Cayó en 300 el total de empresas certificadas para exportar a la Unión Europea

Según el trabajo -que será presentado este jueves 7 en la Cámara de Comercio y Servicios- Uruguay cuenta con 700 empresas certificadas en procesos, servicios, sistemas o personas como para cumplir los requerimientos exigidos por la Unión Europea.

La CUEC llegó a la conclusión que ese número representa el 0,9% de la totalidad de las empresas de industria y comercio en Uruguay, mientras que en lo global implican un 0,24% del total de compañías del mercado uruguayo. Según el estudio realizado, en los últimos cuatro años el número se redujo en un 30%. 

En 2017, según la Organización Internacional de Normalización (ISO), en Uruguay había 1.260 certificados que englobaba a unas 1.000 empresas, mientras que el último dato arroja que hay 1.000 certificados pero que corresponden a 700 firmas (300 menos). 

Dificultades y oportunidades 

El presidente de la CUEC Gonzalo Reboledo dijo a El Observador que ese aspecto es clave para reforzar el posicionamiento del control de calidad de la producción uruguaya que se exporta. 

El dirigente indicó que de las 1.841 empresas uruguayas que exportaron en 2018 a 161 destinos diferentes, “menos de 700 tendrían condiciones de base -algún tipo de certificación- para exportar a la Unión Europea”.

Sin embargo, Reboledo entiende que estas condicionantes pueden generar “dificultades por un lado, pero también oportunidades”.

“A partir de un incremento en la infraestructura, se pueden generar puestos de trabajo en la industria en el desarrollo en lo que tiene que ver con la evaluación de la conformidad, por ejemplo. Con una política de Estado que trabaje en estos temas y a su vez asegure exportar productos uruguayos permitiría incorporar unos 45 mil puestos de trabajo en el rubro, además de ganar toda la sociedad uruguaya”, aseguró Reboledo.

La remuneración promedio del sector, que en general es compuesto por profesionales y mano de obra calificada, es tres salarios mínimos nacionales ($ 49 mil), informó el titular de la CUEC. 

En principio, explicó Reboledo, el sector agroexportador también va a precisar de certificación de base de los procesos productivos de fase primaria, “que también puede afectar a la industria del software inclusive”.

Reboledo mencionó como dos ejemplos en esta línea el caso de las trabas de las naranjas  para entrar a Italia de hace unas semanas y el impedimento de la miel a Alemania desde hace ya más tiempo, por la presencia de glifosato en cantidades que exceden los estándares exigidos por ese mercado. 

“Para poder comercializar hay que tener un grado de cumplimiento, demostrado por una tercera parte independiente. La situación hoy es crítica y Uruguay tiene dos años y medio para generar los cambios que en lugar de perjudicarnos, nos favorezcan. El objetivo es crecer en la cantidad de empresas que, al menos, tengan la posibilidad de exportar”, explicó Reboledo, en línea con los objetivos de la cámara que preside.   

El tipo de certificación para exportar hacia la Unión Europea –que es uno de los mercados más exigentes del mundo-  varía por el tipo de empresa, servicio y producto, pero algunas normas se destacan como la ISO 9001 y la 14001, entre otras.