos como la reforma de Kibon -donde habrá un salón de eventos y restaurante-, la cadena de almacenes Kinko, una empresa de mini depósitos -que empezó en Punta del Este de la mano de un español y un estadounidense y que se expandió a Montevideo- y otros negocios que evalúa junto a su socio Roberto Yannuzzi, con quien incluso invierte en la etapa previa, la de capital semilla.

En tanto, para Rodolfo Oppenheimer (Xn Consultores y Prospéritas Capital Partners) su experiencia como inversor ángel comenzó en 2002 y reconoció que por varios años fueron muchos los fracasos que le tocaron vivir en esta materia. El mercado uruguayo y los emprendedores necesitaban madurar. Para poder seguir aportando, se abrió el Fondo Emprender en 2007, que combinó las inversiones con las de Prospéritas y se comenzó a hacer un seguimiento y a dar guía a los emprendedores.

“Empezamos a ver casos de éxito una vez que la clase emprendedora comenzó a formarse”, dijo Openheimer.

De estas operaciones salieron varias empresas exitosas como PedidosYa, Biogénesis y Logicsat, entre otras. “Indudablemente seguimos invirtiendo en casos que son fracasos, pero antes representaban el 100% y hoy tenemos una tasa de éxito de 40%, que es tremenda y no creo que bajemos de eso”, manifestó Oppenheimer.

Ariel Pfeffer (Trillonario), que ha invertido en algunas empresas y que aseguró haber errado y acertado muchas veces, pero con saldo positivo, financió la creación del sitio Mecansé.com. Para este caso siguió la regla: “primero el hombre y luego el proyecto”, es decir que si se encuentra a la persona adecuada siempre habrá un proyecto interesante para que ejecute. “Ese fue el caso de Mecansé.com cuando encontré a Inés Ferrés (qué lleva adelante el proyecto) y mi papel quedó relegado apenas como uno de los inversores y consultor. Esto es un caso atípico en Uruguay pero bastante más difundido en otros mercados”, explicó Pfeffer.

Para este emprendedor-inversor, en Uruguay falta vocación emprendedora, aunque considera que hay muchas excepciones. Esta situación redunda en menos proyectos y oportunidades y por tanto en menor actividad inversora. “En este sentido varios países nos llevan ventaja. A la cabeza está Brasil, México y Chile,luego Colombia, Argentina y Perú”, reflexionó.

¿Qué busca un inversor?
Quien quiera entrar en la etapa de inversión ángel tiene que entender que es una apuesta de mucho riesgo que requiere paciencia.

Según Garfinkel, que además de llevar adelante el fondo abierto Tokai Ventures, a nivel personal pertenece a la Red Harvard Business School Alumni Angel do Brasil, el retorno de una inversión ángel puede demorar. “En EEUU estamos hablando de entre cinco y siete años de paciencia y en Latinoamérica aún no se sabe pero diría que entre cinco y diez”, explicó.

Para reducir riesgos, los inversores consultados señalaron cuáles son las características de los emprendimientos “invertibles”. Para Ravecca el compromiso de los emprendedores es vital. “Cuando estás invirtiendo estás apostando al equipo que va a ejecutar la idea”, amplió.

"Nosotros nos enamoramos de proyectos pero invertimos en personas, porque son ellas las que lo van a llevar adelante al final del día”.
Rodolfo Oppenheimer
Xn Consultores y Prospéritas capital partners

El equipo fue el factor en el que todos los inversores hicieron especial hincapié. Garfinkel agregó que la experiencia de emprender en al menos en uno de los integrantes del grupo es muy valorada. “Acá eso es muy escaso porque recién estamos en las primeras generaciones de este proceso, sobre todo en IT. Para ser justo, creo que los emprendedores buscan lo mismo en el inversor y tampoco se encuentra fácilmente”, señaló.

Justamente uno de los reclamos de todos los actores consultados fue la educación, tanto en el emprendedor como en el inversor. Ravecca agregó que uno debe prestar especial atención a los números, las proyecciones, la estructura societaria, el acuerdo de accionistas y a cómo se toman las decisiones.

Según Pfeffer, el dinero que entra como inversión ángel es el más caro de todos. “Si el proyecto es un éxito seguramente el emprendedor lamentará mucho el enorme porcentaje de equity que tuvo que ceder para lograr la inversión ángel”, dijo. Agregó que la inversión de este tipo debería ser para el emprendedor el último recurso, aunque reconoció que en la mayoría de los casos es la única posibilidad luego de haber pasado por la ronda inicial de la familia y amigos. “Lamentablemente en Uruguay, fuera de la ANII, no hay muchas organizaciones o instituciones financieras que apoyen con dinero a este tipo de emprendimientos”, se lamentó.

Las recomendaciones para el inversor ángel

Los emprendimientos que aspiran a inversión ángel son de mucho riesgo y por ende de mucho retorno. “Para un inversor que quiera invertir en esa etapa, la recomendación es diversificar”, aconsejó Chaquiriand.

Según Pfeffer si el inversor distribuye su portfalio con buen criterio, entonces es válido dejar un porcentaje para este tipo de inversiones. “El desafío es invertir en un número suficiente de startups con la posibilidad de que alguno se transforme en un gran éxito y deje ganancias que paguen por aquellos que no lo lograron”, explicó. De hecho, las estadísticas del mercado español señalan que solo uno de cada diez proyectos generarán retornos.

Ante esta situación el inversor tiene que tener fondos suficientes que le permitan financiar diez proyectos, es por eso que otra de las recomendaciones de los consultados fue coinvertir.

Justamente estos son dos de los puntos fuertes de las redes de inversión, que permiten tener un flujo de proyectos suficientemente grande como para elegir varios en los que invertir, pero a la vez permite la inversión en grupos. Además, según Chaquirian, la tercera ventaja de las redes es la difusión. “Ningún inversor ángel pone un aviso diciendo que tiene dinero. La red levanta el perfil para atraer nuevos proyectos emprendedores y los inversores quedan anónimos si así lo quieren”, se explayó.

    Comentarios

    Registrate gratis y seguí navegando.

    ¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

    Pasá de informarte a formar tu opinión.

    Suscribite desde US$ 345 / mes

    Elegí tu plan

    Estás por alcanzar el límite de notas.

    Suscribite ahora a

    Te quedan 3 notas gratuitas.

    Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

    Esta es tu última nota gratuita.

    Se parte de desde US$ 345 / mes

    Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

    Elegí tu plan y accedé sin límites.

    Ver planes

    Contenido exclusivo de

    Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

    Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

    Cargando...